Enero es como el mes de Alejandro "Bocha" Sokol: nació un 30 de enero y este pasado 12 se cumplieron once años del fallecimiento de un auténtico del rock.
Julieta Poly @Julietasokol
Domingo 2 de febrero de 2020 19:22
Enero es como el mes de Alejandro "Bocha" Sokol: nació un 30 de enero y este pasado 12 se cumplieron once años del fallecimiento de un auténtico del rock. Fue músico, vocalista y compositor que integró las reconocidas bandas Sumo, Las Pelotas y El Vuelto. Fue miembro originario de Sumo, hasta 1984. En sus comienzos (1981) comenzó tocando el bajo, y al año siguiente paso a tocar la batería.
La vida de Sokol fue un recorrido sin limitaciones, “pendulaba entre Dios y el Diablo, con una gran habilidad”, así lo define en Solo (documental dedicado a Sokol y realizado por Edgardo Andres Kevorkian y Brunno Larocca), Guillespi, ex trompetista de Las Pelotas. No escatimo en experimentar sensaciones psicodélicas a convertirse en mormón cuando la vida paso a ser una monotonía sin sentido, aunque luego le encontraría nuevamente el encanto.
Ni guita, ni fama
Sokol fue uno de los miembros fundadores de Sumo y luego cantante de Las Pelotas. Eso lo convirtió en leyenda del rock nacional porque el recuerdo de el "Bocha” queda intacto en la memoria de los que lo admiran. Era un tipo multifacético (cantaba, tocaba la batería, el bajo y la guitarra) y, fundamentalmente, humilde, de barrio y querido.
Sus días favoritos fueron en Traslasierra, porque Córdoba tiene ese no sé qué una mística en el aire, la birra, el fernet, los ríos, las playitas, las picadas y el vino, las estrellas que parecieran que nuestras manos podrían bajar una del firmamento, la luna y sus maneras de presentarse en cada noche en cualquiera de sus formas que alumbran los bosques y cada rincón alegre o penoso de cada ser.
Supongamos que fue todo eso lo que cautivó a Luca cuando derivó en las sierras de la mano de su amigo Timmy Mackern (luego pasaría a ser representante de Sumo): flashándola traslasierra se les ocurrió la idea de crear una banda. Luca entusiasmado y decidido viaja a Londres en busca de su amiga Stephannie Nuttal para proponerle que sea la baterista de la banda. También el viaje le convenía para comprar algunos instrumentos.
En su regreso aterriza en Hurlingham: ahí empezaría todo. Por primera vez se estrechan las manos con Sokol y German Dafuncchio. Entre birra y birra (supongamos) lograron ponerse de acuerdo y viajan a Mina Clavero para gestar el nuevo proyecto musical que fusionaría entre el punk-reggae.
Lo cierto es que hay muchas versiones. La banda tenía una baterista inglesa, cuando se empieza a forma el proyecto entre 1981 y 1982 en el contexto de la Guerra de Malvinas (la aventura en que los militares mandaron a la muerte a cientos de jóvenes), por lo que Stephanie decide volver a su país por temor a represalias y así es como el "Bocha" empieza en la formación de Sumo, tocando la bata. Dieron un par de shows muy under de regreso a zona oeste, a Hurlingham.
La experiencia del "Bocha" en Sumo no duraría mucho y algo se fue desganando en Sokol y él recordaba que "Sumo era un infierno". Por eso no se sentía mal por haber abandonado la banda: “nos dábamos con todo; si no me iba, me moría. Pasé por una situación difícil en un show, un susto que fue determinante. (…) Pero quedó todo bien. Me acuerdo que una de las últimas veces que lo vi a Luca, me puso la mano en el hombro y me dijo: ’Alejandro, vos sos un Sumo’".
Para el "Bocha" Luca era
"un tipo raro, una especie de torturado que arrastraba una revolución interna”.
No nos detendremos mucho más en Sumo, sabemos lo que fue y lo que es para los que nos gusta el rock nacional y que en las juntadas con amigues siempre suena algún disco, always.
Luego de la muerte de Luca Prodan (22 de diciembre de 1987), Alejandro y Germán Daffunchio se juntan y nacen Las Pelotas (1990), banda de la cual Alejandro participa en todos los discos. Su debut discográfico fue en 1991 con “Corderos en la noche” y su ultimo show con las Pelotas fue en el Quilmes Rock 2008 en el cual se mostró con una remera agradeciendo a todo el público que lo bancó siempre y por siempre: "simplemente gracias", rezaba la remera.
Esta es la discografía completa con el "Bocha": Corderos en la noche (1991), Mascaras de Sal (1994), Amor Seco (1995), La Clave del Éxito (1997), Para Qué (1998), Todo Por Un Polvo (1999), Esperando El Milagro (2003), Show 2005 y 2007.
Es como barro que refresca tu niñez
Hurlingham es la tierra mística del rock donde nació Alejandro el 30 de enero de 1960 e integró bandas de barrio, tocando en galpones, bares y plazas. No hay mucho material sobre su infancia, pero seguramente habrá sido un joven que disfrutaba de las madrugadas de verano con amigos, ensayos y años más tarde llegar hasta la cima de todo para sentirse vivo.
Sus hijos, Ismael (con quien integró El Vuelto S.A.), Camila y Fermín recuerdan que su padre era un tipo humilde, que no le importaba la guita, tener o no tener, era lo mismo.
“El dinero de hoy no te sirve, no importa, no lo veras
Solo me quedas vos, el consuelo es poderte abrazar”
En el documental Familias del Rock, Camila retrotrae de su padre: “Mi viejo era bravo, era una persona brava en algunos sentidos pero muy compañero y divertido: un padre presente a pesar de la separación con mi vieja, siempre estuvo.”
Sokol era fanático de Bowie, disfrutaba de la banda que había formado con su hijo Ismael, en 1995 con Las Pelotas fueron teloneros de los Rolling Stone. El ex trompetista Gillespi recordó en el documental "Solo...", lo siguiente: "Nosotros hicimos los primeros cinco River de los Stones y fueron unas experiencias maravillosas. Lo vivimos con un nivel de normalidad que, para que te des una idea, nunca habían venido los Rolling Stones a la Argentina y eran la tapa de la revista Gente, del diario, salían en Telenoche… Todo era los Rolling Stones y estábamos ahí Las Pelotas y Los Ratones Paranoicos. Las Pelotas subíamos a tocar como si estuviésemos tocando en un club de Berazategui”, comentó.
Y agregó: "Alejandro (Sokol), lo primero que hizo, fue usarle la pasarela a Mick Jagger. Lo perseguían los negros y no lo podían agarrar. El chabón gambeteaba…todo lo que nos prohibían que hiciéramos, él lo hizo el primer show. En el segundo ya estaba tomando un fernet con ellos”.
Shine, shine
No sé si será fanatismo o simplemente Sokol tocó con toda su humildad a muchos jóvenes y no tan jóvenes, sobre todo de una clase social desposeída, sin trabajo, sin acceso a lo cultural: un rock and roll no artificial que plasma a veces en sus letras la desigualdad en la sociedad casi jugando con un instinto de clase, contestatario, como así también dejando caer por tierra la imagen de los rockers y toda esa avaricia que el "Bocha" detestaba.
Pero Sokol también expresaba en el escenario a corazón abierto, envuelto en una insondable soledad después de cada show, la necesidad de un refugio que lo librara de la oscuridad en la que por momentos estaba sometido.
“A pesar de los lugares que visitas, a pesar de las voces con las que hablas
A pesar de la música que escuchas… solo vas, solo estas.”
Alejandro Sokol cumpliría 60 años este 2020: sus restos descansan en Nono (Córdoba), ciudad en la que compartió anécdotas, música y grabaciones con Las Pelotas. Vivió en Las Rabonas con su familia: al lado había una comisaria de pueblo que las rejas de las celdas no tenían candado.
Estuvo una semana detenido por haber manejado 18 kilómetros desde Mina Clavero un colectivo que se encontraba en la terminal con las llaves puestas. Esperaba que algún chófer apareciera para emprender el retorno. Claro, venía amanecido y necesitaba ir a descansar. Espero y espero hasta que no aguanto más, se subió al bondi, lo puso en marcha y manejo hasta llegar a su casa. Lo estaciona en la vereda de la comisaría. Todo el pueblo se preguntaba qué hacia ese colectivo ahí. Y, finalmente, supieron que el aventurero había sido Sokol.
El Bocha en sus 30 años de carrera, se mostró como un hombre frontal, genuino que disfrutaba de estar con la gente en cada recital y desplegaba toda su energía, se prendía un pucho y conversaba con el público, le daba exactamente lo mismo tocar en un galpón o en un concierto con miles de espectadores. Hoy ya no está, pero fue y será lo mejor que el rock de nuestra generación pudo haber conocido.
Alejandro Sokol falleció el 12 de enero del 2009 en una terminal de ómnibus en la ciudad de Río Cuarto (Córdoba) a causa de un paro cardiorrespiratorio a pocos días de cumplir 49 años, una triste noticia que sacudió a sus compañeros de la banda, su familia y la gente que lo seguía.
Sí ¡extrañamos a Sokol! Bocha ¡que estés sonriendo!