Si bien, en noviembre pasado, el Parlamento aprobó el cultivo de marihuana para uso medicinal, supervisado por el SAG (Servicio Agrícola Ganadero), son miles las personas que están a favor de su legalización total y que la consumen periódicamente, arriesgándose a penas de cárcel y a represión en el país con mayor consumo de marihuana en América Latina.
Miércoles 4 de marzo de 2015
Según encuestas realizadas, por ejemplo por el Observatorio Latinoamericano de Políticas de Drogas, el 70% de los chilenos está a favor de despenalizar el consumo de drogas, entre ellas, la marihuana. En el país son miles las personas que consumen cotidianamente marihuana, tanto para uso medicinal, terapéutico, como también recreacional. Si bien, el año pasado se aprobó un proyecto que despenaliza su uso cuando es medicinal, hasta agosto del 2014, 16.500 personas fueron detenidas por consumirla, lo que demuestra que la causa de despenalización aprobada es insuficiente para la realidad y para lo que exigen las personas.
En enero se hizo público que el SAG autorizó una nueva plantación de cannabis sativa (la segunda en el país) para uso medicinal, la que estaría a cargo de la empresa Agrofuturo, sin que esta pueda reproducir las plantas o multiplicar las semillas. En esa ocasión, el SAG afirmó que “Agrofuturo podrá iniciar la producción industrial de cannabis medicinal e investigación aplicada al proceso productivo para la comercialización nacional e internacional”.
Por otra parte, a mediados del 2014 se aprobó el ingreso del medicamento Sativex para que pacientes con enfermedades como cáncer, lupus o esclerosis pudiesen utilizarlo. Sin embargo, su costo es excesivamente alto lo que impide que la mayoría de las personas puedan realmente usarlo. En entrevista con CNN, Cecilia Heyder, directora de la agrupación Cáncer de mamas, señaló que pedir Sativex “es un calvario” debido a su costo y difícil acceso, agregando además que es “tan largo y engorroso el trámite para solicitar el permiso al ISP (Instituto de Salud Pública), que ya han existido tres casos previos que no habrían logrado su objetivo”.
Tanto el cultivo de marihuana para uso medicinal como la autorización del medicamento Sativex, no dan respuesta a las exigencias de la mayoría de la población, la cual exige la despenalización de la marihuana en todos los casos, incluso la legalización de las drogas en general. El proyecto aprobado por el gobierno que legaliza su uso medicinal no se manifiesta en relación al alto precio de Sativex, medicamento al que sólo podrán acceder personas con mayor ingreso económico, lo que no soluciona el problema. Por otra parte, el permiso para cultivar marihuana que está a cargo del SAG, sólo es entregado para empresas que presentan proyectos con el fin de seguir haciendo negocios y comercializando la planta.
Además del casi nulo acceso a la marihuana como medicamento, se suman las miles de detenciones realizadas el año pasado y la criminalización que aún exista para todos aquellos que la consumen. Ley 20.000 afirma que esta “es una droga capaz de producir dependencia física o síquica, y graves efectos tóxicos o daños considerables a la salud”. “Si una persona planta, cultiva o cosecha sin autorización plantas del género cannabis se arriesga a multas entre 40 y 400 UTM y prisión de tres a 20 años…” (Biblioteca del Congreso Nacional).
Según datos entregados por la Subsecretaría de Prevención del Delito, durante el primer trimestre de 2014, un 42,7% de las detenciones por infracción a la Ley de Drogas se produjeron por porte; un 25,2% por tráfico; un 19,3% por consumo y un 7,2% por cultivo. Es decir, la mayoría de las detenciones que se realizaron fueron a personas que no practican el narcotráfico, sino que optan por utilizar la marihuana para fines personales, libremente. Un caso que ejemplifica esta realidad, es el del conocido siquiatra, Milton Flores, que por cultivar marihuana en su casa está cumpliendo 541 días remitidos a firma mensual en Gendarmería de Chile.
Durante el año 2014 se dieron diversas muestras de apoyo al uso libre de la marihuana en el país, incluso con cifras considerables de aprobación a la legalización de la planta en Uruguay (donde los fumadores pueden sembrar, comprar o consumir cannabis) y al naciente movimiento pro marihuana que se está generando en Estados Unidos.
En cuanto a Chile, durante el 2014 se realizaron marchas a favor de su legalización, donde asistieron cerca de 150 mil personas; y durante estos últimos meses, se han impulsado diversas campañas con el fin de despenalizarla, como es el caso de la iniciativa “YoFirmoAutocultivo”. Otra muestra de apoyo fue la que dio la banda Cultura Profética, durante el Festival de Viña, la que manifestó que “si Uruguay ha legalizado la marihuana es una base. Que un país latinoamericano esté dando este paso significa algo inminente, está pasando en todo el mundo, tenía que haber pasado hace mucho tiempo”.
En la actualidad, se encuentra en discusión en el Senado un proyecto de ley que permitiría el auto cultivo de marihuana para uso personal, terapéutico o espiritual. Claro está que la presión en las calles, por medio de marchas, manifestaciones, campañas y diversas iniciativas, tendrá que ser la que obligue a que de una vez por todas se legalice totalmente el uso de la marihuana.