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Red Internacional
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Elecciones presidenciales. El Frente Amplio uruguayo profundiza su giro al centro

Uruguay se prepara para las elecciones presidenciales del próximo 27 de octubre. En un escenario sin un claro candidato favorito, el Frente Amplio viene profundizando su discurso centrista en una desesperada búsqueda de ganar a cualquier costo, con un programa que prácticamente no se diferencia de la derecha en los aspectos centrales.

Jueves 10 de octubre 11:42

Candidato presidencial frenteamplista, Yamandú Orsi.

Quedan poco más de dos semanas para las elecciones presidenciales y parlamentarias del 27 de octubre en Uruguay y los distintos candidatos han terminado de mostrar sus propuestas y programa de gobierno.

El Partido Nacional, del actual presidente Lacalle Pou lleva como candidato a Álvaro Delgado (como continuidad de la línea del presidente), mientras que el otro partido de la derecha tradicional uruguaya, el Partido Colorado, lleva al joven abogado mediático Andrés Ojeda.

En el caso del Frente Amplio y luego de las elecciones internas donde triunfó Yamandú Orsi por sobre Carolina Cosse, las distintas decisiones, discursos y declaraciones van mostrando el perfil que le daría el Frente Amplio a un eventual cuarto gobierno.

Una de las primeras señales del giro al centro (y a la derecha) del Frente Amplio es la posición ante el plebiscito sobre la seguridad social impulsado por la central sindical PIT-CNT y otras organizaciones sociales y políticas para el mismo día de la elección.

Este plebiscito plantea tres puntos centrales: reestablecer la edad de jubilación a los 60 años, equiparar las jubilaciones al salario mínimo nacional y eliminar las administradoras de fondos de ahorro previsional (AFAP) (con la que las empresas privadas hacen negocios con los ahorros previsionales de los trabajadores).

A principios de septiembre un sector del Frente Amplio ya se pronunció en contra de este plebiscito y unas semanas más tarde, en plena arremetida del capital financiero contra una eventual derogación de las AFAP, el candidato frenteamplista Yamandú Orsi adelantó el anunció oficial sobre quien sería el ministro de economía buscando llevar "tranquilidad a los mercados".

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Se trata de Gabriel Odonne, que encarna la moderación dentro del Frente Amplio, se trata de alguien que ha elogiado el papel de Vegh Villegas (ministro de economía durante la dictadura), a Domingo Cavallo (ministro de Economía de Menem en Argentina), ha propuesto desindexar salarios y hasta opinó que había que acompañar la reforma jubilatoria que impulsó Lacalle Pou.

Es que el plebiscito de la seguridad social puso en una posición muy incómoda a la coalición progresista: sus principales dirigentes han expresado de manera contundente que no son afines a ninguna iniciativa que genere roces con el capital financiero, pero igualmente los partidos tradicionales toman el apoyo minoritario de algunos sectores del FA al plebiscito, como una señal que pondría en duda la capacidad del Frente Amplio de mantener los pilares del régimen económico del país.

Así, al oficializar a Gabriel Odonne como futuro ministro de economía, Yamandú Orsi busca trasmitir la tranquilidad que reclaman los empresarios y los propios organismos internacionales que responden al imperialismo (FMI, Banco Mundial, BID, etc.).

La movida puede parecer innecesaria, la propia exsenadora Constanza Moreira en un reciente reportaje en La Diaria, señaló que “El FA no tiene que demostrar que puede gobernar bien la economía, si lo hizo maravillosamente durante 15 años. No tiene por qué dar señales de tranquilidad a los empresarios. Los empresarios hicieron mucha plata durante los gobiernos del FA… a ellos les fue muy bien” pero sin embargo la incertidumbre final sobre el resultado de las elecciones parece llevar a Orsi a sobreactuar ante los mercados y poner a la figura de Odonne como garante de la confianza que asegura el FA a los empresarios.

Pero esta elección para el ministerio de Economía es más que una señal a los mercados, también muestra el rumbo que tendrá el posible cuarto gobierno frenteamplista: respetar las bases neoliberales del régimen (que como bien señaló el propio Odonne, impuso la dictadura con Vegh Villegas y fue continuado por todos los gobiernos democráticos) continuar con la política de promoción de inversiones extranjeras y asegurar beneficios al capital transnacional.

Hernán Yanez, editor de La Izquierda Diario en Uruguay, señala que "La crudeza de las definiciones no deja lugar a dudas, nada bueno pueden esperar las y los trabajadores de un futuro gobierno del FA, ni siquiera que no verán disminuido su salario".

En esta campaña electoral el Frente Amplio ha profundizado su discurso moderado, acercándose aún más al resto de los partidos del régimen. Las aspiraciones de la mayoría de la población, aquella que sobrevive con salarios de hambre, con trabajos precarios y en condiciones de explotación, quedan postergadas en función de dar “certezas a los empresarios”. El FA es un garante de este modelo profundamente desigual, y ya nadie lo pone en duda.

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La impotencia y complicidad de la “pata izquierda”

"En este contexto, de clara derechización discursiva del Frente Amplio, resulta cada vez más difícil argumentar ’desde la izquierda’ que hay que apoyar y votar al FA", afirma Yanez.

Las declaraciones de Constanza Moreira rozan el cinismo; si Odonne es el representante del gran empresariado, podría preguntarse que hace ella dentro de un partido que promueve a esta figura como ministro de economía.

El Partido Comunista de Uruguay (PCU, parte del Frente Amplio), socio electoral de Moreira, no está mucho mejor; su dirigente Juan Castillo también declaró que Odonne "no sería la mejor expresión para la conducción económica para un gobierno del Frente Amplio".

Sectores que supuestamente se ubican a la izquierda dentro de la coalición progresista quedan reducidos a la impotencia o a ser una colectora de votos por izquierda para un proyecto político que se esfuerza por defender los negocios del capital financiero y las AFAP, que sabotea el plebiscito de la seguridad social, que trajo a la papelera UPM y que promueve un modelo que da cada vez más participación al capital y a los empresarios en la economía del país.

En este sentido Yanez afirma que "Las bases frenteamplistas, que honestamente creen aún que el FA es una herramienta de cambio social, las que apoyan el plebiscito, las que no se bancan a Odonne porque saben que nada bueno trae para las y los trabajadores tendrán que ir sacando sus conclusiones; el FA consolida su papel como partido del régimen y ya no genera ni las más mínimas expectativas de cambio".

Desde La Izquierda Diario Uruguay trabajan para levantar otra política: "Contra esta alternancia entre reformismos neoliberales y derechas reaccionarias, es que tenemos que proponer una alternativa propia. Hay que dar una salida obrera a la crisis y cuestionar las bases estructurales de este modelo que le garantiza ganancias a un puñado de capitalistas mientras hunde en la miseria a grandes sectores de la población".

Como señalaron recientemente: "Para esto, no podemos sino apostar a la autoorganización obrera y popular, a la conquista y recuperación de los sindicatos para la lucha de clases – y no solo de la presión in extremis -, a la renovación del cuerpo dirigente de todas las organizaciones obreras y populares, a la transformación de la democracia directa en una maquinaria asamblearia con mandato que se respete, y que la revocabilidad sea en cualquier momento. Una autoorganización que integre y nuclee a todos los sectores en lucha, ambientales, de mujeres, disidencias sexuales, movimiento estudiantil, etc, con una perspectiva de clase y socialista”.

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