Empezaron los tiempos electorales y la ultraderecha del Partido Encuentro Solidario (PES) lanza como slogan de campaña y principal eje de la misma, un ataque directo contra el derecho a decidir.
Viernes 16 de abril de 2021
Con una supuesta preocupación “por la vida y por la familia”, el partido declarado como enemigo del derecho a decidir y la diversidad sexual, y antes llamado Partido Encuentro Social, lanzó hace una semana un spot en el que define como uno de los ejes principales de su campaña su postura en contra del aborto.
El PES, aliado del Partido del Trabajo (PT) y Morena en distintas entidades, lleva ya años presionando por leyes que vayan en contra del derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos y a acceder a interrupciones del embarazo en condiciones dignas.
En algunas entidades, las posturas del PES y del Partido Acción Nacional (también abiertamente enemigo del derecho a decidir) han permeado, fortalecidas por los discursos de la iglesia católica y han llevado a los congresos locales, como vimos reciente en Puebla, la criminalización de la interrupción del embarazo e incluso la difusión de información sobre el tema y su acompañamiento.
Por el derecho a decidir, salimos nosotras
A contramano de estas posturas, miles de mujeres por todo el país se han pronunciado en distintas formas por la necesidad de hacer real un derecho que, desde hace algunos años el movimiento de mujeres nacional reclama con fuerza, para que dejen de morir mujeres por abortos clandestinos, por interrupciones del embarazo libres, legales seguras y gratuitas, por educación sexual integral y por anticonceptivos gratuitos.
Las movilizaciones con cientos de miles de mujeres con pañuelos verdes en el país, la conquista de derechos por mujeres en las calles en otros países de América Latina, como es el caso de Argentina, muestran la fuerza que la mayoría puede tener por encima de una minoría acomodada que no sufre las consecuencias de los abortos clandestinos en la vida y en las familias de las mujeres trabajadoras.
Levantar hoy una campaña nacional “por el derecho a decidir”, que retome los esfuerzos de las organizaciones de mujeres, feministas, políticas, sindicales y sociales, puede ponernos en mejores condiciones para imponer nuestro derecho, y “que sea ley”.
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