El proyecto de Ley prevé un crecimiento de la economía que no recupera ni la mitad de lo perdido en 2020. El gasto en Servicios Sociales baja un 12%, sobre todo por el fin del Ingreso Familiar de Emergencia.
Matías Hof @HofMatias
Jueves 17 de septiembre de 2020 09:05
En medio de la crisis económica más grande que vivió el país desde el 2001, el Gobierno presentó el Presupuesto 2021 con un importante ajuste a la asistencia social. Al dar por finalizado el plan de Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), el recorte a los Servicios Sociales llega sufrir una disminución de más del 3% del PBI (pasando del 18% a menos del 15%). Con la meta de bajar el déficit fiscal (lo gastado por encima de los ingresos) al 4,5% del Producto Bruto Interno (PBI), el proyecto de Ley enviado este miércoles al Congreso por el ministro de Economía Martín Guzmán, contiene recortes en áreas clave como salud donde sería casi del 10% en términos reales.
La mitad de la población ha sido llevada a vivir en la pobreza, según distintas estimaciones, y la UNICEF alerta que podría llegar al 68% de los niños para fin de año. Los despidos durante la cuarentena ya se aproximan a un millón y la crisis sanitaria está provocando el colapso de los desfinanciados sistemas de salud de algunas provincias. El presupuesto admite un derrumbe del PBI del 12% para el 2020 y una recuperación de sólo el 5,5% para 2021. Estas cifras indican que la crisis seguiría sin resolverse y agregando el recorte a los presupuestos sociales, estallidos como las tomas de tierras en curso es probable se vuelvan cada vez más frecuentes.
"Impulsar la recuperación económica con un esquema de política fiscal expansiva y un Estado que cumple un rol fundamental para proteger a los sectores más vulnerables, incentivar el mercado interno y potenciar un crecimiento de la producción y de las exportaciones.” fueron las palabras elegidas por el Gobierno para presentar por escrito el proyecto oficial. “Será la herramienta que nos permita transformar para bien la vida de las argentinas y los argentinos”, afirmó el jefe de Gabinete Santiago Cafiero. Pero los números se encuentran en oposición a este discurso.
Alberto Fernández repitió hasta el cansancio que va a elegir la salud por sobre la economía para enfrentar a la pandemia, pero el presupuesto define una reducción del 9,4% para esta área, teniendo en cuenta la inflación proyectada del 29% para el 2021. Incluso si lo peor del coronavirus ya hubiera pasado dentro de unos meses ¿No quedó a la vista lo precario del sistema sanitario y su necesidad urgente de fondos? Lo destinado a educación es mayor a lo del año en curso llegando al 1,3% del PBI, pero la distancia con el 6% votado por ley durante el kirchnerismo es abismal. Los servicios de deuda, aún habiendo corrido la mayoría de los vencimientos para varios años más adelante, implican siete veces lo destinado a Ciencia y Tecnología o más de cuatro veces lo adjudicado a Vivienda y Urbanismo ¿Esta es una “transformación para bien”?
Las tarifas de los servicios públicos que crecieron de forma exponencial bajo el macrismo y que se encuentran congeladas, volverán a aumentar el año que viene. La partida de subsidios no crece, por lo que la inflación deberá sera trasladada a los precios. Crisis económica abierta, menor asistencia estatal y bajos recursos para garantizar los derechos básicos no parecen ser suficientes. Además las familias tendrán que hacer frente al aumento de las tarifas de luz, gas y agua.
Te puede interesar: Crisis económica: ¿por qué faltan dólares en la economía?
Te puede interesar: Crisis económica: ¿por qué faltan dólares en la economía?
La situación podría ser peor aún, si tenemos en cuenta las condiciones previstas que podrían no verificarse. Empezando por la inflación del 29% y el precio del dólar oficial a $102, estimados para el fin del año que viene en el presupuesto. Ambos tienen una gran diferencia con los datos que surgen del Relevamiento de Expectativas del Mercado elaborado por el Banco Central (BCRA) que ubican a la inflación en 47% y el dólar en $120. Parecen ser más difíciles de lograr todavía a la luz del reforzamiento del cepo cambiario anunciado por el BCRA este miércoles que dejó en evidencia la falta de divisas. Si los valores previstos resultan ser bajos, el ajuste será todavía mayor en términos reales.
La otra incógnita central son las negociaciones de la deuda con el FMI que el presupuesto da por descontado se resolverán sin contratiempos y permitirán disminuir lo destinado a servicios de deuda hasta el 1,5% del PBI. De no ser así el déficit financiero (es igual al fiscal primario más los pagos de deuda) podría elevarse por encima del 6% previsto o el Gobierno optar por disminuir el gasto con más fuerza para mantener ese porcentaje.
El proyecto demandará al menos un mes de debate, en cuyo transcurso se pondrán en cuestión las perspectivas para la economía, el ajuste en asistencia social y salud, las tarifas de los servicios públicos y el transporte y el pago de la ilegítima deuda externa. Para enfrentar esta Ley de ajuste es necesario salir a las calles y luchar por invertir las prioridades, como lo harán este jueves por la tarde la izquierda y el sindicalismo combativo.
También podes leer: Toma de tierras: la lucha de clases urbana
También podes leer: Toma de tierras: la lucha de clases urbana