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Red Internacional
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Medio Oriente. El Gobierno de ultraderecha de Israel quiere legalizar colonias en Cisjordania

El primer ministro israelí, aún no en funciones, le promete al aliado de extrema derecha, Ben Gvir, que los puestos de avanzada ilegales (según las leyes israelíes) de colonos serán legalizados en los primeros 60 días una vez que se forme gobierno.

Santiago Montag

Santiago Montag @salvadorsoler10

Jueves 17 de noviembre de 2022 12:40

Benjamin Netanyahu está actualmente encargado de formar un nuevo gobierno israelí después de que su coalición de derecha ganara las elecciones a principios de este noviembre. Se comprometió a legalizar docenas de asentamientos de colonos que el gobierno considera ilegales en Cisjordania ocupada, luego de una reunión con el líder del partido de extrema derecha Poder Judío (Otzma Yehudit), Itamar Ben-Gvir. Esto sucedería dentro de los 60 días posteriores a la juramentación del gobierno, según los medios israelíes.

Aunque el derechista Likud, el partido de Netanyahu, dijo en un comunicado después de la reunión con Poder Judío, que los dos políticos lograron “avances significativos”, no hay garantía de que pase el número requerido de votos en el parlamento de Israel (Knesset) para ser implementado.

La idea es enmendar la “Ley de Desconexión” para permitir que los israelíes se establezcan antiguos asentamientos. Entre los puestos de avanzada que se legalizarán bajo el plan se encuentra Homesh, una colonia de la que se retiraron en 2005, ubicada entre las ciudades palestinas de Nablus y Jenin, en Cisjordania. Se encuentra en la Ruta 60, la principal carretera de norte a sur en la Cisjordania ocupada, que utilizan los palestinos y colonos israelíes.

Recordemos, el Estado de Israel ocupa militarmente Cisjordania desde 1967, año en que también ocupó Franja de Gaza, pero se retiró en 2005 y desde entonces mantiene un bloqueo de tierra, mar y aire. En Oslo 1995, acordó con la Organización por la Liberación de Palestina una administración semi-autónoma de algunas regiones de ese territorio, mientras otras están bajo administración militar de Israel. Sin embargo, nunca dejó de establecer colonias, o sea, barrios, granjas y fábricas israelíes expropiando tierras palestinas, las cuales son defendidos con soldados extremadamente armados.

Estas colonias israelíes son consideradas por el derecho internacional como ilegales, pero Israel considera que solo los puestos de avanzada son ilegales según sus propias leyes, alegando que fueron construidos por colonos individuales o grupos de colonos, y no por el gobierno. Uno de los mecanismos más “sencillos” para Israel de expropiar tierras es justamente esa, el establecimiento de “granjas” de pastores “avanzadas”, como si fueran trincheras. Las considera ilegales, pero les proporcionan todos los servicios básicos, incluída la seguridad (entiéndase protección militar) y les conceden préstamos bancarios para iniciar “actividades productivas”. A partir de esto, se puede
iniciar el proceso de “legalización”.

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Existen docenas de informes de observatorios de derechos humanos (Human Rights Defenders o B’tselem) que han demostrado como el gobierno israelí proporciona infraestructura, apoyo y financiación para que los colonos construyan estos “puestos de avanzada”. Además, en los últimos años, el gobierno israelí ha legalizado retroactivamente muchos puestos de avanzada y ha aprobado una legislación que facilita hacerlo. Los asentamientos israelíes son complejos de viviendas fortificados solo para judíos construidos en tierra palestina en violación del derecho internacional donde viven en todo el territorio más de 700.000 colonos israelíes distribuidos en al menos 250 asentamientos ilegales en Cisjordania y Jerusalén Este ocupadas.

El caso del puesto de avanzada de Homesh es particular. Se construyó en 1978 como una base militar israelí en tierras palestinas privadas antes de ser entregado a los colonos en 1980. Luego fue evacuado en 2005 como parte del "plan de retirada" del entonces primer ministro Ariel Sharon.

Legalizar Homesh significaría una reforma a la Ley de Desconexión de 2005, para permitir que los israelíes se reasentaran en esa colonia. Desde aquella retirada, el ejército israelí mantiene una base militar en el lugar, lo que permite que los colonos puedan acceder allí, mientras que los palestinos lo tienen prohibido. En 2007, los colonos establecieron una escuela religiosa (yeshivá) en el puesto de avanzada. La escuela continúa funcionando y los colonos pueden acampar y realizar eventos y protestas en el puesto de avanzada, pero no pueden tener viviendas permanentes.

La agresiva política israelí

A principios de noviembre, “Bibi” Netanyahu fue electo nuevamente luego de haber perdido las elecciones en 2021 después de 12 años en el poder frente a la coalición que en su momento había logrado armar Bennet, que duró menos de un año. El domingo pasado recibió la tarea formal del presidente israelí, Isaac Herzog, de formar un gobierno como parte del sistema parlamentario.

Su partido Likud y sus aliados ultranacionalistas, incluidos Ben-Gvir y Bezalel Smotrich de la alianza del Sionismo Religioso, obtuvieron una clara mayoría en las elecciones que tuvieron lugar el 1 de noviembre para los 120 escaños de la Knesset. Esta es una expresión del corrimiento a derecha de un sector de la sociedad israelí, por un lado los colonos los que han fusionado religión y política nacionalista, donde la colonización de todo el territorio palestino es un Destino Manifiesto establecido por Dios. Esquemáticamente, otro sector ignora la ocupación militar mientras que observa a los palestinos como potenciales agresores y ven su seguridad comprometida.

Esto lleva a que la situación sea sistemáticamente tensa. Smotrich y Ben G’vir han sido arietes políticos para políticas más agresivas en tierras palestinas promoviendo aún más las actividades de los “puestos de avanzada”. Los palestinos en Nablus dicen que los planes son muy preocupantes, existe un aumento en los ataques de los colonos contra los palestinos. Donde se manifiestan masivamente en distintos espacios y se los ve atacar coordinadamente con los soldados israelíes.

Desde el año pasado, las ciudades de Nablus y Jenin, en el norte de Cisjordania, se han convertido en centros de resistencia armada a la ocupación israelí durante décadas, con un aumento evidente de ataques contra bases militares, puestos de control, soldados y colonos israelíes. Los ataques también se han extendido a Salfit, Hebron y Jerusalén en las últimas semanas. El martes, un hombre palestino de 18 años llevó a cabo un ataque de apuñalamiento y atropello de automóvil cerca del asentamiento ilegal de Ariel en Salfit, en el norte de Cisjordania ocupada, matando a tres israelíes, antes de que las fuerzas israelíes lo mataran a tiros.

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Estos ataques son expresiones de una búsqueda de los jóvenes por resistir al aumentado de las incursiones militares en los campos de refugiados en Nablus, Jenin, y otros donde las condiciones de vida son muy degradadas. Allí se organizan muchos alrededor de la agrupación armada Lion’s Gate, con vínculo con Yihad Islámica en Gaza, a quien el Ejército puso en la mira a partir de la Operación Break the Wave (Rompe la Ola) con el objetivo de evitar el aumento de la resistencia. Durante este año han asesinado a decenas de palestinos en las redadas contra estos grupos que operan de forma autónoma. La propia Autoridad Palestina está siendo cuestiona por no intervenir y ser partícipe de la opresión hacia la población palestina en Cisjordania, por esto han ha reprimido no solo a los grupos armados, sino las protestas populares y huelgas generales que ponen en cuestión su gobierno.


Santiago Montag

Escribe en la sección Internacional de La Izquierda Diario.

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