La guerra interna en el seno del PSOE tras los malos resultados sigue agudizándose. Sánchez y Díaz pugnan abiertamente por el control de un partido que ha entrado en barrena.
Martes 27 de septiembre de 2016
Foto: EFE
El fuego interno en el seno del PSOE, intensificado por los malos resultados de los comicios en el País Vasco y Galicia, está lejos de sofocarse. El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y la presidenta andaluza, Susana Díaz, vienen elevando la cota del nivel del enfrentamiento a cada día que pasa. Una pugna que tendrá como escenario privilegiado el próximo Comité Federal de este sábado.
En un nuevo episodio de la guerra interna de los socialistas, Pedro Sánchez ha señalado durante una entrevista en la cadena SER que no ha pensado en dimitir en ningún momento por los resultados cosechados la noche del domingo en Galicia y el País Vasco, reconociendo lo obvio: “hay un debate interno” en el PSOE.
Sánchez ha tirado de ironía para mandar un mensaje a los barones. "Oigo decir a dirigentes del PSOE que hay que abrir un período de reflexión. ¿Por qué llaman reflexión a lo que es una abstención?", dijo en alusión a la posición que mantiene Susana Díaz y todos los presidentes autonómicos, a excepción de Francina Armengol de Baleares, de abstenerse para que Rajoy sea investido como presidente. Para Sánchez, “se está llamado abstención técnica a facilitar un gobierno de derechas”.
Cuestionado por si debería haber dimitido tras conocerse los resultados electorales del domingo, tal y como sugirió el número dos del partido socialista en Andalucía, Juan María Cornejo, al recordar las dimisiones de Almunia y Rubalcaba, Sánchez ha sido tajante: “no pensé en dimitir sino en asumir mi responsabilidad, que es convocar un congreso y primarias”. Así, el alicaído secretario general del PSOE reafirmó su idea de ir al 39º Congreso del partido apelando a la participación del conjunto de la militancia, único sostén que le queda para ser revalidado al frente del PSOE.
Las primarias, en caso de que el Comité Federal de este sábado las apruebe, tendrían que celebrarse el próximo 23 de octubre, fecha para la cual Pedro Sánchez confía en que “habría tiempo para que pueda formarse un gobierno alternativo”.
Con ese ambicioso -aunque no por ello realista- objetivo, Sánchez ha hecho un “guiño” hacia los partidos nacionalistas catalanes, al señalar que “nuestra hoja de ruta para Catalunya es clara. Hablaré con los nacionalistas, les explicaremos el planteamiento del PSOE y cada cual que decida". Un guiño raro, para ser honestos, ya que la hoja de ruta socialista para Catalunya empieza por negar el derecho a la autodeterminación de los catalanes.
Pero no sólo en su relación con los soberanistas catalanes hay contradicciones para las aspiraciones de Pedro Sánchez de intentar formar un “gobierno alternativo”. Las alarmas empezaron a saltar ayer tras la decisión de Pablo Iglesias de retirar el pacto de investidura con el PSOE de Castilla-La Mancha, y más cuando todo parece indicar que los pactos entre ambas formaciones podrían seguir el mismo camino en Aragón y Extremadura.
Mientras tanto Susana Díaz, erigida en la líder de la oposición interna al aventurerismo de Sánchez, ha vuelto a rechazar este martes la celebración de un Congreso “exprés”, pero si se llegan a convocar unas primarias, la dirigente andaluza dice que estará “donde quieran mis compañeros y compañeras, en la cabeza o en la cola del PSOE”.
Para Díaz el debate interno en el seno del PSOE no pasa por “acusar a unos compañeros de ser subalternos del PP", aunque lo sean. El problema es que el PSOE viene sufriendo derrotas en toda regla. “Estamos concatenando derrotas electorales, las últimas han sido las de Galicia y Euskadi, pero no son las únicas. El PP nos ha ganado en muchísimos sitios y Podemos también", dijo Díaz, lo cual es cierto. Un argumento que por definición en cualquier partido capitalista siempre precede al pedido de la cabeza de los líderes de turno.
“Cuando todas las alternativas que hay son malas, creo que alguna responsabilidad tiene que tener la dirección. Y lo que no me parece de recibo es culpar a aquellos que ganamos elecciones. Aquí [en Andalucía], quien es subalterno del PSOE es el PP porque está en la oposición. Nosotros ganamos las elecciones, que es lo que debería pasar en toda España", espetó Díaz.
A Díaz se han sumado numerosos críticos de Sánchez que han mostrado su oposición a la convocatoria del Congreso. Eduardo Madina, quien el lunes ya pedía responsabilidades a la dirección del partido por los fracasos electorales recientes, ha señalado sin tapujos que votará “No” a la convocatoria y que está seguro de que el próximo sábado, durante el Comité Federal, se descartará totalmente esta opción.
Lo que está claro es que, de aquí al Comité Federal, el enfrentamiento interno en las filas del PSOE va a ir en aumento y la crisis interna seguirá profundizándose. Pero gane quien gane está disputa por la dirección, la salida no va a ser sin profundas contradicciones para el partido.
Unas nuevas elecciones generales propiciadas por un Congreso en el que salga reelegido Sánchez, podrían llevar al PSOE a un nuevo suelo histórico. Por el otro lado, una victoria de Susana Díaz que pueda devenir en una abstención para que gobierne el PP, sería entrar por la vía directa en la “pasokisación” del propio partido. La única salvación pareciera ser la hipótesis improbable de un “gobierno alternativo”. El problema aquí es que es sólo eso, una hipótesis improbable.