El jefe de las Fuerzas Armadas ensaya una salida "institucional" a la crisis producto de las movilizaciones contra el gobierno. Cambios mínimos para mantener al régimen político.
Miércoles 27 de marzo de 2019 14:27
El gobierno perdió dos aliados muy importantes este fin de semana: el Ejército, bastión del régimen del FLN (Frente Liberación Nacional) y el RND (Rassemblement National pour la Démocratie – Agrupación Nacional para la Democracia), principal partido aliado al FLN y cobertura democrática del régimen durante la guerra civil, dirigido por Ahmed Ouyahia. Si la crisis se sigue desarrollado, todo un sector de las clases dominantes busca una salida de “transición” para desviar la situación explosiva.
El jefe del Estado Mayor Argelino pide la inhabilitación de Bouteflika
El jefe del Ejército y viceministro de Defensa, el general Gaid Salah pidió este martes en un discurso televisado la inhabilitación de Bouteflika como ministro de Defensa y Presidente de la Nación. El pedido se da en el marco de las manifestaciones que desde el 22 de febrero ocupan las calles argelinas, en un movimiento social que creció al nivel de movilizar mas de 15 millones de personas, en rechazo al presidente, la posibilidad de un quinto mandato y cuestionando al régimen argelino. Ante esto, las capas más importantes del gobierno y sus aliados muestran síntomas de inquietud.
La solución propuesta por el jefe del Ejército que trata de pasar por un defensor de la democracia, y último bastión del régimen, es la de poner en marcha un desvío "democrático" por la vía del artículo 102 de la Constitución, que permite la posibilidad del relevo del presidente de la República cuando "a causa de una enfermedad grave y duradera se encuentra totalmente imposibilitado para ejercer sus funciones".
"Se ha convertido en necesario, incluso imperativo, adoptar una solución para salir de esta crisis, que responde a reivindicaciones legítimas del pueblo argelino", dijo Gaid Salah.
La Constitución permitiría por medio de este artículo la inhabilitación del presidente por el Congreso después de un voto por mayoría de dos tercios en el parlamento, la cual le daría a Abdelkader Bensala, presidente del Senado a la cabeza del Estado, que tendrá la responsabilidad de la transición hacia nuevas elecciones.
Gaid Salah, hasta ahora aliado importante de Bouteflika, que lo había nombrado a la cabeza del Ejército en 2004, comunicó su voluntad de "escuchar" y terminar la etapa de la crisis política actual y de las movilizaciones.
El jurista Nessim Ben Gharbia explica al diario El País “El mandato de Buteflika termina el 28 de abril. Más allá de esa fecha habría un vacío constitucional y un caos institucional. El Ejército podía haber optado entre el artículo 107 de la Constitución, que habla del Estado de excepción, y el 102. Finalmente, ha optado por la vía institucional, por una transición legal”.
La principal problemática del régimen sería un bloqueo institucional que incentivara a exponer abiertamente el conjunto de sus contradicciones e inhabilitar el escenario de la "transición" que sectores de las clases dominantes empiezan a defender más abiertamente.
Se trata del supuesto rol de "garante de la continuidad del régimen" que juegan los ejércitos en los escenarios de cuestionamiento y crisis al conjunto del régimen como se desarrollaron casos en Turquía y, más profundamente, en Egipto. La institución armada en Argelia, como el resto del régimen político encabezado por el FLN, demostró su descomposición desde la guerra de independencia contra Francia.
Bouteflika pierde a través de Ahmed Ouyahia un aliado importante
La descomposición del régimen llego a tal nivel que el principal aliado del gobierno, la AND, partido de centro derecha nacido durante la guerra civil de los ’90 para jugar un rol de capa democrática al Estado durante los enfrentamientos con los grupos islamitas durante la "década negra", llamó también a la inhabilitación de Bouteflika. Ouyahia, que había sido tres veces Primer Ministro y un bastión de su poder institucional fue despedido por el presidente el 11 de marzo como primer fusible por su perfil liberal y derechista.
No tardó en volverse un defensor de la dicha transición democrática para evitar que se desarrolle más la crisis política y llamó a cambiar "El régimen de Bouteflika que no es mas que un cáncer que gangrena el cuerpo del Estado". En la misma línea que la del jefe del Ejército, Ouyahia recordó: "Nosotros tenemos la cultura del Estado, y no la del régimen". Sus intenciones, de preservar los pilares del régimen con cambios mínimos, tratan de resumir el problema argelino a la presidencia de Bouteflika.
Por su parte, la principal confederación sindical del país, la UGTA, que venia siendo el principal freno a una escalada en la crisis, absolutamente subordinada al FLN, comunicó su apoyo a la propuesta de Gaid Salah de la aplicación del articulo 102. Obviaron la voluntad de cerrar la etapa de las movilizaciones después de la aparición, incluso en el movimiento obrero, de elementos de autoorganización con perfiles antiburocráticos.
Está claro que ni de la mano del Ejército ni de la de un partido aliado orgánico al régimen de Bouteflika se puede esperar una salida a la crisis política del país progresiva para los trabajadores, las mujeres y la juventud. Es un primer paso que se pueda sacar de Bouteflika, pero tanto Salah como Ouyahia son dos caras de un régimen asustado que buscan conservar el Estado de la crisis actual que está viviendo, a través de, por el momento, una vía institucional, incluso garantizando cambios y concesiones menores para cerrar la etapa.