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Red Internacional
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El Banco de Japón bombea más dinero al mercado, cuando su par norteamericano hace lo contrario

Sábado 1ro de noviembre de 2014

El Banco de Japón acordó este viernes bombear más dinero a los mercados financieros y aumentar las compras de deuda pública para reavivar la tercera economía mundial, que vuelve a flaquear ante la caída de la demanda interna provocada por la subida del IVA del pasado abril. Lo cual significó un fuerte golpe al bolsillo de los consumidores.

A contramano de la Reserva Federal (FED) de Estados Unidos que el miércoles puso fin a su programa de inyecciones masivas de dólares, ya que su economía sigue el ritmo requerido para ello, el Banco de Japón optó de forma inesperada por lo contrario. El movimiento empujó a las bolsas. El índice Nikkei de la Bolsa de Tokio cerró con ganancias del 4,83%.

La decisión del Banco de Japón pese a que tuvo la bendición de los mercados, a la postre, indica que la recuperación económica va peor de lo esperado. En concreto, el órgano regulador japonés incrementará la base monetaria (la suma del dinero en circulación y de las reservas de los bancos comerciales en el banco central) a un ritmo de 80 billones de yenes anuales (unos 575.000 millones de euros al cambio de hoy), por encima de la cifra que inyectaba hasta ahora, que oscila entre los 60 y 70 billones de yenes.

El banco central también defendió la ampliación del programa por “la preocupación ante la caída de los precios del crudo”, que podría agudizar el problema. “Se trata de un paso bastante drástico, así que espero que tendrá un efecto importante en la economía. No creo que haya una necesidad inmediata de tomar más acciones, pero estamos comprometidos a hacer los ajustes necesarios dependiendo de los riesgos que vayan apareciendo”, dijo Haruhiko Kuroda presidente del Banco de Japón.

De hecho, el organismo rebajó las perspectivas de crecimiento del país para este año fiscal, que se cierra en marzo de 2015, del 1% al 0,5%. Algo que lleva a pensar no solo en las dificultades que envuelven a la economía de Japón –que teme al fantasma de la deflación y bajo crecimiento que la arreció durante más de una década-, sino también en las limitaciones de los programas de estímulo monetario.

Si Estados Unidos el “padre” de los estímulos monetarios le puso fin, aunque no puede cantar victoria y por eso sostiene la tasa de interés casi en 0; en el caso de Japón o Europa se reabren los interrogantes sobre los efectos de los planes de estímulos en pos de reactivar el crecimiento. Por ahora gana la incertidumbre.