Estas semanas diversos dirigentes y militantes socialistas han desembarcado en el comando de Boric. PS jugó un rol clave durante los gobiernos concertacionistas gestionando el neoliberalismo y las miserias que este sistema genera, echando mano a la represión.
Martes 7 de diciembre de 2021
Pasando por alto las críticas a uno de los principales partidos del orden neoliberal desde la transición, al comando del candidato presidencial de Apruebo Dignidad ha recibido con los brazos abiertos a diversos militantes socialistas durante la campaña de la segunda vuelta presidencial.
Durante los gobiernos de la vieja concertación el Partido Socialista, usando el prestigio de haber sido uno de los partidos de la Unidad Popular (con cientos de militantes exiliados, torturados, ejecutados y desaparecidos), fue uno de los pilares del orden neoliberal jugando un rol activo en la represión y desarticulación del movimiento popular.
Desde la unificación socialista a principios de la transición este partido fue clave para garantizar la estabilidad de la transición a la democracia en que los gobiernos concertacionistas se comprometieron administrando el modelo de la dictadura con la excusa de la gobernabilidad. Durante los noventas jugaron un rol clave desarticulando el movimiento estudiantil de la mano de Alvaro Elizalde, actual presidente del PS; quién como presidente de la FECH fue el principal responsable de su disolución el año 1994.
El PS también se comprometió en la persecución de militantes de la izquierda revolucionaria , prestando ayuda a los servicios de inteligencia del aparato represivo del estado con la famosa “oficina” (de la que participó el actual diputado del PS Marcelo Schilling) como fue retratado en la obra “Rati”, la pacificación en democracia, de los escritores Dauno Tótoro Taulis y Javier Rebolledo.
Gestión en el gobierno.
Además de ocupar diversas carteras ministeriales durante los gobiernos de los DC Patricio Aylwin y Eduardo Frei, fueron el principal partido de Gobierno de la mano de Ricardo Lagos y Michelle Bachelet.
Ricardo Lagos fue presidente de Chile durante los años 2000 y 2006, tras imponerse en una estrecha segunda vuelta frente al candidato de la UDI, Joaquín Lavín. Durante su gobierno se continuó con la gestión de la crisis asiática que el gobierno de Eduardo Frei a finales de los noventas descargó sobre la clase trabajadora con medidas como racionamiento energético, alza de servicios básicos, privatización de los puertos en el marco de una nueva oleada de privatizaciones que implicó despidos y represión al movimiento popular, sindical y de la juventud con un saldo de decenas de muertos.
Ricardo Lagos continuo por este camino aprovechando la crisis para impulsar una serie de medidas neoliberales que salvaron al modelo y profundizaron la desigualdad social. "Las carreteras concesionadas" , se convirtieron en un símbolo de la gestión del presidente del Partido Socialista convirtiendo en un lucrativo negocio para unos pocos el derecho fundamental de la libertad de desplazamiento.
Lo propio hizo con educación al aprobar el 2005 el "Crédito con Aval del Estado" que endeuda hasta el día de hoy a miles de familias encadenando sus futuros a las usureras políticas de los bancos privados. Lo propio hizo aprobando proyectos hidroeléctricos en territorio mapuche desplazando a comunidades en beneficio de los grandes empresarios.
Para implementar estas reformas Ricardo Lagos recurrió a la represión del movimiento sindical, estudiantil y del pueblo mapuche contándose decenas de asesinados por las fuerzas policiales durante su gobierno. Los casos más emblemáticos fueron el asesinato de Alex Lemún Saavedra (2002), César Cabello González (2001), José Vera (2001), Julio Huentecura Llancaleo (2004), Zenén Díaz Necu(2005), Cristián Alejandro Castillo Díaz (2005) , la mayoría adolescentes y mapuche.
Michelle Bachelet, quién fuera ministra de defensa de Lagos, continuó este camino durante sus dos gobiernos. Enfrentada a la revolución pingüina , la huelga de los trabajadores del cobre y la movilización de los trabajadores forestales. El gobierno de Bachelet no dudó en echar mano a la represión policial continuando el legado laguista de reprimir al pueblo mapuche, los trabajadores y la juventud.
De entre los muertos por su gestión se encuentran Yovani Reyes Sepúlveda (2006), Rodrigo Cisternas Fernández, trabajador forestal asesinado el 2007 en el marco de la movilización de los trabajadores, Matías Catrileo Quezada (2008), Johnny Cariqueo Yáñez (2008), Marcelo Antonio González Rojas (2008), Jaime Facundo Mendoza Collio (2009) y durante su segundo gobierno fue asesinado el trabajador minero Nelson Quichillao (2015).
De la mano de los empresarios
Los escándalos del caso SOQUIMICH y Caval-Davalos, dejaron al descubierto el estrecho rol entre la cúpula del partido socialista y los empresarios más poderosos del país, intereses a los que servían no solo desde el gobierno , sino también dirigiendo la principal central de trabajadores , donde Arturo Martinez (PS) quién fuera presidente hasta el 2013 de dicha organización , favoreció claramente una política de conciliación con la patronal en desmedro de los intereses de los trabajadores.
Pese a que varias generaciones juveniles, especialmente provenientes del movimiento estudiantil, intentaron recuperar y refundar el partido para devolverlo a sus raíces populares, todos esos esfuerzos chocaron contra la pared de los intereses clientelares y la defensa del orden neoliberal que dicha estructura partidaria posee.
Actualmente contarán con 13 diputados en la cámara que asumirá el 11 de marzo del 2022 que se suman a su bancada de convencionales constituyentes de donde apostarán a convertirse en una pieza clave para otorgar gobernabilidad a la coalición de Boric. Sus principales economistas y personeros políticos han manifestado su total adhesión al candidato a cambió de que se les entregue influencia en áreas claves para ajustar el programa a los intereses empresariales, como se ha visto en las diversas declaraciones de estas semanas.
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Ιωαχειν
Editor y columnista de la Izquierda Diario