El Programa de responsabilidad social compartida Envión, dependiente del Ministerio de Desarrollo Social de la provincia de buenos aires, está destinado a chicos entre 12 y 21 años que se encuentran en situación de vulnerabilidad social. El objetivo esencial es "la inclusión, la contención, el acompañamiento y el diseño de estrategias que fortalezcan su estima, reparen y brinden igualdad de oportunidades", o al menos eso es lo que dice la página oficial del Gobierno de la Provincia. Pero la realidad es otra.
Martes 29 de octubre de 2019
El Programa fue creado el año 2010 durante la gestión del gobernador Daniel Scioli (aunque funcionaba desde el 2005 en algunos municipios) y empezó a funcionar en nuestra localidad en dicho año. Hoy continuado por el gobierno de María Eugenia Vidal, desde un primer momento la responsabilidad de gestión del programa fue compartido tanto por el estado provincial como municipal.
En Coronel rosales, funciono siempre por los gobiernos de turno (durante la gestión anterior la IVR, hoy la del Intendente Uset, de Cambiemos) como lavada de cara ante la sociedad rosaleña, para mostrarse ante la comunidad con sensibilidad social, claro por cierto, inexistente. Por que en la realidad, a juzgar por el tratamiento que le dan a sus destinatarios y trabajadores tanto a nivel presupuestario como en su cuidado, es que el Programa Envión termina siendo cascara vacía, desfinanciado, descoordinado, descuidado, en fin, olvidado.
Quien se dirige a ustedes lo puede contar porque lo vio desde adentro. Trabajé como Tutor del Programa durante un año y medio. Mi tarea era acompañar, escuchar y contener a lxs jóvenes que asisten al programa, tarea que disfruté y amé hasta el último día que trabajé en esa institución. Lamentablemente los tutores, jóvenes de entre 18 y 25 años, no somos retribuidos por ese trabajo realizado: un tutor o una tutora hoy percibe una “beca social” de $1900 (cuando entré, en el año 2018, era de $1700, un aumento “suculento” de $200). Dinero que muchas veces tenemos que utilizar para material didáctico, de actividades recreativas, o para poder cocinar una torta y festejarle el cumpleaños a lxs pibxs (muchxs de ellxs, con suerte reciben un abrazo en su entorno familiar) lo hacemos por vocación, pero ¿cuánto dinero derrocha el municipio en crear cargos políticos, en construir peatonales que nadie pidió, o el sueldo del mismo intendente, que supera los $200.000? , en fin, prioridades.
La situación del Equipo Técnico ( conformado por asistentes sociales, psicólogos, psicopedagogos,etc) y de talleristas es desesperante. Enmarcados como proveedores y no como trabajadores, hoy perciben un salario de $10.000, de los cuales $1300 se van en monotributo, $600 en contador e ingresos brutos, y $800 en matriculación, haciendo cuentas, se quedan con unos míseros $7300. Sueldos de indigencia.
Cabe decir también que al no ser reconocidos como empleados del municipio, no tienen ningún tipo de derecho a huelga ni a sindicalización. “Si quieren ganar más, busquen otro trabajo, renuncien, hay gente haciendo fila por tu trabajo” es la respuesta que les da el secretario de desarrollo social Mariano Ojeda, cuando osan pedir un aumento. La prepotencia del poder.
Hay que dar vuelta todo
Desde el PTS, en el Frente de Izquierda Unidad, nos solidarizamos con todxs lxs trabajadores del Programa Envión, proponemos el reconocimiento de estos como empleados municipales, pase a planta permanente, salario igual a la canasta básica, indexada a la inflación, más presupuesto, más talleres. Si realmente les interesa la situación de les jóvenes en situación de vulnerabilidad, el propio Estado debería ponerse a la cabeza de buscar salidas para les pibes, empezando con becas en serio para que puedan completar sus estudios, laburos en blanco con salario acorde a la canasta básica para quienes tienen mas de 18 años y quieren trabajar, programas y espacios dignos para el desarrollo de actividades recreativas, culturales, deportivas, en fin, una batería de medidas que chocan de lleno con el destino de precarización, explotación, persecusión policial y estigmatización que los capitalistas y sus representantes políticos quieren darle a les jovenes mas humildes. Es hora de organizarnos para dar vuelta todo