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Andalucía. El PP y el PSOE-A ven posible un acuerdo para los Presupuestos andaluces de 2022

Juanma Moreno (PP), presidente de la Junta de Andalucía, se reunió en los últimos días con Juan Espadas, secretario regional del PSOE-A y afirma que ve posible un pacto con los socialistas para los Presupuestos andaluces de 2022.

Roberto Bordón

Roberto Bordón @RobertoBordon13

Martes 5 de octubre de 2021

Juanma Moreno (PP) y Juan Espadas (PSOE). EFE

La dirección del PP andaluz ha anunciado esta semana que ve posible el acuerdo con el PSOE-A para sacar adelante los Presupuestos andaluces de 2022, una hipótesis que alejaría la posibilidad de adelantar las elecciones y que dejaría a Vox sin capacidad de influenciar al gobierno PP-Ciudadanos en Andalucía. La noticia plantea una serie de escenarios más allá de Andalucía debido a la situación general de la derecha en el Estado Español y rompería teóricamente con la línea que el PP acaba de decidir en su Convención Nacional celebrada recientemente en Valencia.

La sorpresa saltaba tras una ronda de reuniones el pasado viernes que el PP mantuvo con representantes de los cinco grupos parlamentarios andaluces para abordar la cuestión de los Presupuestos de 2022. Hasta ahora el gobierno PP-Cs ha necesitado el apoyo de Vox para sacarlos adelante, lo que llevado a continuos roces e incluso faroles por parte de la ultraderecha que jugaba con la posibilidad de no apoyarlos para sacar más contenido de los acuerdos. Sin embargo, desde hace unos meses la postura del partido de Abascal ha sido la de exigir un adelanto electoral, como respuesta al terremoto político que fue la moción de censura en Murcia.

Una idea que Juanma Moreno, presidente de la Junta de Andalucía y líder del PP andaluz, ha rechazado de forma sistemática, buscando un perfil más centrista con el que seguir rascando votos al PSOE-A y tratar de construir una hegemonía de derechas en Andalucía. Desde el PP están convencidos de que una parte importante del voto a Vox en 2018 volverá en los siguientes comicios a sus filas y, por tanto, quieren mantener un perfil más diferenciado que les permita ganar a su izquierda.

Ahora la noticia de un posible acuerdo con el PSOE-A deja al gobierno de Moreno con la posibilidad de completar la legislatura y aprovechar la entrada de inversiones de los fondos UE Next Generation, para lo que prevén que será mejor unas nuevas cuentas más que una prórroga de los Presupuestos de este año. Esta última posibilidad no se descarta, pero se prefiere evitar, sobre todo si el PSOE-A con el cambio de liderazgo, plantea ahora la posibilidad de acuerdos.

Por parte del PSOE-A, la posibilidad de acuerdo parece responder a la idea que tiene Juan Espadas, el nuevo dirigente regional, de recuperar a los votantes con un giro más a la derecha, a ese mítico centro político, que habrían perdido y habría hecho a muchos votantes abstenerse en los últimos comicios. Una política lógica de un candidato que durante el proceso de primarias lo mejor que se dijo de él era que es una versión PSOE del actual presidente de la Junta, Juanma Moreno. Espadas estaría ofreciendo a su rival un acuerdo a cambio de siete puntos, que no son líneas rojas, aunque sí está la condición de dejar fuera a Vox de las negociaciones. Los puntos serían los siguientes:

1. Equiparación salarial de los sanitarios andaluces, a tres años vista, con el resto de comunidades. Y extender, sin plazos, la medida al profesorado.
2. Subir la asignación a dependencia hasta el 7%; así como crear una red de centros de ayuda a mujeres víctimas de violencia de género en grandes núcleos urbanos.
3. Cumplir con el compromiso de la Junta de inyectar fondos a la política industrial aeroespacial.
4. Subir las asignaciones a ayuntamientos y garantizar las grandes obras comprometidas en inversión pública.
5. Reforzar la Formación Profesional e impedir su privatización.
6. Apoyar a los pequeños autónomos de la cultura.
7. Cumplir con las partidas presupuestarias ya asignadas en la Ley de Memoria Histórica.

¿Una ruptura con la línea estatal de la derecha?

La posibilidad de un acuerdo andaluz entre el PP y PSOE no solo alejaría a las formaciones regionales del clima actual de bloqueo entre ambos partidos, sino que supone, especialmente en el caso de Moreno, una ruptura con la línea establecida por la dirección estatal de su partido.

En primer lugar, porque se aleja del discurso oficial planteado recientemente en el cierre de la Convención Nacional del PP por Pablo Casado, quien avalado por el expresidente Aznar parece haber dado un giro a la derecha para enfrentar a Vox. Así, mientras que, en el resto del Estado, la tensión entre Casado y Ayuso estaría virando a la formación a la derecha para detener la sangría hacia Vox, Moreno estaría apostando por un perfil más centrista con el que tanto terminar de absorber a Ciudadanos como ganar votantes del PSOE-A. Esta línea le pondría frente a Ayuso y Casado como una opción alternativa que rompe el discurso que estos dirigentes proponen para que el PP gane las elecciones generales. Algo que no sólo puede alimentar un conflicto interno, que ya se expresó entre Andalucía y la dirección estatal con las elecciones de direcciones provinciales andaluzas, donde candidatos avalados por cada bando chocaron y en el caso de Sevilla llegaron a juicio por acusaciones de pucherazo; sino que permite a Vox volver a distanciarse del PP tras un periodo en las elecciones madrileñas, en el que el PP parecía capaz de volver a absorber a la ultraderecha en su seno.

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Por otro lado, puede generar tensiones al PSOE con sus aliados por izquierda que deberían explicar cómo es que su socio de gobierno pacta con la misma derecha que temen que puede traer mayores grados de represión política, como afirmaba Pablo Iglesias hace unas semanas en una columna para Contexto. Una cuestión que genera presión extra en el caso andaluz, porque no sólo Unidas Podemos ha afirmado ya su intención de pactar con el PSOE un hipotético gobierno andaluz, antes incluso de conocer el programa de esta formación, sino que su portavoz parlamentaria, Inmaculada Nieto llegó a ofrecerse a pactar con el PP los Presupuestos de este año. Lo que quizás le dé alas a la nueva formación, Adelante Andalucía, para presentarse como una opción distinta, a pesar de que su programa político, en lo fundamental, sigue siendo muy similar al resto de formaciones neorreformistas.

Por último, cabe resaltar que esto añade otro elemento más para que Andalucía se convierta en un laboratorio de ensayos de la futura política estatal. ¿Qué escenario esperar de un pacto PP-PSOE para la estabilidad de un gobierno que ejecute los fondos europeos? Es una buena pregunta que Andalucía podría resolver al resto del Estado en un futuro próximo y que abriría un nuevo panorama político.


Roberto Bordón

Andalucía

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