Dirigentes de los partidos que forman la coalición de Gobierno chilena hicieron este miércoles una reunión para discutir la derrota que sufrieron en las elecciones para el consejo Constitucional a manos de la extrema derecha el domingo pasado. La resolución fue profundizar su giro a la derecha.
Viernes 12 de mayo de 2023 10:43
Chile se vio sacudido el domingo pasado por la noche al conocerse los resultados de la elección a consejeros constitucionales para aprobar lo que sería un nuevo texto de la Constitución. La ultraderecha del Partido Republicano de José Antonio Kast, que reivindica al pinochetismo, obtuvo 35% de los votos y 23 de los 51 escaños, convirtiéndose en la fuerza más votada.
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La crisis para el Gobierno de Gabriel Boric no tardó en llegar. Fue así que este miércoles dirigentes de partidos de la coalición oficialista se reunieron para dar curso a un cónclave de balances y pautas a seguir tras la derrota electoral. Como conclusión, se abre la posibilidad de que la Democracia Cristiana, es decir lo que faltaba de la vieja Concertación, se sume al Gobierno y la idea de insistir acuerdos con la derecha tradicional de la UDI, Renovación Nacional y Evópoli.
En la reunión estuvieron presentes la ministra del interior Carolina Tohá (Partido Socialista - PS), la ministra de secretaría general de gobierno, Camilla Vallejo (Partido Comunista - PC), la ministra del trabajo Jeannette Jara (PC) y la ministra de la Mujer y Equidad de Género, Antonia Orellana (Convergencia Social - CS) junto con los ministros de la Segpres, Álvaro Elizalde (PS) y de Hacienda, Mario Marcel (PS).
Se trata de un balance conjunto de los partidos de gobierno tras la derrota electoral en las que obtuvo sólo 16 representantes, es decir que el oficialismo queda sin poder de veto y sin la posibilidad de alcanzar los 3/5 necesarios para viabilizar las normas en la constituyente.
Según informa el diario La Tercera, en la reunión hubo espacio para que cada partido presentara su propio análisis. Sin embargo, no hubo autocrítica de los sectores ante el avance del Partido Republicano, tras no mencionar que el presente "Acuerdo por Chile" sólo beneficia electoralmente a la derecha quien hoy tiene el 60% del consejo constitucional.
Otro punto que instaló la reflexión del cónclave, es la línea de negociación del gobierno con el gran empresariado: “El gobierno no debe inhibirse de gobernar también por sus propios medios, el Presidente habló de, por ejemplo, dialogar con sectores lúcidos del empresariado entendiendo que el Congreso se ha vuelto un lugar difícil para arribar a respuestas”, señaló uno de los asistentes a La Tercera.
Para la coalición de Gobierno se trata de mantener y ceder lo necesario en pos de "asegurar las mayorías en el Congreso" donde el oficialismo abre sus posibilidades de alianzas con la Democracia Cristiana, sumándola al gobierno.
Es un giro más extremo a la moderación que llega a buscar acuerdos con la derecha tradicional en una expresión de mal menor ante el crecimiento de la extrema derecha. Así, como conclusión del gobierno, la línea para enfrentar a la extrema derecha del Partido Republicano será la idea de insistir en acuerdos con la RN, UDI y Evópoli a quien llamó "derecha democrática".
Pero, ¿es posible enfrentar a la extrema derecha gobernando con la derecha? Dauno Tótoro es editor general de La Izquierda Diairo Chile y señaló al respecto que "A la derecha no se le puede ceder en ningún milímetro, hay que enfrentarla consecuentemente sin renunciar a las demandas populares y de los trabajadores", y que "Para esto hay que reafirmar, fortalecer y ampliar la campaña y la denuncia al fraude constitucional en curso, por su carácter antidemocrático y anti popular, una campaña que sea una herramienta para fortalecer la coordinación y organización de los sectores que buscan enfrentar a la derecha, para volver a las calles y a desplegar los métodos de lucha de la clase trabajadora como la huelga en contra de la resignación de las burocracias sindicales, sin confiar en este gobierno para conquistar las demandas obreras y populares que hoy no están en el tablero ni en la discusión política nacional, como un salario mínimo desde los 750 mil pesos, el problema de la cesantía, la carestía de la vida, la crisis de la educación y la salud y el saqueo de los recursos naturales".