El Ayuntamiento de Barcelona envia los servicios de limpieza para borrar todo rastro de amarillo en las inmediaciones de los colegios. Se suma así al enésimo ataque a la libertad de expresión de la Junta Electoral.
Jueves 21 de diciembre de 2017
Foto: Trabajadores de BCN Neta borrando lazos y huellas amarillas en la Escola el Carmel. ID.es
La guerra al amarillo decretada por la Junta Electoral sigue presente durante la jornada del 21D, esta vez desde el servicio de limpieza del Ayuntamiento de Barcelona.
Tras la prohibición impuesta a los miembros de las mesas y apoderados de portar lazos amarillos, la retirada de éstos símbolos de edificios oficiales, oficinas de la administración y hasta el cambio de color obligado en la iluminación de fuentes y monumentos, desde diferentes CDR se han llevado adelante encarteladas y pasacalles para “pintar de amarillo” el barrio.
Muchos colegios electorales y sus inmediaciones amanecían con lazos y huellas de este color, que simbolizaban también la defensa de estos mismos centros de votación que tuvo lugar el pasado 1-O. Un gesto que busca recordar la represión vivida en aquella jornada y que dejó un saldo de más de 1000 heridos, y al mismo tiempo una protesta contra las violaciones contra la libertad de expresión que se han vivido durante la campaña electoral.
Desde primera hora los servicios de “BCN Neta”, dependientes del Ayuntamiento de Barcelona dirigigido por Barcelona en Comú, se han ido desplegando por los alrrededores de los centros de votación y sus entradas para tratar de borrar todo resto de amarillo presente. Una iniciativa que ni siquiera obedece a ningún requerimiento de la Junta Electoral.
A pesar de todo, la presencia de lazos, bufandas, gorros, pinzas y demás objetos amarillos que portan numerosos votantes, han impedido las intenciones de “borrar” esta demanda democrática básica.