José Mayans liderará el "Frente Nacional y Popular" y Juliana Di Tullio el bloque "Unidad Ciudadana". Desde Juntos se quejan por la maniobra, alineados con la Corte Suprema. Las fuerzas mayoritarias rosquean por los cargos en medio de una crisis social y económica que tiene a 17 millones de personas en la pobreza.
Martes 19 de abril de 2022 23:52
En la noche de este martes, Diego Genoud publicó en su cuenta de Twitter la información de que el bloque del Frente de Todos en el Senado se rompió en dos. Por un lado, el "Frente Nacional y Popular", será dirigido por José Mayans, con 21 senadoras y senadores. Por otro lado, "Unidad Ciudadana", con los otros 14 senadores y senadoras y que tendrá a Juliana Di Tullio como titular.
Sin embargo, la noticia no se trata de un nuevo episodio de las internas en el Gobierno sino que está relacionada con la disputa por el Consejo de la Magistratura que se abrió en los últimos días, cuando Horacio Rosatti asumió la presidencia y dispuso que se vuelva al esquema del Consejo previo a la ley del 2006, reinstalando una ley que favorece más a los intereses de la Casta Judicial.
Se trata, en concreto, de una maniobra: según la ley de 1998, que había sido derogada pero el fallo de la Corte volvió a instalar, al Senado le corresponden 4 de los 20 miembros en el Consejo. Dos corresponden al bloque mayoritario, uno a la primera minoría y uno a la segunda minoría.
Al partir el bloque, los dirigidos por José Mayans quedan como bloque mayoritario (21), la UCR como primera minoría (18) y Unidad Ciudadana como la segunda minoría (14). Es decir, el Gobierno se queda con tres bancas de las cuatro correspondientes a Senadores, en vez de dos. De esa forma quedaría afuera el PRO, desplazando a Luis Juez.
Sin embargo el bloque del Frente de Todos sigue con el mismo funcionamiento que hasta ahora, solo que se va a tratar de un "interbloque" liderado por José Mayans.
Está por verse si esta maniobra se repite en Diputados y si funciona este mecanismo: ya se habla de una posible judicialización y se especula si los bloques a considerar son los actuales o los que estaban conformados al momento del fallo de Rosatti, que fue hecho en diciembre. Desde Juntos por el Cambio ya salió Alfredo Cornejo a quejarse por la maniobra.
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Sin embargo ninguno de ellos cuestiona la estructura de un poder judicial que es una verdadera casta privilegiada, con Jueces electos a dedo y ligados a los servicios de inteligencia, jubilaciones de privilegio y cargos vitalicios. Una minoría insignificante que dirige una parte importante del poder político del país y no fue elegida por el voto popular de nadie.
Myriam Bregman había planteado en estos días: "Ni rosca ni bonapartismo judicial. Este sistema demostró que es contrario a los intereses de las mayorías populares. Elección directa de los jueces por voto popular, no más servilletas. Juicio por jurados, que ingrese la mirada popular a los procesos.”
Lo que está confirmado es que en el país de los 17 millones de pobres y del 6,7 % de inflación, los bloques mayoritarios están preocupados por un cargo más o un cargo menos en uno de los organismos más antidemocráticos y lejanos a las necesidades del pueblo trabajador que existe en todo el sistema político.
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El bloque que el kirchnerismo no rompió por el acuerdo con el FMI, el ajuste a los jubilados, o el retiro del IFE, lo rompió por una disputa palaciega. Por su parte, Juntos por el Cambio cierra filas defendiendo la maniobra de la Corte Suprema para presidir el Consejo de la Magistratura, reforzando la subordinación política de todo el Poder Judicial.