El papa Francisco habló este martes ante los eurodiputados europeos, con un discurso centrado en la crisis económica y llamando a recuperar los “valores” de Europa. Fue aplaudido por todos los grupos parlamentarios europeos.
Miércoles 26 de noviembre de 2014
Bergoglio llamó, en la sede del Parlamento Europeo (PE), a una Europa "envejecida y reducida" a que "redescubra ese espíritu fundacional” y que "no gire en torno a la economía".
"Ha llegado el momento de abandonar la idea de una Europa atemorizada", dijo.
Jorge Bergoglio dijo que se puede constatar que "ha ido creciendo la desconfianza de los ciudadanos respecto a instituciones consideradas distantes", que establecen “reglas lejanas de la sensibilidad de cada pueblo".
El papa argentino aseguró que en la historia reciente del continente europeo la palabra "dignidad" ha sido clave para explicar “el proceso de recuperación de la segunda posguerra".
Ante la representación parlamentaria de los 28 Estados miembros de la Unión Europea (UE) el papa analizó las "enfermedades" que detecta en Europa, y dijo que una de las que ve "más extendidas" es "la soledad".
En relación con la inmigración el papa llamó a los europeos a "afrontar juntos la cuestión" y aseguró que "no se puede tolerar que el mar Mediterráneo se convierta en un gran cementerio".
"Europa será capaz de hacer frente a las problemáticas asociadas a la inmigración si es capaz de proponer con claridad su propia identidad cultural y poner en práctica legislaciones adecuadas", agregó.
Pero también si garantiza "al mismo tiempo la acogida a los inmigrantes", para lo que pidió "políticas correctas, valientes y concretas" que ayuden a los países emisores en lugar de "políticas de interés".
Bergoglio tuvo además palabras para los desempleados y dijo que "es hora de favorecer las políticas de empleo, pero es necesario sobre todo volver a dar dignidad al trabajo, garantizando también las condiciones necesarias para su desarrollo".
Apeló a continuación a "buscar nuevos modos para conjugar la flexibilidad del mercado con la necesaria estabilidad y seguridad de las perspectivas laborales".
En su segundo discurso, en el Consejo de Europa, el papa le recordó al Viejo Continente “su responsabilidad en el desarrollo cultural de la humanidad” y llamó además a esta institución a que tenga una "correcta relación entre religión y sociedad".
Bergoglio destacó la aportación que puede hacer el cristianismo al desarrollo cultural y social europeo y dijo que la sociedad se beneficiará de una "reavivada relación" entre religión y sociedad.
Bergoglio manifestó su oposición a la "la carrera de armamentos", pero advirtió de que la paz "también se quebranta por el tráfico de seres humanos".
Con la visita al Consejo de Europa concluyó una visita récord para un papa, con apenas cuatro horas de estancia en el que ha sido su primer viaje destinado a dirigirse al conjunto de los europeos y, algo poco habitual en los pontífices, sin actos religiosos.
Ha sido un nuevo gesto para mostrar una Iglesia con “preocupación social”. En medio de un enorme desprestigio de los regímenes y gobiernos europeos, el Papa quiere mostrarse como una figura “cerca de la gente.”
El discurso de Bergoglio fue aplaudido por todos los grupos parlamentarios, desde conservadores a socialistas y hasta por el líder de Podemos, Pablo Iglesias.