¿Proyecto antimemes? El Gobierno quiere que las redes “dejen de intoxicar el espíritu de nuestra democracia”

Este lunes, en el marco de la presentación de la “Agenda Productiva Federal” en el Centro Cultural Kirchner, el secretario de Asuntos Estratégicos Gustavo Beliz anunció que desde el Consejo Económico y Social (el engendro armado por el Frente de Todos junto a empresarios y burócratas sindicales) se trabaja en “un estudio pionero” que buscará instalar “un pacto para el buen uso de las redes sociales” con el objetivo de que “dejen de intoxicar el espíritu de nuestra democracia”.

Según el funcionario (mano derecha de Alberto Fernández y uno de los más menemistas del staff de Gobierno) la iniciativa ya está siendo conversada junto “a 40 universidades de toda la Argentina”, aunque no mencionó a ninguna en particular ni tampoco aclaró si son universidades públicas o privadas (o combinación de ambas). “No lo estamos haciendo solos”, sólo aclaró.

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Beliz dijo en su exposición ante grandes empresarios y dirigentes burocráticos de los sindicatos que la idea oficial es “aprovechar al máximo el potencial democrático que ofrecen las plataformas virtuales, avanzando hacia la construcción de entornos digitales plurales y respetuosos” para hacer frente a “los efectos negativos de la desinformación y los discursos de odio”.

“Bien común”, “buen uso”, “espíritu democrático”, “efectos negativos”. Conceptos nada universales ni neutrales que, inevitablemente, deben pensarse a partir de quién es el enunciador que los usa, quiénes son sus interlocutores cuando lo enuncia y, sobre todo, cuál es el espectro conceptual y de valores en el que se inscribe el discurso que los incorpora.

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Curiosamente, el anuncio de Beliz sorprendió a varios de los participantes de la reunión en el CCK. Y sonó tan sospechoso que hasta las corporaciones mediáticas como Clarín y La Nación (tan poco afectas a la verdadera libertad de expresión) y hasta referentes de la coalición de derecha de Juntos por el Cambio (que en el macrismo hicieron desastres a nivel comunicacional) aprovecharon para posicionarse como defensores de las libertades individuales que el proyecto parecería amenazar.

Pero hay que aclarar que la iniciativa “Redes para el bien común” está inspirada en el llamado “Pacto Internacional para la Información y la Democracia” lanzado en septiembre de 2019 en Europa por los gobiernos de las potencias imperialistas, los mismos que hoy hacen gala de una fenomenal guerra contra la verdad en el marco de la invasión rusa a Ucrania y los planes expansionistas de la OTAN.

Como parte de ese “Pacto...”, durante el “Foro de Paz de París” realizado en noviembre de 2020 se presentó un informe en el marco de una reunión de la “Alianza para el Multilateralismo” en el que se expusieron varias de las ideas que hoy enarbola el Gobierno argentino.

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El “Foro de Paz de París” fue creado en 2018. ¿Por quién? Por el presidente Emmanuel Macron, quien en ese mismo año quedó contra las cuerdas por la fenomenal movilización de los “chalecos amarillos” que puso en cuestión los planes nada pacíficos del mandatario francés contra amplios sectores de la población. Una de las armas de Macron para combatir a los manifestantes fue una inusual campaña de demonización, criminalización y represión hacia quienes reclamaban en las calles por sus derechos. Todo muy “democrático”.

A mediados del año pasado Beliz había anunciado que, por invitación de Francia y Alemania, Argentina firmó su adhesión al “Pacto por la Información y la Democracia” que “persigue el objetivo de abordar los múltiples desafíos del ejercicio de la ciudadanía en tiempos de Internet”. Dado un paso más en la idea, ahora dice que el programa “Redes para el bien común” organizará foros abiertos sobre “ciudadanía” para analizar el fenómeno de la “sobreinformación”. Según se anticipó, entre octubre y noviembre habrá foros en las regiones norte, centro, cuyo, sur y bonaerense.

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La obsesión de Beliz (miembro del Opus Dei) por establecer regulaciones conservadoras y ultracapitalistas en los diversos medios de comunicación de masas no es nada nueva. Hace treinta años, siendo ministro del Interior de Carlos Menem, presentó un proyecto en el Congreso para reemplazar a la vieja Ley de Radiodifusión de la dictadura por otra que se ajustara a los preceptos del gobierno peronista que desde 1989 venía “transformando el Estado” de acuerdo a las directrices neoliberales.

Pero no estamos en 1993. El gobierno al que pertenecía entonces Beliz no atravesaba una profunda crisis interna. Por el contrario, todas las alas del peronismo (incluyendo al matrimonio Kirchner) se encolumaban detrás de las políticas de Menem. Y tampoco existían las redes sociales, el fenómeno del nuevo siglo que cambió muchas formas de comunicarse por parte de la sociedad y hasta puso en cuestión muchos de los viejos preceptos relacionados con la expresión, la cultura, el arte y demás tópicos de las conductas humanas.

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No se sabe aún qué personalidades de la academia y las ciencias de la comunicación asesoran a Beliz en su proyecto de “redes para el bien común”. Pero en medio de la profunda crisis que atraviesa el Frente de Todos, con demasiado fuego amigo esmerilando la autoridad y la credibilidad de Alberto Fernández, bien vale pensar la idea de “combatir” (a lo Macron) las fake news y, sobre todo, la catarata de memes que despierta cada nueva chapucería del presidente, como un intento de tapar el sol con el dedo menique.

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Tal vez a Beliz le faltó, antes de anunciar lo que anunció, reunirse con los CEO de las corporaciones periodísticas (como el “amigo” Héctor, al decir de Alberto) y de las plataformas digitales para contarles su idea. Tal vez así lograba acordar los alcances y límites de una iniciativa como ésta. Porque si la idea es coartar la expresión popular, allí podría tener más aliados que críticos. Tan desgastada está la gestión gubernamental que, parece, ni para ese tacto les estaría dando.