Luego del vencimiento con el Club de París, el Gobierno tiene 60 días para llegar a un acuerdo con el organismo antes de quedar en default. Desde que empezó la gestión del Frente de Todos se destinaron más de US$ 6.000 millones para los compromisos con organizaciones internacionales de crédito (como el FMI) y deudas contraídas con otros Estados. Al mismo tiempo la pobreza superó el 45 % y las jubilaciones perdieron más del 10 % con la inflación en el último año.

Matías Hof @HofMatias
Martes 1ro de junio de 2021 00:06
Este lunes 31 de mayo vencía la última cuota de la deuda con el Club de París por US$ 2.400 millones, el Gobierno decidió no pagarla por el momento buscando llegar a un arreglo para aplazarla dentro de los 60 días previstos en el acuerdo firmado por Axel Kicillof en 2014 con el organismo. La gestión del Frente de Todos viene optando por abonar todos los compromisos internacionales, hasta el mes de abril según los datos de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) fueron destinados más de US$ 6.000 millones para el pago de préstamos en moneda extranjera (sumando los intereses y las amortizaciones) con organismos multilaterales de crédito y otros Estados.
Alberto Fernández no se cansa de repetir que no quiere hacer recaer las consecuencias de la crisis sobre el pueblo, pero mientras sigue priorizando el pago de la deuda externa la pobreza alcanza a más del 45 % de la población. Tampoco dejó de hacer crecer el endeudamiento, desde principios del año pasado la deuda externa acumuló un crecimiento de US$ 25.202 millones, acumulando un total en abril de US $338.501 millones, según los datos de la Secretaría de Finanzas.
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De no llegar a un acuerdo con el Club de París, al país se le cobraría una tasa del 9% en dólares retroactiva a mayo 2014 por el saldo a pagar, lo cual elevaría sustancialmente una vez más el monto total. Una deuda con una porción importante que corresponde a la dictadura militar y que Kicillof, cuando era ministro de Economía, aceptó casi se duplique al pasar US$ 5.000 millones a US$ 9.600, una estafa sin final.
Con el FMI en el informe de abril (de la Secretaría de Finanzas) lo adeudado ascendía a U$S 45.827 millones, constituyendo uno de los pesos más grandes que carga el Estado. Durante 2020 lo a los pagos de interés a organismos multilaterales, totalizaron US$ 1.994 millones, de los cuales el 65% (US$ 1.306 millones) corresponden al préstamo Stand By del FMI; otros 300 millones de dólares fueron destinados en mayo para el mismo fin. Pese a las denuncias y los discursos, el Gobierno no escatima recursos para estar en sintonía con el Fondo.
Para hacer frente a estos pagos y mostrarse “sustentable” a futuro el Frente de Todos viene llevando adelante un duro ajuste que más allá de las diferencias internas todos sus legisladores aprobaron con el presupuesto 2021 que fue votado en el Congreso. En el primer cuatrimestre del año el resultado primario (sin tener en cuenta los pagos de deuda) de la administración pública nacional arrojó un déficit de apenas 0,2 % del PIB, contra 1,42 % en igual periodo de 2020; siete veces menos. Para lograrlo recortaron las jubilaciones en más de un 10 % y las prestaciones sociales en más de un 40 %, gracias a la eliminación del IFE.
No hay salida para las millones de familias trabajadoras bajo el sometimiento de los organismos internacionales de crédito, las negociaciones podrán cambiar los plazos de los pagos, pero es imposible resolver el grave problema de la pobreza y al mismo tiempo seguir pagándole al FMI y al Club de París. La situación empeora día a día y es cada vez más necesario declarar el no pago soberano de la ilegal, ilegítima y fraudulenta deuda externa.
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