Tras la “exitosa fuga” de los condenados por el triple crimen de General Rodríguez, funcionarios nacionales y provinciales aseguran que “están trabajando” para encontrarlos.
Lunes 28 de diciembre de 2015 10:59
La crónica policial relata que ayer tres peligrosos delincuentes se fugaron del penal de General Alvear, tomando rehenes y amenazando a guardias y custodios. Que se fueron primero en un auto y luego en una camioneta. Y que todo el aparato estatal se puso a trabajar en su recaptura, incluyendo un ofrecimiento de recompensa de 2 millones de pesos para quien sepa algo. Hasta ahí, nada que sorprenda. Las fugas de penales federales, bonaerenses o de otras provincias son moneda corriente. Eso sí, para fugarse el o los presos deben tener poder y un motivo justificable.
En este caso los fugados son nada menos que los hermanos Cristian y Martín Lanatta y Víctor Schillaci, los tres condenados por el triple crimen de General Rodríguez ligado al tráfico de efedrina. Uno de ellos, Martín Lanatta, este año jugó un papel destacado en la campaña electoral, al acusar desde el programa de Jorge Lanata en Canal 13 al entonces jefe de Gabinete de Cristina y candidato a gobernador, Aníbal Fernández, de haber sido el instigador del asesinato de Sebastián Forza, Leopoldo Bina y Damián Ferrón el 13 de agosto de 2008.
La fuga de estos tres “peligrosos delincuentes” provocó la primera “crisis de seguridad” en el gobierno de María Eugenia Vidal, quien inmediatamente optó por remover a la cúpula del Servicio Penitenciario Bonaerense y a quienes dirigen el penal de “máxima seguridad” de General Alvear.
“Se está trabajando”
Esta mañana, como era de esperar, los funcionarios del área de Seguridad fueron buscados por todos los medios. Quienes hablaron fueron centralmente Eugenio Burzaco, el secretario de Seguridad de la Nación, y Cristian Ritondo, el ministro de Seguridad de la Provincia.
“Lo que hemos hecho en las últimas horas fue pedir la captura internacional de los tres, verificar las fronteras para evitar la fuga y colaborar con la recaptura”, dijo en declaraciones a Radio América Burzaco. El reemplazante de Sergio Berni calificó la fuga del penal de General Alvear como un hecho grave y dijo que “se está trabajando” para encontrarlos.
Quizás la definición más importante de Burzaco fue que “en este tipo de fugas siempre hay ciertas connivencias, es muy difícil fugarse de un penal sin que alguien desde adentro ayude”. La importancia de lo que dice Burzaco no radica en su originalidad sino en la constatación de que no es posible que se produzca ésta ni ninguna otra fuga si no se lo permite desde el propio Estado. “Si hay alguien que ha sido corresponsable de este hecho le caerá todo el peso de la ley, este es un hecho grave y no puede haber miramientos si alguien fue cómplice en este proceso”, complementó Burzaco intentando mostrarse como diferente a todos y cada uno de sus predecesores.
El funcionario sentenció, curiosamente, que esta fuga “no beneficia a nadie”. Y finalizó prometiendo que el foco estará “concentrado en la recaptura y con los días veremos si existe un mensaje y quiénes están involucrados detrás del tema”.
Dos palos por cantar
Hoy también se supo que el ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, Cristian Ritondo, se reunió con la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, y firmaron la resolución 12/2015 que oficializa la recompensa “a las personas que aporten información fehaciente que contribuya a individualizar, dar con el paradero y detener a los prófugos Martín Eduardo Lanatta Rodríguez, Cristian Daniel Lanatta Rodríguez y Víctor Gabriel Schillaci Bonini”.
Según la resolución, “las personas que quieran aportar la información requerida deberán presentarse ante los Fiscales Generales de Cámara de los distintos Departamentos Judiciales de la Provincia, la Unidad Funcional de Instrucción N° 20 Descentralizada de Gral. Alvear, del Departamento Judicial Azul (…) ante la Dirección Provincial de Registro de Personas Desaparecidas (...) debiendo asegurar la confidencialidad de la información y la reserva de la identidad de las personas”.
La historia reciente demuestra que casi nunca una recompensa, por suculenta que sea, destinada a dar con el paradero de personajes tales como los condenados por el Triple Crimen, da resultado. El caso paradigmático es la desaparición de Jorge Julio López, en septiembre de 2006, cuando la Provincia lanzó recompensas que fueron aumentando en monto con el correr de los meses y sin embargo nunca se supo de alguien que haya “cantado” o aportado datos fehacientes sobre policías, agentes penitenciarios o civiles involucrados en esa gravísima desaparición forzada.
Fuegos artificiales
Esta mañana el ministro Ritondo anunció dos novedades respecto a la “pesquisa” alrededor de la triple fuga. Una es que anoche en Berazategui se secuestró “una camioneta muy similar a la filmada en la fuga” de los Lanatta y Schillaci. Y la otra es que fue detenido “un familiar de uno de los prófugos”, por resistencia a la autoridad.
El dato central es que, según Ritondo, ambos hechos están relacionados. Consultado por radio La Red sobre si esa persona fue capturada cuando se secuestró el vehículo, respondió que sí.
Estas medidas, como también suele ocurrir, parecen querer mostrar a un Estado activo en la búsqueda de los fugados. Pero no puede descartarse que el objetivo de estas “rápidas acciones” sea, en realidad, fugar hacia adelante la crisis abierta por semejante hecho.
“No fue magia”
Como se escribe en otra nota de este diario, “la ’fuga’ saca a la luz el grado de descomposición de las fuerzas de seguridad del Estado (incluso de un penal de ’máxima seguridad’) que habilita el escape de personas condenadas por crímenes mafiosos ligados al narcotráfico. Estos métodos son amparados por el poder político, con funcionarios que fueron parte del gobierno anterior, ratificados en el cargo por la ’revolución de la alegría’.”
La fuga de los hermanos Lanatta y de Víctor Schillaci es un golpe en la línea de flotación del gobierno de Cambiemos que, tanto a nivel nacional como provincial, hizo de la "lucha contra el narcotráfico" un caballito de batalla de campaña. A pocos días de asumir repartiendo globos amarillos a diestra y siniestra, el macrismo ya tiene su primera cachetada de realidad, impulsada desde las propias entrañas del Estado que gerencia.
Los mensajes con tinte “mafioso”, sobre todo en una Provincia de Buenos Aires regenteada por la maldita Policía Bonaerense y por el temerario Servicio Penitenciario provincial, están a la orden del día con cada nuevo gobierno o con cada nueva coyuntura política. Y por lo general los motivos y los destinatarios de esos mensajes (sean gobiernos, funcionarios, empresarios, comisarios o burócratas sindicales) el pueblo trabajador los desconoce por completo, ya que tanto las acciones como las reacciones se cocinan entre las cuatro paredes del poder.
A todo eso junto huele este nuevo escándalo de la triple fuga de los condenados por el triple crimen.