Desde ayer funcionan los bares con mesas al aire libre y las reuniones en espacios públicos de hasta 10 personas. El gobierno porteño continúa favoreciendo la apertura comercial en el pico de casos sin medidas complementarias, mientras en las últimas 24hs se reportaron 1.433 contagios y 46 muertes en la Ciudad.
Martes 1ro de septiembre de 2020 12:01
En la Ciudad de Buenos Aires la cantidad de contagios por Covid-19 continúa sin descenso. En las últimas 24hs se registraron 1.433 casos y 46 muertes en la Ciudad, lo que marca que aún el promedio de más de 1.000 casos por día continúa creciendo.
En este contexto, el Ministro de Salud porteño Fabián Quirós, declaró ayer lunes que “lo peor ya pasó”, que la curva de contagios se mantiene en una “meseta” y que su descenso “será lento”. Según el funcionario, ya debería comenzar a bajar, aunque sucede lo contrario.
Al mismo tiempo, el vicejefe de gobierno de la Ciudad, Diego Santilli, informó que a partir de este lunes 31 de agosto, hay 1.800 bares y restaurantes habilitados a funcionar con mesas en el espacio público, no en salones internos. El protocolo establece una distancia entre las mesas de 1,7 metros entre sí, se debe colocar alcohol en gel y las mesas deben desinfectarse luego de que se retire cada comensal. Los trabajadores a su vez, continúan sin estar habilitados para utilizar el transporte público.
También se habilitaron las reuniones al aire libre en espacios públicos, de hasta 10 personas, con uso obligatorio de tapabocas, en el marco de la habilitación permitida por el presidente Alberto Fernández.
Estas medidas de apertura son impulsadas en medio de una cantidad alarmante de contagios en la Ciudad que superan los 1.000 por día, y donde el índice de positividad acumulado es del 41,4%, una cifra muy alta. La ocupación de camas de terapia intensiva alcanzó el 62%, es decir que hace semanas superó la mitad de la capacidad, con un riesgo de colapso inminente.
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La mayor apertura en este contexto, conlleva un riesgo de que los contagios se expandan y aumenten las dificultades de que el sistema de salud pueda dar la respuesta necesaria. Los funcionarios, tanto de la Ciudad como de Nación, apelan a la “responsabilidad individual” de cuidarse, mientras dan señales contradictorias abriendo bares, comercios y espacios públicos.
Según el Indec, durante estos 5 meses de pandemia, a nivel nacional debieron cerrar 19.000 comercios por la crisis económica, que no han recibido ningún subsidio para mantenerse. El gobierno porteño ahora comienza a permitir la apertura de algunos de los que sobrevivieron en la Ciudad, pero sin haber votado medidas complementarias en este tiempo, sólo la exensión de ingresos brutos a los comercios gastronómicos,que termina beneficiando a las cadenas más importantes mientras es insuficiente para los pequeños comercios.
Mientras tanto, según El Disenso, por segunda vez en lo que va de la pandemia, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires destinó más de 80 millones de pesos a la compra de equipamiento para tiro. La partida incluye 30 mil dólares para un bowling, 100 millones de pesos para veredas y casi 5 millones en revestimiento de pisos vinílicos. Además de que la Legislatura Porteña votó, con aval del Frente de Todos, el endeudamiento público de la Ciudad por u$ 150 millones en abril de este año.
Mientras tanto, el sistema de salud está cercano al colapso, como vienen denunciando sus trabajadores hace semanas, sin los elementos básicos para trabajar, pero el presupuesto no se destina a ello.
Tampoco en dar respuesta a los urgentes reclamos de la comunidad educativa, que viene exigiendo desde comienzo de la pandemia, que los gobiernos garanticen la conectividad y las computadoras, a la vez que canastas alimentarias de calidad y cantidad para todos los estudiantes. Por el contrario, el gobierno porteño insiste con la apertura de las escuelas, aunque entre docentes, familias, estudiantes, organizaciones sindicales, se puso un freno a esta medida que pone en riesgo sus vidas.
En los lugares de trabajo las empresas continúan sin cumplir con los protocolos de testeo y aislamiento necesarios, y obligan a asistir a los trabajadores y trabajadoras incluso con síntomas, priorizando no perder sus ganancias. De este modo, los contagios se esparcen, arriesgando también a las familias y aumentando la cantidad de casos.
Queda claro que la apertura de actividades sin un plan de prevención y regulación, a la vez que sin destinar el presupuesto necesario a la salud y educación, y sin regular a las empresas, es la mayor causa de contagios en la Ciudad. Esto es lo contrario al discurso de los funcionarios de gobierno, con el cinismo de continuar echándole la culpa a la gente que "tiene dificultad" en "acompañar las medidas" para evitar los contagios.
Julieta Azcárate
Nació en Buenos Aires en 1982. Militante del PTS, licenciada en Sociología y docente.