La educación catalana parece el “oscuro objeto del deseo” para todas las fuerzas e Instituciones centralistas del Estado español. El PSC se pone a la cola.
Guillermo Ferrari Barcelona | @LLegui1968
Lunes 2 de diciembre de 2019
Pocos días antes de que comenzaran las negociaciones entre el PSOE y ERC, el primer secretario del PSC catalán, Miquel Iceta se despachó contra la “immersió lingüística” en Catalunya. En una entrevista Rac1 planteaba que “defiende una aplicación más flexible” de la inmersión lingüística catalana. Para explicar que "hay zonas que pueden necesitar un refuerzo del catalán, otras del castellano y todas del inglés", ha afirmado.
Estas declaraciones no son ingenuas y se dan en el marco de una dura represión policial y judicial contra el pueblo y los jóvenes catalanes. Por todos es sabido, que la educación catalana es un objetivo a destrozar por parte de las formaciones más derechistas como el PP, Vox o Ciudadanos. No podemos olvidar las falsas acusaciones que caen sobre los maestros de “adoctrinamiento” o de los maestros acusados de maltratar a hijos de Guardias civiles que después de un año de acoso tienen la causa archivada.
El PSC se puso a la cola de los derechistas también en materia educativa. Lo hizo con el 155 y se puso a la cabeza de alardear con su nueva aplicación. Lo hizo con la condena de “sedición” promovida por la Abogacía del estado. Lo hizo apoyando el envío de la Policía Nacional y la Guardia civil que hizo el “hermano mayor” del PSOE. Lo hizo compartiendo la manifestación de Societat Civil Catalana con la derecha extrema. Lo hizo mil veces y lo volverá a hacer.
Estas declaraciones no han sido un exabrupto de una persona, ni un error, sino que forman parte de las discusiones que el PSC realizará en un próximo congreso a mediados de diciembre. De hecho, en el “Document Marc: Program” que será base de la discusión del congreso socialista hay una serie de puntos en los cuales se especifica la política lingüística del PSC para la educación catalana.
En el punto 35 se afirma que había “Un pacto de convivencia en materia lingüística que se ha roto por la instrumentalización que han hecho los nacionalismos de la lengua, por el “procés” independentista, que ha asociado el catalán a su propia causa”.
Sin duda alguna, el PSC no puede comprender que el deseo de autodeterminación de la causa catalana esté relacionado con el deseo de preservar su propia cultura y lengua. A eso le llama “instrumentalización”. La cúpula “socialista” no puede entender que el derecho democrático de autodeterminación y el de defensa de la propia cultura puedan ir juntos. Hace décadas que el PSC ni es socialista, ni es democrático. Son gestores de las empresas catalanas del Ibex35.
La “immersió lingüística” en Catalunya
El pacto que se rompió, según el PSC, es el llamado pacto por la inmersión lingüística. Este pacto tenía como norte que todos los niños en Catalunya pudieran saber hablar catalán y castellano con suficiente destreza. Se comenzó a aplicar en escuelas de Santa Coloma de Gramenet, por el año 1983 en experiencia piloto. Y, en los siguientes años, debido a su éxito se ha ido generalizando a todo el sistema educativo del Principado.
La clave de éste pacto de inmersión lingüística es que el catalán sea la lengua vehicular. Es decir, que el idioma con el cual se imparten la gran mayoría de las asignaturas en el territorio. La idea que sostiene la “inmersión” es que todos los niños tengan la misma educación y no sean separados en centros diferentes por la lengua con la que hablen, tratando de evitar así la división por lengua o cultura.
Como si esto fuera poco, en el mismo documento se plantea que “haremos de la diversidad lingüística en Catalunya un activo, defendiendo el catalán y el castellano a través de un modelo plurilingüe”. Ese modelo ya existe y se llama inmersión lingüística. Pero como eso es “instrumentalizar” el idioma, el PSC se propone también “defender el castellano” como si ésta fuera “agredido” en Catalunya.
El castellano se habla libremente en todo el Principado. No es lo mismo con el catalán. Que en algunas dependencias policiales o juzgados no te lo permiten. Prueba de ello, es que las familias que apuntan a sus hijos en enseñanza exclusivamente en castellano, no pasan de un puñado de decenas. Al hablar de la defensa del castellano, el PSC vuelve a ponerse a la cola de la derecha. Los Iceta, los Hereu y los Maragall siempre se han sentido bien con los grandes empresarios del Ibex y por ello se sienten cómodos poniéndose a la cola de la derecha.
El conocimiento del castellano en Catalunya es amplio. De hecho en la última selectividad han aprobado castellano más alumnos que la media que hay a nivel de todo el Estado. La nota mediana entre los alumnos catalanes ha sido de 6,41, cuando la media de todas las comunidades autónomas es de 6,45. Por eso, cuando se habla de defender el castellano, se trata de “instrumentalizar” el idioma para castigar a un pueblo que tiene otro idioma original.
El problema idiomático que hay en Catalunya, más bien es el conocimiento y uso del catalán. Eso es otro aspecto que trataba de resolver la inmersión lingüística. Situación completamente diferente del castellano que la única lengua que admitía la dictadura franquista. Por eso es una forma de “agredir” culturalmente al idioma de Ramón Llull.
La educación en Catalunya tiene problemas para ser resueltos como los barracones donde se dan clases (problemas de calefacción y de ventilación), la ratio elevada de alumnos por maestros, la sexta hora que fue quitada hace años por la antigua Convergència i Unió, la precariedad de los maestras y el resto de personal escolar, la división entre escuelas públicas, privadas y concertadas, la religión en las aulas y una innumerable cantidad de problemas más.
Todos estos problemas deberían ser resueltos por el conjunto de maestras y maestros, las madres y padres de alumnos y los mismos alumnos. Cuestión que no contemplan, ni el PSC, ni Junts per Catalunya o Esquerra Republicana. Estos partidos, tratan de que las decisiones que afectan a millones, solo sean discutidas y resueltas por 135 personas, aunque hayan sido elegidas por millones. Son los que llevan años acarreando la falta de inversión en educación y realizando recortes milmillonarios a maestros y familias catalanas.
Por ello, si fuese necesario tocar la inmersión lingüística y para resolver todas los déficits educativos habría que organizar una gran asamblea con capacidad de decisión, de maestras y maestros, de madres y padres y de alumnas y alumnos para discutir y resolver cómo solucionar todos estos problemas.