En las asambleas escolares los docentes votaron enfrentar el ajuste. La respuesta del gobernador fue descontar las horas de asamblea. Monserrat tiene que romper la tregua.
Noé Silbestein Delegado departamental UEPC | Agrupación Docentes D-Base | Lista Unidad desde las Escuelas
Jueves 18 de agosto de 2016
El increíble gobernador que tenemos en Córdoba, Juan Schiaretti, está atacando en toda la línea a los trabajadores y al pueblo, y hoy quiere dar un salto. Debutó en diciembre con el robo a los jubilados, estuvo echando trabajadores precarizados del Estado durante el verano, empezó el otoño cerrando paritarias muy a la baja. Los dirigentes gremiales hasta acá fueron los guardaespaldas del gobierno del ajuste. Y ahora Schiaretti pretende dar un salto brutal y descontar las asambleas horarias de los docentes.
Esto constituye un claro ataque al derecho a la protesta por parte del gobierno. Si hasta cierto punto ha conseguido en estos años “naturalizar” el descuento a los días de paro, ahora va por más y se propone “naturalizar” el descuento a la asamblea. El fundamento del descuento es la frase pro-patronal y autoritaria que dice que día no trabajado es día no pagado, una frase que es repetida por Schiaretti, el cavallista “autócrata” de Córdoba, por su ministro Grahovac y por el Secertario General de UEPC, Monserrat. En esta discusión democrática los jefes peronistas del gremio y del gobierno están a favor de la mordaza.
Eso es gravísimo. Porque si pasa van a descontar cuando paremos por el estado calamitoso de los edificios, cuando no demos clase por falta de agua… ¿no es intolerable que el responsable del deterioro de la educación pública persiga a los docentes que trabajamos en las escuelas?
Pero le advertimos a Monserrat, que hace décadas no trabaja en ninguna escuela, que ya no puede seguir conversando con su amigo Grahovac sin escuchar a los docentes. Si el gobierno ataca descontando las asambleas mientras se niega a reabrir las paritarias, es claro que la conducción del gremio tiene que romper la tregua con el gobierno. Y dejarse de negociar a espaldas de los docentes, de pisar la pelota para que pase el tiempo y el aumentito ya no sirva para nada, y tiene que convocar a asambleas de delegados escolares. ¿Tanto miedo le tiene a los docentes?
Monserrat mantiene la tregua, privilegia sentarse a negociar con su compañero de agrupación Grahovac antes que darle la voz a los docentes porque es parte de esa casta alejada de los intereses de los trabajadores, y por eso contiene a nuestros enemigos dentro del gremio, sosteniendo al ministro como afiliado al sindicato docente. Ahora esa tregua no va más. En las escuelas se le acabó el tiempo. La aplastante mayoría de los mandatos exige un aumento no inferior al 20% y que enfrentemos la armonización y los despidos de los compañeros de los Programas socioeducativos.
Los dirigentes deben ponerse a la cabeza de la lucha de los trabajadores, no permitiendo el descuento y peleando seriamente en defensa del salario, las jubilaciones, los puestos de trabajo de los compañeros precarizados y en defensa de la educación pública.
Como delegado departamental de UEPC exijo la convocatoria a inmediatas asambleas escolares, para que la conducción escuche la voz de los docentes y exijo que la conducción reconozca a todos los delegados elegidos por sus compañeros, poniendo fin a las proscripciones. Los docentes hicimos asambleas, hicimos mandatos y planteamos luchar para enfrentar la inflación y el tarifazo, para reabrir la paritaria y no permitir el salto de represión a la protesta social que implica el increíble descuento a los docentes de las asambleas horarias. La decisión debe estar en las escuelas y no en el Panal.
Los trabajadores tienen que poder discutir colectivamente la defensa de sus derechos, y la conducción del gremio debe estar a la altura de las circunstanckias y ponerse a la cabeza de este combate. UEPC tiene que defender el derecho a huelga. Si Monserrat no puede hacer eso, que vuelva a trabajar a la escuela. En el IPEM 57 lo están esperando para que pase las notas en las libretas de los chicos.