Paolo Gentiloni, primer ministro italiano, informó del despliegue de 470 efectivos, más 120 en marzo, en la frontera de Níger con el objetivo de controlar el flujo de inmigrantes del África subsahariana.
Viernes 29 de diciembre de 2017
Con el argumento de luchar contra la trata de personas, el gobierno propone una operación militar, que no tiene otro objetivo que impedir la llegada masiva de refugiados. Esta intervención, solicitada por Níger y a la que el Gobierno italiano ha respondido sin que le tiemble la mano, tiene por objetivo la formación y entrenamiento de las fuerzas policiales y militares del país africano para fortalecer la frontera. Italia ya llevó a cabo un despliegue similar en Libia, hace pocos años, con el objetivo de impedir el paso de los migrantes a Europa.
Según el informe “La dimensión internacional de las migraciones” de la Fundación Leone Moressa, en 2016 en Italia el número de inmigrantes regulares alcanzaba los cinco millones, mientras que los que se ocupaban en el mercado laboral, trabajadores inmigrantes, habían aumentado un 40% entre 2008 y 2016, pasando de 1,7 millones a 2,4 millones de personas. Estos datos no contabilizan a los inmigrantes sin papeles, empleados de manera irregular.
Los sectores laborales que ocupan preferentemente los inmigrantes son los más precarios. De acuerdo al mismo informe, el 74% de los trabajadores de tareas domésticas en Italia como limpiadoras, cuidadores de niños y ancianos, son inmigrantes. El sector de servicios o logística también es uno de los que más emplea mano de obra inmigrante, con menores salarios y peores condiciones laborales.
La gran presencia de trabajadores inmigrantes, y el hecho de que Italia sea una de las puertas de entrada a Europa para miles de inmigrantes sin papeles y refugiados, ha sido instrumentalizado por las formaciones de extrema derecha para fomentar el racismo y la xenofobia.
Con las próximas elecciones con fecha para el mes de marzo, el gobierno italiano, toma una medida para fortalecer las fronteras, buscando complacer al electorado que se inclina hacia la derecha en esta cuestión.
Con la excusa de los muertos ahogados en el mar y del proxenetismo, Europa vuelve a demostrar que, lejos de pretender resolver el problema de los migrantes y refugiados prefiere que mueran en la guerra y la miseria de las que no piensa responsabilizarse. Vuelve a hacerse patente que los gobiernos europeos llenan los discursos de “solidaridad” pero las limosnas que ofrecen no sirven para remediar el sufrimiento de miles de personas. Solo una lucha directa contra el capitalismo neoliberal y xenófobo, que ve dividendos donde hay vidas, puede ofrecer una solución.