En un raro caso de “libertad”, el gobierno otorgó unilateralmente el valor del SMVM de abril y mayo. Será de $221 mil abril y $234 mil mayo. Es un cuarto de la canasta familiar. El vocero presidencial gana 20 veces ese monto. Otro ataque a los sectores más precarios.
Lucho Aguilar @Lucho_Aguilar2
Viernes 3 de mayo 10:56
La reunión del Consejo del Salario fue un fracaso. Las cámaras empresarias propusieron un aumento de un 8% de mayo y 5% en junio. Un robo al bolsillo descarado. Las centrales sindicales propusieron un salario mínimo vital y móvil de $377 mil. Pero tampoco hicieron nada para imponerlo. Entonces el gobierno “libertario” decidió hacer algo poco liberal: sus ministros millonarios definieron en sus despachos cuál sería el aumento. De ahí salió el nuevo número: 221 mil pesos en abril, 234 mil en mayo. 1100 pesos la hora. O sea: para comprar un kilo de pan tenés que laburar 2 horas y media.
Significa un aumento del 50% en relación a diciembre, pero la inflación en el mismo período fue de 107%. Un robo fenomenal.
El SMVM influye sobre los ingresos de muchos sectores de trabajadores. Desde el básico que pueden pagar los convenios, hasta los salarios de trabajadoras domésticas e influye sobre montos de docentes y jubilados. Pero sobre todo marcó históricamente el valor del Potenciar Trabajo, que al ser la mitad ahora pasaría a ser de 117 mil pesos. Ese "aumento" ni siquiera está confirmado, porque el gobierno "desenganchó" el monto del programa social del salario mínimo.
Para tener una idea, la canasta básica alimentaria para una familia de 4 integrantes fue de 358 mil pesos. La básica total fue de 773 mil y en mayo se espera que llegue a los 900 mil pesos. O sea que el mínimo equivale a un cuarto de los ingresos que necesita una familia para sobrevivir. En el caso de quienes cobran el programa social, será una octava parte.
Si le sumamos la falta de asistencia a los comedores, los tarifazos , el congelamiento de los nuevos planes que reemplazan el Potenciar Trabajo y la eliminación del “monotributo social” con la Ley Ómnibus, estamos ante un ataque al bolsillo de los trabajadores y trabajadoras más pobres.
Es la miseria planificada. Pero además una miseria que choca contra el aumento de los sueldos de funcionarios y parlamentarios. El vocero Adorni o un senador ganan entre 4 y 5 millones de pesos, 20 veces un salario mínimo, 52 veces lo que cobra un cooperativista social.
Encima el caradura lenguaraz presidencial dijo en su conferencia de este viernes que “los salarios de los funcionarios están congelados desde diciembre, hemos perdido contra la inflación”.
Acá no estamos hablando de un “gasto del Estado”, como le gusta decir al gobierno de derecha. Se trata de un beneficio a toda la clase empresaria, que podrán tomar como referencia esos valores mensuales o por hora. La licuadora más perversa de todas.
Según el Artículo 14 bis de la Constitución Nacional y Artículo 116 de la Ley de Contrato de Trabajo, el SMVM es aquel que asegura a los trabajadores en su jornada legal de trabajo la satisfacción de las 9 necesidades allí contempladas: alimentación adecuada, vivienda digna, educación, vestuario, asistencia sanitaria, transporte y esparcimiento, vacaciones y previsión.
Está claro que la decisión de Milei viola todos esos principios elementales.
Hay que terminar con este plan de empobrecimiento de la clase trabajadora. Hay que unir la lucha contra el impuesto al salario, que plantean muchos gremios, con el reclamo de los sectores más precarios. Nadie puede cobrar por debajo de la canasta familiar. Hay que golpear sobre el corazón del plan de Milei. Poner como centro en estas semanas la pelea por voltear la Ley Bases. Las centrales sindicales, en vez de reunirse entre 4 paredes con los empresarios y funcionarios, tienen que convocar un plan de lucha por todos estos reclamos.
Lucho Aguilar
Nacido en Entre Ríos en 1975. Es periodista. Miembro del Partido de los Trabajadores Socialistas desde 2001. Editor general de la sección Mundo Obrero de La Izquierda Diario.