Los mismos funcionarios que atentaron durante lustros contra los campesinos y trabajadores del campo, hoy llaman a “defender lo conquistado” ante el endurecimiento de la posición estadounidense sobre el Tratado.
Viernes 6 de octubre de 2017
El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que entró en vigor en 1994, representó un fuerte ataque para los campesinos pobres, los trabajadores del campo y los pequeños propietarios. En el campo se consolidó un nuevo modelo productivo atado a la industrialización del agro y a la centralización del capital agroindustrial, desplazando a los pequeños productores y pauperizando sus condiciones de vida.
Blanca Rubio, estudiosa del tema agrario en el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, le llamó a esto la “fase agroexportadora neoliberal excluyente”.
Este modelo fue implementado por los secretarios de agricultura pertenecientes a distintos partidos políticos a lo largo de varios sexenios y a nivel federal y estatal. La inconformidad y el malestar social que sembró son enormes y se ha expresado en distintas reivindicaciones campesinas, como es el caso de los jornaleros de San Quintín. Hoy estos mismos funcionarios del campo llaman a “cerrar” filas para defender “lo logrado” en el TLCAN.
¿Cuáles son los intereses agroalimentarios de México?
José Calzada Rivorosa, titular de la secretaría de Secretario de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) hizo un llamado a hacer un frente común en la Asociación Mexicana de Secretarios de Desarrollo Agropecuario, contra la imposición que pretende establecer Trump.
El gobierno de México pactó con sus contrapartes que el contenido de la negociación sea secreto por ahora. Pero los empresarios y políticos que han tenido acceso de primera fuente a las negociaciones han dicho que las negociaciones se endurecieron a tal grado que es posible que ya no sea conveniente mantenerse en el TLCAN, según sus propios intereses empresariales.
Es muy posible que el gobierno de Estados Unidos esté pensando cómo mantener diversas formas de subsidios y algunas medidas proteccionistas en el agro. El contenido a ciencia cierta no se conoce, pero ya ha desatado la indignación de los funcionarios del campo y agroindustriales en turno.
El titular de la SAGARPA volvió a defender la idea de “modernizar” al TLCAN sin privilegios ni proteccionismo. Para ello también llamó a todos los secretarios de estado en el tema a pronunciarse en la reunión que el 18 y 19 de octubre se realizará en Denver, Colorado.
¿Cómo van a defender los intereses de los campesinos pobres, los indígenas, y los trabajadores del campo, cuando estos funcionarios son los que avanzaron sobre la tierra y las formas de vida comunales en los últimos años? ¿Cuando son ellos quienes profundizaron la opresión y explotación de millones de trabajadores agrícolas? ¿Estos son los “logros” del viejo TLCAN lo que debemos defender?
Los jornaleros de San Quintín dieron hace meses una importante experiencia de lucha por sus derechos más básicos, que visibilizó las condiciones de vida y de trabajo que existen en el campo y en las agrobusiness.
Distintos sectores levantan la lucha por garantizar la soberanía alimentaria de nuestro país.
Debemos reivindicar y defender las demandas de los sectores más oprimidos y explotados en el campo, opuestas a las de los grandes propietarios de tierras, constituidos en verdaderos neolatifundos. Hoy tiene vigencia y actualidad la lucha por la reforma agraria para que la tierra sea para quien la trabaja, contra los grandes terratenientes y empresas trasnacionales que oprimen y expolian a millones en el campo mexicano. Y avanzar en la unidad con los trabajadores urbanos, para luchar contra los planes que pretenden atacar aún más las condiciones de vida de las grandes mayorías del campo y la ciudad.