Felipe González lanza el “spoiler” del sainete protagonizado por los dirigentes del PSOE. Tras el “no” del PNV, el “no” de los social-liberales tendrá un carácter de “revisable”. La antesala de una “gran coalición” de facto.
Santiago Lupe @SantiagoLupeBCN
Jueves 7 de julio de 2016
Foto: montaje ID
A dos días del Comité Federal del PSOE, el expresidente de gobierno y dirigente histórico del PSOE, Felipe González, entra de lleno en el debate interno con un artículo de opinión en el diario El País. Como era de prever, nada de izquierdas podía salir de semejante pluma. González disparó de frente a la posición, hasta ahora oficial, de los principales dirigentes y barones socialistas, defendiendo que los 85 diputados del PSOE deberían abstenerse en la investidura para permitir un gobierno de Mariano Rajoy y prepararse para hacer una “oposición responsable”.
El presidente de la “cal viva”, miembro del consejo de administración de Endesa y padre de las reformas laborales que impusieron la precariedad -vaya currículum- presenta desde su posición de autoridad simbólica la posición que vienen demandando al PSOE todos los estratos del Régimen del 78. En primer lugar los grandes medios de comunicación, empezando por quien le cede sus páginas, El País, que en su primera Editorial post 26J planteó una propuesta idéntica. Pero también todos los partidos de las Cortes que quieren que el PP gobierne pero no le quieren prestar sus votos, esto va desde Cs al PNV.
El aludido, después del “no” previsible de ERC y PNV, Mariano Rajoy ha salido presto a saludar la opinión del expresidente como “muy cualificada”. Y con una de sus ya célebres frases simplonas ha espetado que "no sé qué podemos arreglar en agosto que no podamos arreglar en julio".
Y es que todo apunta a que la supuesta firmeza de Pedro Sánchez y el PSOE de estos días -incluida la misma Susana Díaz- en rechazar la posibilidad de facilitar por activa o por pasiva un gobierno del PP, se quedará en un “Mariano Rajoy, en principio no”. Y ya sabemos que quiere decir ese “en principio” para el que es uno de los dos grandes partidos del Régimen del 78, y el que más responsablemente ha acostumbrado a actuar en beneficio de su estabilidad y los grandes negocios capitalistas.
En 1982 el mismo Felipe González ganaba las elecciones con mayoría absoluta. Entre sus grandes promesas estaba la de “OTAN, en principio no”. Tan pronto como llegaron a la Moncloa cambiaron de posición y en el referéndum del 86 su defensa del sí fue central para la entrada del Estado español en la Alianza Atlántica.
Algo parecido, aunque con un PSOE caricaturizado respecto a lo que era hace 34 años, parece que están pensando los dirigentes actuales. Como rechazar a Rajoy sin provocar unas terceras elecciones ni retrasar demasiado la formación de gobierno. Y es que no es lo mismo julio que agosto, ni mucho menos que septiembre u octubre.
Como le ha recordado hoy Rajoy a Sánchez “en agosto hay que aprobar el techo de gasto, no sólo para el Gobierno, sino también para las Comunidades Autónomas y las Corporaciones Locales. Sin eso no se pueden hacer unos PGE de manera razonable”. Es decir, les hace falta gobierno pronto para poder aplicar un ajuste que se viene retrasando, colmando la paciencia de la Troika y que no puede no hacerse en 2017. El PP -como González, El País o el PNV- apela a la “responsabilidad de Estado”, que es lo que les une, como les unió la reforma del 135 en 2011.
Así que probablemente lo que escribió este jueves González ha sido el “spolier” del sainete que veremos interpretar por los dirigentes del PSOE en las siguientes semanas. Este fin de semana, el Comité Federal es previsible que vote un “no” a Rajoy en la primera sesión de investidura, pero en condición de “revisable”. Cuál será la fórmula que encuentren para facilitar la investidura de Rajoy está por verse ¿Una abstención de los 85? ¿Un “tamayazo” pactado o consentido de una parte de los 85?
Lo cierto es que la forma concreta no es lo central. El PSOE, el autoproclamado “cambio sensato”, el “socio preferente” del nuevo reformismo -que ayer mismo volvió a tenderle la mano llegando incluso a aceptar un tripartito con la nueva derecha neoliberal y españolista de Cs- … será una pieza fundamental para que el PP forme gobierno y pueda empezar cuanto antes el ajuste pendiente sobre los trabajadores y sectores populares.
Un gobierno que tendrá que ser enfrentando desde las calles, los centros de trabajo y de estudio, y con él a aquellas fuerzas políticas que por “activa” o por “pasiva” lo sostengan. En este proceso, Podemos deberá elegir si pone sus 71 diputados y todos los medios militantes, económicos e institucionales que ha conquistado para fortalecer estas luchas, o si, por el contrario, y como han planteado sus dirigentes estos días, sigue por la senda de la moderación, la adaptación a la política “normal” y la mano tendida a la pata izquierda de la “gran coalición” de facto que se está gestando.
Santiago Lupe
Nació en Zaragoza, Estado español, en 1983. Es director de la edición española de Izquierda Diario. Historiador especializado en la guerra civil española, el franquismo y la Transición. Actualmente reside en Barcelona y milita en la Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT) del Estado Español.