El debate sobre la independencia política de las organizaciones de izquierda se viene desarrollando en Brasil ya desde la campaña electoral del año pasado. Corrió mucha agua bajo el puente y es necesario volver sobre el tema. En particular, porque dentro del PSOL aún conviven organizaciones trotskistas que se reclaman revolucionarias, como es el caso de la CST (Corrente Socialista dos Trabalhadores) organización hermana de Izquierda Socialista, esta última con quien compartimos el FITU en Argentina.
Elizabeth Yang @Elizabeth_Yang_
Miércoles 1ro de febrero de 2023 16:47
Foto: Lula y miembros del PSOL
Un ministerio en el gobierno capitalista
En primer lugar, es necesario recordar que es un debate de muy larga data entre las filas socialistas. Rosa Luxerburg en 1899 publicó el artículo “Una cuestión de táctica”, donde relaciona la política de tener un ministerio en un gobierno capitalista con la concepción oportunista de Bernstein de “introducción gradual del socialismo”.
Por aquellos años, el socialista Alexandre Millerand se había integrado como ministro de Comercio e Industria en el gobierno de Pierre Waldeck-Rousseau junto con personalidades progresistas, y ejerció ese cargo hasta 1902.
¿Cuál era el justificativo? La “defensa de la República” contra un posible golpe monárquico, poco después de que el “caso Dreyfus” conmoviera a Francia. Este mismo argumento lo repitió el stalinismo durante el siglo XX para justificar las alianzas con la burguesía “en defensa de la democracia contra el fascismo”, los llamados Frentes Populares.
Foto: Boulos y Medeiros con Lula
Estos argumentos suenan bastante parecidos a los actuales de los principales dirigentes del PSOL. Guilherme Boulos es un diputado muy destacado y quien lidera permanentemente la política de apoyo para ser la base del gobierno de Lula-Alckmin e inclusive la integración plena al mismo.
Boulos junto a Juliano Medeiros, nada menos que el presidente del PSOL, fueron parte del equipo de transición entre ambos gobiernos, un verdadero festival de negociaciones en el que Lula y su vice repartieron ministerios a todos los partidos de derecha posibles. Al punto tal, que Boulos quien había sido uno de los posibles candidatos a ocupar el Ministerio de las Ciudades, Lula prefirió reservárselo para el MDB, un viejo partido de la derecha.
Igualmente, el PSOL consiguió ser parte de la coalición de gobierno con el Ministerio de los Pueblos Originarios encabezado por Sônia Guajajara, una liderza que integra la lista de la revista Time como dentro de las cien personas más influyentes.
Foto: Lula y sus ministros. En el Centro Marina Silva (ligada al Banco Itaú), Lula y Sônia Guajajara
En una resolución del sábado 17 de diciembre de 2022, el Directorio Nacional del PSOL en el punto 10 afirma que “no tendrá cargos en la gestión que se inicia” (https://psol50.org.br/file/2022/12/PSOL-COM-LULA-CONTRA-O-BOLSONARISMO-E-PELOS-DIREITOS-DO-POVO-BRASILEIRO.pdf), para en el mismo párrafo vanagloriarse como una conquista la posición de Guajajara en ese ministerio. Y si esta política es cuestionada, entonces responden que está representando a la APIB, Articulação dos Povos Indígenas do Brasil (Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil) y no al partido, como si se pudiese desligar una representación de la otra, tratándose de la misma persona.
¿Puede el PSOL mantener una política independiente?
Pese a todo, para Boulos, el PSOL mantiene su independencia o autonomía como le gusta decir. ¿De qué manera? Votando cada tanto algo diferenciado del gobierno. Así lo explica en su programa Café com Boulos, planteando diferenciarse en la votación a la presidencia de la cámara de diputados, el mismo día en que asumen los nuevos legisladores. El gobierno de Lula propuso en acuerdo con los diputados de la derecha llamada “Centrón” que siga presidiendo Arthur Lira, el mismo que fue apoyado por el mentado fascista Bolsonaro y con quien gobernó todos estos últimos años.
En desacuerdo, el PSOL propuso un diputado propio, Chico Alencar, quien aclara que el objetivo es que Lira no gane con casi 500 votos sino con menos (en Brasil la Cámara de Diputados tiene 513 miembros, 12 son del PSOL). El objetivo sería que el Centrón no quede muy fortalecido y sea un “chantaje permanente sobre Lula”. Sin embargo, ni este pequeño objetivo parece ser cierto. Los diputados Guilherme Boulos e Érika Hilton del PSOL compartieron una cena con Arthur Lira, en la que también estuvo presente Eduardo Bolsonaro, el hijo del ex presidente. ¿Con qué objetivo? Para “reforzar la convivencia democrática”, aclaró Boulos. Así es, con el mismísimo Eduardo Bolsonaro.
Encima, para completar la falsa táctica de independencia de clase, Chico Alencar ni siquiera firmó la carta dirigida al embajador de Perú, enviada por diputados del PSOL en apoyo a la lucha del pueblo peruano y contra la represión.
Y aquí llegamos a otro tema muy importante y candente: el golpe en Perú.
El gobierno de Lula se pronunció en apoyo al gobierno golpista de Dina Boluarte. Ha inaugurado su política exterior con un pronunciamiento muy reaccionario que fue una referencia importante para el de Argentina y otros países de la región que se posicionaron del mismo modo.
López Obrador, el presidente de México, envió un mensaje a la Cumbre de la Celac, la reunión de jefes y jefas de Estado y Gobiernos de América Latina y el Caribe que se realizó en Buenos Aires, llamado a pronunciarse contra la represión al pueblo peruano y el autoritarismo, para que el pueblo decida y por la libertad a Pedro Castillo.
La declaración de Lula fue diferente. Dijo que "siempre es lamentable que un presidente elegido democráticamente tenga esta suerte, pero entiendo que todo fue sometido dentro del marco constitucional [...] Lo que Perú y Sudamérica necesitan en este momento son el diálogo, la tolerancia y la convivencia democrática [...] Espero que la Presidenta Dina Boluarte tenga éxito en su tarea de reconciliar al país y conducirlo por la senda del desarrollo y la paz social". Una declaración vergonzosa para alguien que se dice progresista y defender a los trabajadores y el pueblo más necesitado.
Sobre os recentes acontecimentos no Peru, a destituição constitucional do presidente Pedro Castillo e a posse da presidenta Dina Boluarte.https://t.co/wHiyyBu2v8
— Lula (@LulaOficial) December 7, 2022
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No hay ninguna posibilidad de disimular la responsabilidad de ser parte de un gobierno que apoya un golpe en Latinoamérica. Porque si bien, algunos diputados del PSOL (no todos) firmaron una carta que solo fue dirigida al embajador peruano, esto no excluye de responsabilidades a la organización en su conjunto que aporta con sus principales dirigentes al gobierno. Inclusive el propio Boulos no firma, ni tampoco la ministra Sônia Guajajara, quizás como un gesto para que no se interprete como una separación del gobierno.
Todo este marco compromete políticamente al PSOL, siendo parte de un gobierno que apoya el golpe en Perú. En este sentido, cabe preguntar ¿qué pueden hacer los grupos que aún están dentro del PSOL? No hay muchos caminos sino romper con esa organización que ya no cumple ningún rol progresivo como cuando abandonó el PT en el 2004 durante la primera presidencia de Lula frente a las políticas antiobreras del gobierno.
El MRT brasileño, partido hermano del PTS, viene realizando llamados en este sentido desde marzo del año pasado en una carta pública, advirtiendo sobre la disolución del PSOL en el proyecto lulista con la derecha, y realizó diferentes propuestas para construir una alternativa. La CST brasileña igual se mantuvo, inclusive cuando “la dirección del PSOL resolvió el apoyo a Lula-Alckmin y la unidad con REDE en un directorio nacional”, una decisión considerada una “traición”, según lo expresa Miguel Lamas (dirigente de la UIT-CI, organización internacional de IS y CST) en El Socialista N 533 del 4 de mayo. En aquel momento, se retiraron de la dirección planteando que “no podemos compartir con dirigentes que van a votar a Lula-Alckmin y su programa burgués”. Sin embargo, frente al fuerte calificativo de “traición” se mantuvieron dentro del PSOL y propusieron hacer un bloque (que no prosperó) junto a Glauber Braga, un dirigente nacionalista burgués con una amplia trayectoria en el PSB. Es decir, ni en esta última táctica lograron presentar alguna alternativa de independencia de clase.
En la segunda vuelta de la contienda electoral, la CST brasileña dio apoyo crítico a la candidatura de Lula-Alckmin. Después, el debate político interno en el PSOL continuó y en diciembre la Dirección Nacional del PSOL decidió avanzar más en el compromiso y ser base del gobierno, pero sin tener cargos en la gestión, según el punto 10 de la resolución antes citada. Pero la cosa no quedó ahí, se integraron al gobierno con un ministerio sin importarles aquella resolución de no aceptar cargos. Es notorio que independientemente de las discusiones y resoluciones internas que se realicen en el PSOL, son las figuras públicas de peso quienes terminan decidiendo la política a seguir.
Con Izquierda Socialista y la CST en Brasil, a pesar de tener importantes diferencias, hemos realizado actos en solidaridad con la lucha del pueblo peruano en ambos países. Sin embargo, creemos que ya no hay ningún justificativo para seguir perteneciendo al PSOL.
En Perú, el Partido de los Trabajadores UNÍOS, también organización hermana de IS y su diputado con mandato cumplido, Enrique Fernández Chacón, pertenecieron al Frente Amplio de ese país, que los terminó llevando a una adaptación al régimen burgués fujimorista, votando en una bancada común, la vacancia del presidente de aquel momento. El Frente Amplio terminó siendo parte del Gobierno capitalista de Perú y recién en ese momento Uníos rompió declarando: “Lamentablemente el Frente Amplio – espacio del cual nos retiramos el pasado 2 de noviembre [2020] ante su agotamiento y adaptación al régimen – se sumó a ser parte del nuevo gobierno capitalista designado a espaldas del pueblo junto a los liberales del Partido Morado”. Pero a esa altura, ya era tarde para ponerse a forjar un partido en el enfrentamiento al FA advirtiendo su adaptación y el peligro de su capitulación.
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Las conclusiones de esa experiencia deberían iluminar la situación actual en relación al PSOL brasileño y la permanencia de la CST brasileña a pesar de la integración al gobierno de Lula.
Del mismo modo que al PSOL no lo salva una carta al embajador de Perú, porque ni logra disimular su compromiso político con la coalición de gobierno, tampoco un grupo con aún menos integrantes y sin figuras públicas de peso que compitan con lo que exprese públicamente los principales líderes del PSOL, puede mantener una política independiente solo publicando críticas bajo el mismo sello partidario.
Mucho menos todavía, podrá forjar cuadros y dirigentes revolucionarios conviviendo dentro de una organización que ya dejó de ser ambigua entre integrar o no el gobierno de Lula-Alckmin, sino que es parte de un gobierno burgués capitalista.
Elizabeth Yang
Profesora de Lengua y Cultura portuguesa. Fundadora del PTS y columnista de la sección Cultura de La Izquierda Diario.