Si bien es innegable la necesidad de que las mujeres participen de la vida política, el problema de raíz no se soluciona añadiendo una cuota de género como requisito.
Miércoles 25 de octubre de 2023
El Instituto Nacional Electoral ha ordenado que los partidos políticos postulen al menos a 5 mujeres para las gubernaturas que se disputarán en 2024.
Cuando se presentó la propuesta de cuota de género, la mayoría de los consejeros que habían mostrado acuerdo con la medida dudaron y no pasó.
Sin embargo, durante en una sesión posterior, 10 consejeros tuvieron acuerdo en aprobar esta medida que, en sus palabras, busca generar condiciones más equitativas en el proceso de elección.
Durante la sesión, representantes de todo los partidos (exceptuando el PVEM) afirmaron que el INE no tiene las facultades para tomar esta decisión y que, al hacerlo, en realidad vulnera las acciones internas que ya se toman en cuanto a género. Sin embargo, todos aceptaron la medida menos el PAN, cuyos representantes anunciaron que impugnarán la decisión.
La orden del INE fue bien recibida en redes sociales. Muchos se mostraron a favor de que hubiera mayor equidad en los procesos electorales.
Una medida ultra limitada
Si bien es innegable la necesidad de que las mujeres participen de la vida política, el problema de raíz no se soluciona añadiendo una cuota de género como requisito.
Por supuesto que hay mujeres en los partidos políticos, si bien siempre suelen contender más los hombres, pero ¿qué tipo de mujeres son? Se trata de políticas como Xóchilt Gálvez, que hizo un llamado a apoyar a Israel y “su derecho a defenderse”, a sabiendas de que al hacerlo avala la muerte de miles de palestinos, incluidas mujeres y niños. O como Lily Téllez, quién está abiertamente en contra del aborto y las comunidades sexo diversas.
Claudia Sheinbaum, a primera vista, se muestra más conciliadora con temas de interés popular, como la violencia de género. Pero, por ejemplo, no le tembló la mano para reprmir movilizaciones de mujeres, o al momento de avalar la figura de “beneficiario de servicio social”, que desprovee a los trabajadores de todos los derechos laborales que pueden tener, empezando por el reconocimiento de la relación laboral.
Esas son algunas de las representantes políticas con las que cuentan los partidos políticos actuales. ¿Necesitamos más políticas así?
¿Qué tipo de mujeres necesitamos en la política?
Sí, necesitamoa más mujeres en la política, pero mientras no haya las condiciones sistémicas para que las mujeres de abajo se conviertan en agentes políticos y se hagan parte de la toma de decisiones que afectan sus vidas, medidas como las cuotas de género sólo aparentan equidad y son utilizadas por instituciones como el INE para posar de democráticas y “quedar bien”.
Porque las que llegan al poder no son aquellas que trabajan de sol a sombra para mantener a sus familias, no son las que dejan horas de su vida en el transporte público para poder llegar a trabajos precarios con sueldos miserables. Al poder no llegan las que realmente quieren cambiar sus condiciones de vida, sino aquellas que buscan perpetuar las condiciones que enriquecen a un sector minoritario y privilegiado de la población, es decir, los grandes empresarios.
Que existan más hombres que figuran en la política no es fortuito, las mujeres están sujetas a condiciones que impiden o al menos dificultan más su desarrollo político: menor acceso a la educación, cuidado de la casa y los enfermos, menores oportunidades laborales e incluso, cuando se sortean todos esos obstáculos, se enfrentan al menosprecio y subestimación por su condición de mujeres.
La política necesita mujeres, pero mujeres de la clase trabajadora que realmente reflejen nuestros intereses y necesidades, por lo que es necesario denunciar que, aún cuando hay mujeres con esta impronta y que a pesar de las condiciones que mencionamos se apuestan a contender de manera independiente en la política, se encuentran con una infinidad de restricciones por parte del INE, que obstaculiza la posibilidad de realmente tener una campaña y presentarse a elecciones.
En la lucha contra la opresión de género, es fundamental la unidad del movimiento de mujeres con la clase trabajadora (de amplia composición femenina). Desde ahí, es necesario luchar contra la proscripción electoral que nos impone el régimen, por candidaturas y representaciones políticas propias, como parte de la lucha por construir una herramienta política de las y los explotados y oprimidos, un partido revolucionario y socialista de los trabajadores, las mujeres y la juventud, que se apueste por acabar con el patriarcado y con el sistema capitalista que lo reproduce para su conveniencia.