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Red Internacional
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El Intendente Espinoza, entre el futuro de la sucesión y el presente del escándalo policial

Fernando Espinoza, intendente de La Matanza, el distrito más poblado del Conurbano bonaerense, está viviendo días más que agitados. Luego de haber desempeñado durante años el cargo, las ambiciones políticas del actual Presidente del Partido Justicialista Bonaerense lo quieren llevar a ocupar una silla más alta, un objetivo que viene acariciando hace tiempo: la gobernación de la Provincia de Buenos Aires. Sin embargo, el eventual camino a este puesto le está trayendo varios dolores de cabeza: por un lado, sus coqueteos con el sciolismo provocaron fuertes rumores estos días, y por el otro, las consecuencias por el escándalo de la banda de los Jefes Policiales, con varios detenidos por estar implicados en secuestros extorsivos, robo y venta de autopartes y narcotráfico.

Meke Paradela

Meke Paradela @mekepa

Jueves 28 de agosto de 2014

Fernando Espinoza, intendente de La Matanza, el distrito más poblado del Conurbano bonaerense, está viviendo días más que agitados. Luego de haber desempeñado durante años el cargo, las ambiciones políticas del actual Presidente del Partido Justicialista Bonaerense lo quieren llevar a ocupar una silla más alta, un objetivo que viene acariciando hace tiempo: la gobernación de la Provincia de Buenos Aires. Sin embargo, el eventual camino a este puesto le está trayendo varios dolores de cabeza: por un lado, sus coqueteos con el sciolismo provocaron fuertes rumores estos días, y por el otro, las consecuencias por el escándalo de la banda de los Jefes Policiales, con varios detenidos por estar implicados en secuestros extorsivos, robo y venta de autopartes y narcotráfico.

El apoyo expreso del gobernador Daniel Scioli, como futuro sucesor ante el eventual traspaso de Martín Insaurralde a las huestes del massismo, alimentó varias dudas en el oficialismo local, que tiene sus propias luchas con respecto a la sucesión del Intendente. Sin embargo, desde el entorno de Espinoza rápidamente se encargaron de desmentir una partida inmediata, y con la intención de que la sucesión sea de la forma más ordenada posible. Se conformó una pequeña mesa que tiene diálogo permanente con el Intendente sobre las cuestiones referidas al plano provincial y que está encabezada por Verónica Magario, diputada nacional y la principal candidata de Espinoza para el escenario matancero.

Sin embargo, la corrupción que desnudó la banda de los Jefes Policiales impactó fuertemente en el municipio: los datos recientes indican que estuvieron involucrados entre los once sospechosos, detenidos dos civiles, cuatro suboficiales y tres subcomisarios,de los cuales a uno de ellos tras un allanamiento se le secuestraron $200.000 en efectivo, tres vehículos valuados en un millón y más de 10 LCD. Tras las pesquisas realizadas, se llegó a la conclusión que los civiles buscaban en la zona a personas con antecedentes, los suboficiales lo llevaban a las comisarías y finalmente los subcomisarios los amenazaban con armarles una causa penal en caso de no colaborar ante la extorsión.

Los casos de la Bonarense vienen de larga data ya, y por estos motivos fue que en el año 2012, en un vano intento de mejorar su imagen, desde la intendencia local rápidamente tomaron como medida la política de la seguridad democrática. En el año 2012 se instauró una sede de la Vucetich dentro de la Universidad Nacional de La Matanza, que no solamente viola la autonomía universitaria ante el ingreso de las fuerzas de seguridad en una universidad estatal sino que además, a principios de año se le agregó también la Tecnicatura Superior en Ejecución Penal, cuyo objetivo es la formación de los oficiales penitenciarios. Cada asistente a la escuela que funciona en la UNLaM, recibe más de 3 mil pesos por mes hasta terminar el curso, beneficio más que inexistente para los miles de estudiantes que tienen que trabajar para solventar sus estudios.

Las denuncias de la izquierda son permanentes ante los negociados de la policía Bonaerense, que incluyen entre otras desde las coimas y desarmaderos de automóviles hasta el narcotráfico, el gatillo fácil y las redes de trata y prostitución, que desnudan toda la red de corrupción policial, vigente desde hace décadas, y que Scioli, Espinoza y Granados no hacen más que profundizar cuando con la excusa de aumentar la seguridad. Convierten al distrito en una cárcel a cielo abierto, con un presupuesto de casi 15 mil millones de pesos, más de 70 mil efectivos, y con 4 fuerzas policiales actuando (contando a la propia gendarmería del Proyecto X comandada por Sergio Berni y que reclama con más fuerza en las calles Miguel Saredi, el candidato de Massa del distrito, donde cada una juega su propio juego y organiza sus propios negocios delictivos.

Las reminiscencias al caso Luciano Arruga son notables al haber sido víctima de una modalidad semejante: al negarse a cometer delitos para la Bonaerense, que utiliza este mecanismo extorsivo para “reclutar” jóvenes en los barrios, el adolescente de 16 años fue secuestrado y posteriormente desaparecido en manos de la policía a principios del año 2009. De esta manera, los vaivenes de esta fuerza de seguridad y su propia política de seguir aumentando los efectivos en los barrios, pueden traer más de un dolor de cabeza ante Espinoza y su futura sucesión, cuando empieza a desnudarse la complicidad de la cúpula policial y los entramados políticos que permiten la corrupción sin límites y hasta víctimas fatales como consecuencia de los negocios policiales y del gatillo fácil.