Con tasas de interés de LEBACs en 38 % el Gobierno busca frenar precios y contener el dólar por debajo de 15. El costo: hundir la economía.
Sábado 9 de abril de 2016
Desde diciembre, el presidente del Banco Central (BCRA), Federico Sturzenegger, viene utilizando las Letras del Banco Central (LEBACs) como un instrumento de regulación monetaria restrictiva (contraer el tamaño de la oferta monetaria). El objetivo es, después de haber devaluado en diciembre y que el dólar sea un 60 % más caro, contener el valor de la divisa y al mismo tiempo enfriar los precios.
¿Cómo funciona este mecanismo?
Sencillo, se elevó la tasa de interés para que el mercado se vuelque a invertir en pesos en lugar de recurrir al dólar. Esto, además de haber generado negocios millonarios con el “famoso” dólar futuro, debido a una oportunidad de arbitraje invirtiendo en pesos a altas tasas y comprando el futuro de dólar como publicó La Izquierda Diario acá, está generando unas ganancias exorbitantes para los Bancos y diferentes entidades financieras, al costo de un incremento del denominado déficit “cuasi-fiscal”.
A lo largo de estos meses, se puede observar que además de la tasas de interés, el stock de las Letras del Banco Central aumentó. Si se considera el stock al 9 de diciembre contra el del 31 de marzo, el mismo aumentó en $ 98 mil millones, es decir a un ritmo del 6 % mensual, llegando ahora a $ 457 mil millones de pesos considerando la intervención del BCRA en el mercado secundario.
Esto está generando una bola de nieve cada vez más difícil parar, ya que no solo aumenta la deuda, sino que al haber elevado las tasas desde el inicio de su mandato, existe una nueva deuda a refinanciar que es solo parte del interés generado, es decir, interés sobre interés, producto de la bicicleta financiera (patear los vencimientos y a altas tasas de interés). Además, esta bicicleta debe ser renovada constantemente, ya que las LEBACs son un instrumento de corto plazo. Para que se vea la dimensión, el 70 % ($ 318 mil millones) vencen durante el próximo mes.
Con las tasas de interés, hubo un brusco ascenso el 15 de diciembre, que luego se intentó revertir, pero el ascenso del dólar y los precios hicieron que el BCRA vuelva a establecer tasas elevadas que no parece que se reviertan en el corto plazo.
Al realizar el siguiente ejercicio, se puede ver las implicancias de lo que el BCRA está haciendo para mantener su política monetaria. Las últimas tasas de licitación rondaron una tasa promedio de 37 %. Si se proyecta eso, y considerando que se renovarán la mayoría de los vencimientos y una necesidad de emisión monetaria del 30 % anual (el último mes fue 31 %) que el Central absorberá en su mayoría debido a su lógica monetarista (la emisión es la que genera la inflación), además de la necesidad de hacer frente al vencimiento del dólar futuro, se observa una evolución esperada de LEBACs de este estilo:
Donde se renovarán la mayoría de los vencimientos, y se incorporará una suerte de $ 14.000 millones (promedio) que es la emisión que se utilizará para pagar parte del déficit que el BCRA absorberá a través de sus instrumentos de regulación monetaria (principalmente LEBACs).
Evaluando esto la evolución del stock llegaría a casi $ 700 mil millones. Comparado con el 9 de diciembre, un día antes de asumir el nuevo Gobierno, el aumento de la deuda en LEBACs sería cercano a los $ 335 mil millones, es decir, duplicar la deuda.
¿Cómo repercute esta política en la economía?
El impacto de esta política en los primeros 120 días es: caída en la actividad, especialmente construcción, automotriz y electrodomésticos.
El objetivo del Gobierno, que difícilmente se cumpla, es un crecimiento de la base monetaria por debajo del 25 %. Esto achicaría el margen de Adelantos Transitorios al Tesoro, con resultado en un límite en la expansión fiscal, en criollo: el ajuste que estamos viendo.
Existe una fuerte desaceleración del crecimiento de los depósitos privados que para marzo estuvo por debajo del 30 % interanual. Esto se debe en parte a la liberación del cepo, al aumento de la tasa de interés y a la suba de los precios que hacen disminuir los ahorros en pesos.
Con información al 4 de abril, los depósitos del sector privado no financiero, han crecido solamente el 2 % en lo que va del año. De ese aumento de casi $ 19 mil millones, $ 21 mil millones se explican por un aumento en los plazos fijos, mientras que la caja de ahorro ha disminuido en $ 6 mil millones.
A la vez hay una fuerte desaceleración del crecimiento del crédito en pesos al sector privado, ya que directamente se estancaron, con una disminución neta de $2.839 millones. Es una tendencia que seguramente continuará por el desplazamiento del sector público (crowding out), ya que con estas elevadas tasas se está encareciendo el crédito. ¿Dónde están destinando esta diferencia los Bancos? En especulación financiera vía LEBACs (qué mejor negocio para un Banco que prestar al 38% al Estado) que les está garantizando ganancias millonarias. Es decir, disminuye el crédito a privados, ya que tanto por un ajuste general en el país: despidos, inflación general y tarifazos en servicios como transporte, agua, luz, etc. sumado a un aumento de la participación de los Bancos en activos públicos, generan un parate de la economía que va en aumento.
Los créditos hipotecarios, que representan un 7 % del total de estos préstamos, disminuyeron $ 525 millones en lo que va del año. No se trata solamente de una disminución real (donde la inflación supere el aumento de los préstamos otorgado), sino una disminución nominal en un escenario de una inflación que está siendo del 4 % mensual.
Los Bancos esperan, un alto rendimiento en 2016 generado por ingresos de activos públicos, alta inflación que generará un aumento del spread, es decir, un aumento en el margen de rentabilidad del negocio del Banco. Aunque negativamente le repercutirá la caída de la actividad y empleo y una intermediación financiera con crecimiento por debajo de la inflación.
En definitiva…
La política monetaria del Gobierno se juega a enfriar la economía, generando una recesión para frenar la inflación. Inflación que se aceleró por sus propias medidas como la devaluación, la quita de retenciones y los tarifazos. Mientras los bancos son beneficiados por las altas tasas de interés y las grandes empresas aguardan obtener financiamiento más barato en el exterior, si se cierra el acuerdo con los buitres, el “enfriamiento” de la economía profundizará el deterioro del salario, y aumentarán los despidos. Una política acorde al gobierno de los Ceos, beneficios para empresarios y golpes para los sectores populares.