USACH. El Rector Rodrigo Vidal Rojas ha decidido que no romperá convenios con universidades israelíes

El pasado miércoles 31 de julio se realizó una sesión extraordinaria del Consejo Académico Superior de la Universidad de Santiago de Chile, organismo encargado de juntar al rector con consejeros de los 3 estamentos que componen la comunidad universitaria, con una importante mayoría de académicos.

Aparte de los integrantes del consejo, participaron como invitados lxs decanos de las distintas facultades, la vicerrectora de vinculación con el medio, “expertos” como el embajador de Chile en Palestina y el encargado de las relaciones comerciales con Israel del ministerio de relaciones exteriores, así como el Comité de Solidaridad con Palestina de la USACh y 2 integrantes de la Federación que ejercen como consejeras subrogantes puesto que no están ocupados todos los cupos estudiantiles con representantes.

Esta instancia extraordinaria para discutir sobre el conflicto en Palestina fue convocada por rectoría tras aprobarse una moción que incluía la exigencia de romper los convenios que mantiene la USACh con la Universidad de Haifa y el Instituto Tecnológico de Israel en el petitorio estudiantil. Inicialmente fue convocada para el día miércoles 17 de julio, y fue postergada por las autoridades esperando la finalización del paro estudiantil en la universidad que ya se percibía desgastado.

En la instancia, el embajador de Chile en Palestina, Sebastián Molina, puso al centro que no hayan convenios con universidades palestinas, más que la ruptura de convenios con universidades Israelíes. En cambio, Patricio Cifuentes, encargado de relaciones comerciales con Israel, del ministerio de relaciones exteriores, ponía al centro que podría traer consigo problemas diplomaticos con Israel una ruptura de convenios.

El Comité de Solidaridad con Palestina por su parte expuso una muy elaborada argumentación que ilustraba, con el uso de evidencia empirica, el rol de las 2 universidades israelies en cuestion en el genocidio, como desplazamiento etnico, apartheid, ocupacion y asentamientos ilegales de colonos Israelíes en Palestina, argumentos evidentes del por qué la Usach debe romper con estos convenios.

Sin embargo, en la discusión que se dió al interior del consejo, ni las autoridades, ni la plana de académicos hizo referencia alguna a que estuviera la ruptura de convenios en el petitorio estudiantil y por el contrario, la argumentación de estos puso por delante un criterio academicista, donde las universidades serían por naturaleza centros de promoción de la paz y la democracia o que parte de sus roles es aportar en la investigación de tecnologías que si bien “pueden tener uso militar”, podrian tambien eventualmente “tener usos civiles” y que por ello sería igualmente beneficioso, tomando como ejemplo el internet o el GPS.

Por su parte, el único pronunciamiento de la federación fue poniendo en la mesa que el estudiantado ya había tomado una decisión, pero rectoría hizo caso omiso y a día de hoy la federación no se ha pronunciado públicamente frente a tal decisión.

El comité por Palestina este lunes dejó muy en claro su descontento con la reunión, porque tras escuchar estos argumentos no se les fue dado el derecho a contra argumentar ninguna de estas posturas, donde incluso se relativizaba la situación contraponiendole la condena al “terrorismo de Hamas” y donde sin ninguna vergüenza se defendió el mantener estos convenios como algo beneficioso para la promoción de paz, para la pluralidad de pensamiento y la libertad de catedra.

Al final del consejo, el rector y la vicerrectora resolvieron, sin ninguna votación ni forma vinculante con los estamentos, que no se rompería el convenio con el Instituto Tecnológico de Israel y que “por ahora” no se volvería a firmar el convenio con la Universidad de Haifa, que acabó su periodo de vigencia el pasado jueves 1ero de agosto.

Desde la agrupación anticapitalista Vencer, que participamos también del comité por palestina en la USACh, como también en otras universidades, decimos fuerte y claro:

Debemos fortalecer los comités por Palestina para reimpulsar las movilizaciones contra el genocidio en todas nuestras universidades, por lugares de estudio libres de apartheid, y para exigir la ruptura de relaciones académicas con universidad israelíes, o con instituciones que financian directamente el genocidio, y que el estado de Chile, que hoy lo gobierna Gabriel Boric junto al Frente Amplio, Partido Comunista y Partido Socialista, rompa toda las relaciones diplomáticas, económicas y militares con el estado ilegítimo de Israel.

La Feusach debe dejar su pasividad y llamar a levantar asambleas triestamentales para discutir un plan de acción para hacer frente a la intransigencia de las autoridades a cortar estos convenios, que han decidido ser cómplices de uno de los mayores crímenes del siglo.

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Además creemos que también hay que poner al centro un programa estudiantil que busque transformar la lógica empresarial con la que funciona hoy la educación pública en Chile, por esto tenemos que volver a pelear por la educación gratuita impulsando la autoorganización estudiantil en unidad con la clase trabajadora, en contra del autoritarismo universitario, y por una gestión triestamental en nuestros lugares de estudio, donde estudiantes, funcionarios y docentes podamos democráticamente tomar todas las desiciones.

Nuestra perspectiva es la de recomponer el movimiento estudiantil chileno, el que históricamente ha jugado un rol en la política nacional e internacional, pero que después del 2011, con las direcciones politicas de los partidos que hoy gobiernan (FA y PC), lo llevaron a una brutal pasividad, que hoy podemos presenciar aquí en la Usach, con la nula iniciativa de la Feusach por llevar adelante la decisión de lxs estudiantes de romper los convenios con las universidades israelís, o por ejemplo la crisis de representatividad que vuelve a tener la Fech en la Universidad de Chile.

Desde Vencer creemos que es urgente impulsar una juventud internacionalista, antiimperialista, anticapitalista, antiburocrática y anticolonial, que cuestione profundamente el sistema capitalista y al imperialismo que somete a los paises dependientes y semicoloniales, a la militarización, a políticas antimigratorias y al extractivismo de sus recursos naturales y materias primas. Una juventud revolucionaria y que en todo el mundo pelee en contra del genocidio, por la liberación de todos los pueblos oprimidos y por el fin al saqueo de los recursos naturales. Porque este sistema de miserias no tiene ningún futuro que ofrecer a la juventud.