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Red Internacional
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Derrota del gobierno. El Senado rechazó el DNU en medio de guiños del peronismo y Lousteau para colaborar con Milei

El gobierno de Milei tuvo su segunda derrota legislativa. El DNU 70/2023 fue rechazado en el Senado por 42 votos. Ahora debe votarse en Diputados, con números más complicados por las negociaciones de varios gobernadores con el Poder Ejecutivo. Los votos que logró juntar La Libertad Avanza fueron 25 con aliados claves en el PRO, casi la totalidad de la UCR y otros bloques provinciales. Aunque Unión por la Patria votó el rechazo, expresó su voluntad de colaborar con el gobierno de La Libertad Avanza y persiste en evitar la movilización que podría hacer caer el DNU.

Jesica Calcagno

Jesica Calcagno @Jesi_mc

Jueves 14 de marzo de 2024 20:05

El senado rechazó el mega decreto de Milei, ahora pasa a Diputados

El senado rechazó el mega decreto de Milei, ahora pasa a Diputados

Tras varios intentos de Milei de evitar que el mega DNU que inauguró su gobierno se vote en el Congreso, no lo logró y este jueves sufrió una dura derrota en el Senado. La segunda desde que asumió hace tres meses. La primera fue el fracaso de la Ley ómnibus en Diputados, rodeada por persistentes movilizaciones.

El mega decreto fue rechazado por 42 senadores y senadoras, y golpea en el corazón del plan económico de La Libertad Avanza. Entre algunas de sus consecuencias en la vida de millones de trabajadores y trabajadoras está la disparada de los precios de los alimentos desde diciembre, aumentos siderales en las cuotas de las prepagas, suba de los alquileres (y en dólares), además de sentar las bases para intentar cerrar Télam. Todavía no cayó porque la ley que controla los decretos -de autoría de Cristina Fernández-, establece que para ser rechazado deben hacerlo las dos Cámaras, aunque para aprobarlo solo basta que una lo haga. Algo muy difícil y que explica que hasta ahora el Congreso nunca rechazó ningún DNU, a pesar de ser una herramienta ampliamente utilizada por todos los gobiernos. Esta vez la diferencia está en el rechazo que cosecha en una sociedad polarizada: si esa fuerza opositora se expresa en la calle tiene el potencial de incidir en que termine de caer. La pelota ahora está en la cancha de la Cámara de Diputados y de las movilizaciones. Mientras tanto el DNU sigue vigente.

Los senadores y senadores que votaron el rechazo fueron los 33 de Unión por la Patria, 2 de Santa Cruz (responden al gobernador Vidal), 1 de Rio Negro (responde al gobernador Weretilneck), Lousteau y Blanco de la UCR, Terenzi (radical que integra el bloque liderado por Romero, aliado del gobierno), Crexell de Neuquén (tiene juego propio aunque es cercana al gobernador Figueroa), el entrerriano Kueider y el correntino Espínola (ex UP).

La Libertad Avanza logró aglutinar 25 voluntades: a los 6 senadores propios (con 1 ausente), sumó a los 6 del PRO, a 10 de los 13 de la UCR, 2 del bloque del salteño Romero y la tucumana Avila (afines a la ex coalición Juntos por el Cambio).

Hubo 4 abstenciones de la cordobesa Vigo (responde a Llaryora), los 2 misioneros que responden al gobernador Passalacqua (con terminales con Sergio Massa) y Abad de la UCR.

El paso que sigue es el tratamiento en la Cámara de Diputados: con al menos 10 diputados y diputadas se puede solicitar una sesión especial para debatir y resolver sobre el DNU 70/2023. El problema está en los números. Primero se necesitan 129 para el quórum, y además que se conforme esa mayoría para el rechazo. Algo que todavía no está garantizado por los bloques colaboracionistas con el gobierno: gran parte de la UCR, Hacemos de Pichetto, el bloque de varios gobernadores de Innovación Federal y los tucumanos peronistas que responden a Jaldo están en plena negociación con Javier Milei y quieren demostrar su “buena voluntad”. En esos bloques opera la influencia de los gobernadores que están de lleno metidos en el toma y daca con el gobierno. Tal como dijo el presidente libertario el 1° de marzo: habrá plata para ellos si ayudan al gobierno en el Congreso con el DNU y la ley ómnibus.

En el debate que se dio este jueves en el Senado las críticas de quienes rechazaron al DNU apuntaron más a las formas que a su contenido. Como era de esperar, fue el eje del presidente de la UCR, Martín Lousteau, quien manifestó que tiene muchos acuerdos con el DNU como la reforma laboral (hoy frenada por la justicia) pero que prefiere que se concreten con leyes. La nota la dieron desde Unión por la Patria, que aseguraron querer colaborar con el gobierno de Javier Milei. Fue el tono que eligió la mendocina Anabel Fernández Sagasti cuando pidió en la sesión que "le transmitan al presidente que nosotros estamos dispuestos a discutir cada uno de los títulos, sabemos que desde las provincias podemos aportar (...) queremos colaborar”. Es que la carta de Cristina Fernández habilitó a sus legisladores a discutir una "actualización laboral" e incluso privatizaciones. El posicionamiento del peronismo es acorde a la desmovilización que promueven desde la CGT y sus propias organizaciones políticas que luego del 24 de enero abandonaron la calle. El titular del bloque, José Mayans, también deslizó la propuesta al oficialismo de que transformen el contenido del DNU en distintas leyes.

Del lado de los firmes aliados de La Libertad Avanza, la UCR y el PRO se focalizaron en defender el DNU bajo el argumento de que “hay que darle las herramientas al gobierno” y no entorpecer el rumbo de un cambio que pidió la sociedad, sin reparar en la polarización que divide al país. Fueron quienes más defendieron el contenido del mega decreto: desde la ley de alquileres hasta el sinfín de desregulaciones económicas a favor del poder económico.

El radical Pablo Blanco (que rechazó el DNU) fue uno de los que reveló en su discurso que recibió llamados de las empresas de Tierra del Fuego para decirle “fijate que vas a hacer” en referencia a la votación de este jueves. “Este gobierno nos está ayudando” relató que le dijeron. Entre las empresas localizadas en esa provincia está Mirgor de Nicky Caputo, el primo del ministro de economía de Milei. También confesó que recibió llamados de gobernadores para presionar en el mismo sentido.

Milei se autoinflingió una derrota más amarga tras sacar un nuevo comunicado extorsivo la noche anterior a la sesión del Senado. Como un manotazo de ahogado, lanzó en redes sociales un texto de la Oficina del Presidente expresando “preocupación por la decisión unilateral de algunos sectores de la clase política que pretenden avanzar con una agenda propia e inconsulta, a fin de entorpecer las negociaciones y el diálogo”. Así, escaló en las tensiones con su vicepresidenta Victoria Villarruel -que preside el Senado-, y volvió a meter ruido con algunos legisladores. Como no alcanzó, se apuró en hacer circular un nuevo borrador de la Ley ómnibus mientras se desarrollaba la sesión del Senado. Fue insuficiente, y su tropa parlamentaria intentó en el recinto postergar el tratamiento del DNU 70/2023. La votación les salió en contra: 41 por mantenerlo en el temario y 30 por posponerlo. Ya no había nada que hacer para La Libertad Avanza.

El resultado de la votación promete traer una nueva sombra de desconfianza de sectores empresarios y hasta del FMI con el gobierno de Milei. Aunque no sea definitiva la caída del DNU porque falta el tratamiento en Diputados, es toda una señal de debilidad política. Además va en contra de “la búsqueda de consensos” que le reclaman desde el poder económico. En su reciente visita, la subdirectora del FMI, Gita Gopinath, le pidió al presidente “trabajar de manera pragmática para generar apoyo social y político”. Algo que consideró como “fundamental” para “la durabilidad y eficacia” del sentido de su plan económico al servicio del capital financiero que el organismo internacional apoya completamente.

Lo que viene en Diputados

La foto al día de hoy está más difícil en la Cámara Baja en cuanto a los números para alcanzar una mayoría que rechace el DNU y así hacerlo caer. La sesión que se cayó el miércoles por falta de quórum para tratar una nueva fórmula de movilidad jubilatoria da algunas pautas. Los gobernadores presionaron a sus diputados y diputadas para demostrar gestos de “buena voluntad” hacia el gobierno de Milei. Es probable que desde el Poder Ejecutivo inicien un nuevo “operativo extorsión” para evitar una nueva derrota. La estrategia podría ser dilatar y dilatar para que no se trate, y que los legisladores "dialoguistas" se eviten el mal trago de exponerse en una votación.

En un poroteo estimativo, podría haber alrededor de 122 votos por el rechazo al DNU. Se necesitan 129 para el quórum y esa mayoría en la votación. Los gobernadores radicales, del PRO, del peronismo de Tucumán y de Córdoba, y otros de partidos provinciales tienen la llave de las negociaciones que vienen y que estarán atravesadas por la disputa de plata y recursos y la nueva ley ómnibus.

En la nueva situación que se abre vuelve a cobrar relevancia el poder de la movilización y la clase trabajadora que mueve los hilos centrales de la economía. Es en lo que vienen insistiendo muchas de las asambleas barriales dispuestas a enfrentar todo el plan de Milei y desde el Frente de Izquierda que cuestionan la desmovilización de la CGT y el peronismo. Sin respuesta en la calle de quienes se oponen a este gobierno, le allana el camino a La Libertad Avanza para que redoble su presión y negociación a su favor.

La bancada del Frente de Izquierda viene insistiendo en que los legisladores de la Cámara Baja se autoconvoquen para rechazar el mega decreto. Pero también plantean la necesidad de declararlo nulo para lo que presentaron un proyecto de ley. De esa forma es que pueden retrotraerse todos sus efectos, a diferencia del rechazo en ambas Cámaras que implicaría que deje de regir hacia adelante sin tocar todo lo que ya consiguió hasta ahora el DNU.

Como dijo el diputado de la izquierda Nicolás del Caño tras la votación del rechazo al DNU “Hay que anularlo en Diputados y que queden sin efectos las medidas que se tomaron durante su vigencia. Como sucedió con la Ley Ómnibus es fundamental la movilización. Paro Nacional y plan de lucha!”.


Jesica Calcagno

Nació en Buenos Aires en 1984. Licenciada y profesora en Sociología (UBA). Acreditada en el Congreso.

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