En un 2020 cruzado por una crisis sanitaria y social histórica, el PTS intervino en distintos escenarios apostando a fortalecer las peleas de las familias trabajadoras y la juventud. Con las restricciones y cuidados que acompañaron las distintas fases del ASPO, combinando la presencia en las calles con la utilización de las redes sociales y nuestro periódico La Izquierda Diario.
Domingo 3 de enero de 2021
Con la pandemia y el agravamiento de la crisis económica y social, comenzó a delinearse con más claridad el escenario político. De un lado los verdaderos dueños de la ciudad, las grandes multinacionales junto a sus representantes políticos, Juntos por el Cambio y el Frente de Todos, garantes de la paz social y el ajuste. En la otra vereda, la potencia motora de los reclamos y luchas de familias trabajadoras, ocupadas y desocupadas, el movimiento de mujeres y de diversidad sexual, el reclamo ambiental, junto a la lucha contra la impunidad de ayer y de hoy. Tomamos partido por los de abajo, la “otra Bahía Blanca”, con el objetivo de desarrollar la independencia de los trabajadores y la juventud y organizar una fuerza que ponga en movimiento un programa anticapitalista y socialista.
Facundo Castro y la impunidad de hoy
Sin dudas el caso de Facundo Castrofue bisagra en la política de la zona, generando un fuerte impacto nacional y provincial. Su desaparición y posterior asesinato a manos de la policía bonaerense de Berni y Kicillof, en una provincia gobernada por el ala más progresista del peronismo, fue un hecho que conmocionó y abrió un debate profundo en amplios sectores, incluso dentro de aquellos con fuertes expectativas en el gobierno. La campaña vergonzosa de encubrimiento de los medios de comunicación y el poder político estuvo en sintonía con el objetivo de garantizar la impunidad de los desaparecedores, para lo cual la justicia bahiense sigue jugando un rol fundamental.
Desde la juventud del PTS desde la Secretaria de DDHH del CeHUM, acompañamos la lucha de Cristina Castro y los amigos de Facundo, participando activamente de las movilizaciones tanto en nuestra ciudad como en Pedro Luro, exigiendo primero la aparición con vida y posteriormente el castigo a los asesinos y responsables del encubrimiento y desviación de la causa. Mediante la iniciativa de la Asamblea Juvenil logramos coordinar y poner a las organizaciones y centros de estudiantes al servicio de esta lucha junto a decenas de estudiantes universitarios y terciarios.
Desde el inicio del aislamiento denunciamos la escalada represiva de las fuerzas de seguridad, denunciando los casos de abuso policial. Actualmente, como parte de la pelea contra la impunidad y la represión, acompañamos la cobertura de la causa “Triple A”, exigiendo cárcel común a todos los genocidas y colaboradores, y exigimos la inmediata libertad a los jóvenes cultivadores de Púan como Federico Lupin, que es expresión de la persecución de Berni hacia la juventud en nombre de la cruzada contra el narcotráfico.
La salud, la educación y la vivienda son un derecho
Desde principios de la pandemia, mostramos el estado del sistema sanitario local, dando lugar a la voz de trabajadores y trabajadoras de la salud, quienes cargaban a sus espaldas la responsabilidad de lidiar con el Covid-19 con escasos recursos. Contra esta realidad donde la salud es un negocio propusimos un plan integral para afrontar la crisis sanitaria y sus consecuencias sociales en la ciudad, afectando las grandes ganancias de las multinacionales del puerto y el Polo Petroquímico para obtener los recursos necesarios para el sistema de salud y los ingresos de miles de familias necesitadas. Nuestros compañeros docentes de la agrupación Marrón de Suteba, buscaron tender lazos con las familias que recibían la ayuda social repartida en distintas escuelas, planteando convertir estos espacios en lugares de organización con la comunidad para enfrentar las tempranas consecuencias de la crisis.
Con el aislamiento obligatorio se profundizó la crisis para las familias que se mantenían con el día a día o con trabajos precarios que se detuvieron durante meses, quedando desocupados. Las simultáneas tomas de tierra en la ciudad expusieron crudamente el problema de la vivienda. Pese a los aprietes, amenazas, acusaciones de delito, ninguneo e intento de desgaste, en Don Bosco al 4000 las familias vienen sosteniendo hace más de 6 meses su reclamo y a pesar del compromiso del gobierno local, todavía no tienen respuestas.
Con la Marrón del Suteba a la cabeza, junto a La Red de Precarizades y Tesis XI, hemos estado al frente de impulsaruna gran campaña de solidaridad, con jornadas educativas en el barrio, colectas y rifas, movilizando junto a las familias al municipio. Acompañamos las asambleas en la toma yla conformación de la Comisión de Mujeres, buscando fortalecer por abajo un mecanismo de decisión democrática y genuina de las propias familias sin ningún tipo de condicionamiento, tanto gubernamental como de cualquier organización.
Conquistamos el derecho al aborto, ¡hagamos efectiva su aplicación!
El año comenzó y terminó con el movimiento de mujeres en las calles. Durante los primeros meses, participamos desde Pan y Rosas e impulsamos junto a organizaciones feministas acciones como el pañuelazo del 19 de febrero por el derecho al aborto, la movilización del 9 de marzo, la concentración por el día internacional de acción por la salud de las mujeres el 28 de mayo, y participando de todas las convocatorias por el derecho a decidir.
En un año que finaliza con la sanción de la Ley de Interrupción Voluntaria del embarazo, estos ejemplos muestran que fue siempre la lucha, aun en circunstancias como la pandemia, la que logró esta histórica conquista. Sabemos que el presupuesto 2021 viene con un ajuste en salud en plena pandemia y la iglesia y “los celestes” buscan judicializarlo para hacerlo retroceder. Ahora que conquistamos nuestro derecho queda claro que la lucha continua por lograr su implementación efectiva.
Por el derecho al medioambiente
Junto a decenas de jóvenes, salimos a las calles para denunciar la crisis climática producto de la irracionalidad del sistema capitalista, como también rechazamos en sucesivas movilizaciones el modelo económico que profundiza el extractivismo y la degradación ambiental, junto a la instalación de grandes granjas de producción porcina y aviar.
La red, una perspectiva de organización
Como parte de la pelea por unir las filas de trabajadores, impulsamos la primera asamblea provincial con más de 200 trabajadores y luchadores del interior junto al diputado del FIT-U Claudio Dellecarbonara. Participaron protagonistas de distintos conflictos obreros de la provincia, esenciales de la salud, educación y juventud precaria, y referentes de la lucha anti-represiva como Leandro Aparicio, a lo que se sumó un saludo de Cristina Castro. También intervinieron referentes como el Sec. Gral de la CTA de Bahía Blanca y de fuerzas políticas como MST e IS.
Frente al aumento de los despidos y la precarización laboral,comenzaron a expresarse sectores de jovenes trabajadores que no querían pagar los costos de la crisis. En ese sentido pusimos en pie La Red de Precarizades y Desocupades, con una asamblea el 6 de junio, buscando construir un canal de organización para unir y fortalecer al sector que los sindicatos le dan la espalda y los patrones explotan sin miramientos. Esta Red hoy nuclea a empleados de comercio, comidas rapidas, limpieza, salud, educación, construcción y desocupados, estando presentes en cada conficto, junto a los jóvenes tercerizados de BVC que la Uocra había traicionado, los trabajadores de Coca Cola o con las familias sin techo de Don Bosco.
Llevando su solidaridad, difundiendo el reclamo y proponiendo instancias para reagrupar a los sectores en lucha es que seguimos participando de los fenómenos más dinámicos de la realidad como actualmente son los procesos de autoconvocadas en municipales y maestranza.
Un períodico como herramienta
Para todo lo señalado, junto a la militancia activa y cotidiana en las calles y las redes (que cobró una nueva dimensión con la pandemia), resultó fundamental La Izquierda Diario. El sistema de medios permitió en Bahía Blanca, Punta Alta y la región amplificar la voz de la izquierda y dar lugar a la expresión de todos los sectores en lucha. Más de 250 notas en el año, cubriendo todos los sucesos relevantes para los sectores explotados, sólo pueden lograrse con un proyecto militante y compromiso de decenas de colaboradores, única manera de apostar a un medio independiente de los empresarios y el gobierno. Durante las primeras fases de aislamiento, la producción de una decena de dossiers con notas sobre la realidad local, la cobertura desde mitad de año del caso de Facundo, desde Pedro Luro, Bahía y Ciudad de Buenos Aires, y la presencia constante en los conflictos como la toma de tierras de Don Bosco, la lucha de maestranza, contratados municipales y aceiteros, convirtieron a LID en referencia para la izquierda bahiense.
El desafío de la izquierda para el 2021
Este recorrido por nuestras peleas en el año que termina, tiene la intención de dejar planteado los desafíos por venir. Las medidas de ajuste del gobierno y el FMI son acompañadas por la oposición de derecha, tanto en las legislaturas como presionando en las calles, y la dirigencia sindical tradicional juega un rol abiertamente cómplice en las mismas. Como planteamos hace unos días, hay que unir fuerzas por abajo para enfrentar el pacto de la CGT y la Unión Industrial local que apoyan el Frente de Todos con Susbielles y Juntos por el Cambio con Héctor Gay.
La izquierda y los luchadores bahienses, tanto quienes impulsamos el Frente de Izquierda, como los que dirigen sindicatos nucleados en la CTA BB (Suteba, Aduns, Judiciales) y el estratégico gremio de Aceiteros, tenemos que prepararnos y poner toda nuestras fuerzas para lo que se viene. El histórico paro (por la duración, métodos y unidad) que derrotó a las multinacionales que manejan la exportación del agro, es el ejemplo a seguir para estar a la altura de enfrentar el ajuste que exige el FMI.
La importancia de pelear por unir las filas obreras y fortalecer cada lucha en curso es estratégica. Hay que rodear de solidaridad cada reclamo, pero sabiendo que con eso no alcanza. El valor que tiene cada conquista parcial y el capital acumulado (sindicatos o cuerpos de delegados) es siempre relativo, si no es puesto en función de avanzar en organizar cada vez más ampliamente a quienes luchan, sin distinción de gremio o pertenencia, en instancias democráticas de base que den mayor volumen a la vanguardia (entendida esta por los más conscientes y con experiencia que luchan y se organizan) para lograr llegar con más fuerza a los miles de trabajadores de base que permanecen dirigidos por los gremios centrales o por fuera de toda representación.
Consideramos que la unidad no puede estar sustentada en acuerdos solo entre dirigentes o referentes, donde la participación de la base o del activismo es episódica, sea durante un conflicto o asamblea puntual, o directamente testimonial, como sucede en la mayoría de los gremios tradicionales. Los acuerdos “por arriba”, construyen espacios propios, o a lo sumo agrupaciones que funcionan como “colaterales partidarias”, apostando a crecer evolutivamente o “por engorde” sin tener en cuenta la dinámica de la vanguardia y la clase de conjunto. En estos casos la “unidad” se da solo para un conflicto o acción particular quedando delimitado claramente de antemano el espacio de intervención de cada organización.
Pero el avance de la izquierda y quienes defienden el clasismo desde los sindicatos, sólo puede darse mediante el impulso de la auto-organización y participación real de cada vez más trabajadores, donde se pueda fusionar con ellos en base a experiencia y debate común. Creemos que este es un camino fundamental para avanzar en construir un partido de trabajadores, que desde nuestra perspectiva debe ser revolucionario anticapitalista y socialista, con peso real en los momentos decisivos de la crisis. En este punto nos encontramos de cara al año que se inicia, invitando a todos los que comparten esta perspectiva a sumarse con nosotros a dar esta pelea para extenderla al conjunto de los que nos ponemos de pie frente al ajuste.