Este fin de semana, se presentó Pan y Rosas en la localidad de Zotoluca, municipio de Apan, Estado de Hidalgo, con la finalidad de comenzar a discutir porque es vital que las mujeres nos organicemos para pelear por nuestros derechos, en el marco del 25 de noviembre, Día Internacional contra la violencia hacia las mujeres.
Miércoles 16 de noviembre de 2016
Mujeres trabajadoras -algunas de ellas obreras que lucharon ante el cierre de la fábrica de calzado Sandak- jóvenes estudiantes, madres solteras, se concentraron para debatir sobre lo que todas ellas viven a diario, de cómo enfrentan la violencia machista, muchas en silencio, y de que su realidad la padecen miles a lo largo y ancho del país.
Saben que no están solas, razón por la cual, discutieron que es necesario hacerle frente a esta brutal realidad que viven las mujeres por la vía de estar organizadas, sin depositar ninguna confianza en que la solución vendrá del Estado, sus instituciones, mecanismos, ni mucho menos de los patrones.
Muchas padecen salarios miserables, terribles condiciones de trabajo, sin transporte público adecuado para poder trasladarse, razón por la cual deben caminar para llegar a sus trabajos. Por eso cuando la fábrica de calzado Sandak cerró, dándoles una patada a sus trabajadoras y echándolas a la calle sin importar que ellas todos los días dejaran su vida en la línea de trabajo, que ellas eran las que producían las grandes ganancias que la patronal se embolsaba, y fue así que no dudaron, ni un poco, en organizarse para defender su fuente de trabajo y su derechos. Incluso se enfrentaron contra las represiones orquestadas por la patronal en complicidad con el gobierno de Tlaxcala, dejando como saldo la vida de una de las compañeras a causa de los golpes de la policía.
Sin embargo a pesar de las adversidades las trabajadoras siguen organizadas, no lograron quebrar su resistencia, ni su anhelo por cambiarlo todo. Porque una, después de abrir los ojos, no puede cerrarlos tan fácil.
Durante el foro se tocaron diversos temas sobre la precarización laboral, la extensión del fenómeno del feminicidio, la opresión milenaria de las mujeres bajo el patriarcado y el sistema capitalista, claramente, desde la visión de los sectores más oprimidos de la clase trabajadora.
Una de las jóvenes panelistas, estudiante de economía destacó: “No quiero tener miedo cuando camino por las calles, no quiero seguir enfrentando la violencia, por eso decidí organizarme en Pan y Rosas”
Su compañera, una joven trabajadora de maquila, explicó la conmemoración del 25 de noviembre, haciendo referencia a la historia de las hermanas Mirabal y añadió:
“Quiero luchar por mis ideales, sin miedo. Llamo a decir basta, a levantar la voz, a romper con la indiferencia y a luchar contra este sistema capitalista, tan absurdo y lleno de prejuicios que constantemente oprime, reprime y violenta”.
Finalmente las panelistas cerramos explicando que “…no podemos permitir que nos sigan golpeando, así que determinadamente diremos nunca más y romperemos con todo tipo de relación que apunte a reproducir la violencia machista. Pero eso no quiere decir que nuestros compañeros son nuestros enemigos, queremos conquistar la voluntad de todos aquellos que quieran romper con todo esto, para salir unitariamente a las calles.
Y sí, seremos miles de mariposas las que ganaremos las calles pese a que nos golpean, amedrentan y pretenden cortarnos las alas para que el miedo nos paralice. Y es que razones nos sobran, por eso estamos convencidas de querer viajar con una delegación a la movilización que se llevará a cabo en la Ciudad de México junto a nuestras compañeras de Pan y Rosas.