Este corto realizado por Frank Tashlin y Chuck D. Jones, es parte de una serie de caricaturas realizadas por los autores, con una importante crítica a la sociedad en la que vivimos.
Lunes 25 de marzo de 2019
En los años cuarenta, el escritor, animador y director estadounidense Frank Tashlin, lanzó una serie de cuentos infantiles, entre ellos “El Oso que No Era” (The Bear That Wasn’t), un relato particular, que si bien va orientado a pequeños y pequeñas, encierra consigo un discurso potente y significativo.
Es así como en conjunto con el dibujante y director de animación, Chuck Jones (El Coyote & El Correcaminos, Duck Dodgers), llevan a la pantalla esta animación, que narra la historia de un oso pardo, que en una de esas caminatas por el bosque, es apremiado por el cansancio, y el frío que comienza a sentirse, por lo que se va directamente a hibernar a su cueva.
Sin embargo, para sorpresa de este oso, al salir de su cueva, se encontrará con la sorpresa de que su amado bosque se ha transformado, en una inmensa fábrica que atenta contra los animales y la naturaleza de este sector, siendo increpado una y otra vez por personajes que cuestionan que se trate de un oso realmente. Primero será un capataz quien le dirá “Tú no eres un oso, eres un hombre tonto, que necesita una afeitada y lleva un abrigo”, sin embargo la negativa del oso d}en reafirmar su identidad, deambulará por una ruta donde personajes de diversas jerarquías también pondrán en duda su convicción.
El tercer vicepresidente, el segundo vicepresidente, el vicepresidente, y finalmente el presidente de la compañía, e incluso sus propios compañeros osos de un zoológico, uno tras otro buscarán desmoralizar al protagonista, buscando que abandone la idea de que realmente es un oso ¿Podrá mantener su postura?
Una crítica sobre nuestra identidad en el capitalismo
Esta obra creada por Tashlin y Jones, es una crítica a la identidad personal, pero no en cualquier circunstancia, sino a través de la devastación brutal del capitalismo, que sin ningún reparo arrasa con bosques, ríos y montañas, instalando fábricas que atentan contra la vida de sus especies, y con el único objetivo de alimentar las ganancias de empresarios, y gerentes. Trata sobre lo difícil que es muchas veces mantenernos fuertes por nuestros ideales, a pesar de que hay toda una sociedad que intenta hacernos creer lo contrario. Ese “Oso que no Era”, realmente es, y somos nosotros, haciendo valer nuestros derechos, nuestros principios, y nuestras convicciones, aunque haya un sistema miserable que intente hacernos renunciar a nuestros ideales y a nuestros sueños.