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Red Internacional
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Tratado de Libre Comercio. El TLCAN muestra diferencias entre los capitalistas y el gobierno de EU

Matt Blunt, representante del sector automotriz, cuestionó los planes del Secretario de Comercio del gobierno de Donald Trump para renegociar el TLCAN. Sostuvo que una modificación no cautelosa de las “reglas de origen” podría ser perjudicial para el sector. Se expresan las contradicciones de intereses entre capitalistas.

Jueves 29 de junio de 2017

En el marco de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN o NAFTA por sus siglas en inglés) el presidente de la American Automotive Policy Council, Matt Blunt, cuestionó los planes del Wilbur Ross, Secretario de Comercio del gobierno de Estados Unidos, de modificar las “reglas de origen” del TLCAN para el sector automotriz. La American Automotive Policy Council representa los intereses políticos y empresariales de tres grandes firmas automotrices: Fiat Chrysler, Ford y General Motors.

Las “reglas de origen” son una norma que indica cuánto de un producto debe ser de procedencia nacional. En el caso de Estados Unidos es necesario que una mercancía-automóvil tenga por lo menos el 62.5% de contenido nacional. En México por el contrario, según datos de la especialista Lourdes Álvarez Medina, tanto armadoras como autopartistas importan más del 70% de sus insumos, por lo que sólo cerca de un 30% es contenido producido con trabajo mexicano.

Wilbur Ross ha afirmado que modificar las “reglas de origen” es necesario para cerrar el paso a las mercancías chinas. Dentro de los muchos problemas económicos que tiene la economía de Estados Unidos, el discurso de campaña de Trump hizo énfasis en políticas contra el desempleo, y esta es una de las medidas con las cuales pretende fomentar la creación de empleos nativos.

Matt Blunt sostuvo que sólo cerca del 6% es de procedencia China y gran parte del resto de los socios del TLCAN, sobre todo de México. Como representante de los capitalistas norteamericanos del sector, hizo al gobierno de Trump “a ser cautelosos” con la modificación de las normas de origen por temor a perder “competitividad”.

Aumentar la proporción de la norma de origen significa que las autopartes de baja tecnología que se producen lugares de bajos salario, como México, resulten más caros si se traslada su producción a Estados Unidos. Autopartes más caras bajarían la proporción de la ganancia de los capitalistas si todo se mantiene constante.

Esto no es ninguna novedad para Wilbur Ross, actual Secretario de Comercio, quien ha visto multiplicadas sus millonarias inversiones por la fundación de International Automotive Components que compró Lear Corporation, empresa que se dedica a la producción de autopartes en varias zonas del mundo incluyendo México y China, denunciada por terribles condiciones de trabajo, y que provee a la industria automotriz norteamericana de mercancías baratas explotando trabajadores de otras partes del mundo a muy bajo costo. Las ganancias de IAC en 2015 fueron de 5,9 mil millones de dólares. Este año Forbes calculó la fortuna de Wilbur Ross en 2,500 millones de dólares.

Para que los empresarios obtengan las mayores ganancias posibles lo mejor es que una parte cada vez mayor de su producción se haga en otras partes del mundo con salarios más bajos como México y China. Y al mismo tiempo esto debilita industria, la balanza comercial, el empleo y el consumo en Estados Unidos. Lo único que puede hacer el gobierno y los empresarios es descargar la crisis sobre los trabajadores de nativos y foráneos, bajando los salarios, aumentando la explotación y reduciendo la plantilla laboral como recientemente en Nissan, Méx co.

Es fundamental que frente al ataque que pretende imponer el gobierno de Estados Unidos con la renegociación del TLCAN, los trabajadores de ambos lados de la frontera unifiquemos las diferentes luchas y nuestras demandas. En México es indispensable pensar un plan para evitar y enfrentar todos los cierres, traslados de fábricas y despidos masivos que implican los posibles resultados de la renegociación del TLCAN.

El enemigo de todos los trabajadores norteamericanos despedidos no son los bajos salarios que hay en México y en China, sino la avaricia de la patronal que explota a los trabajadores de todo el mundo por igual. Para vencer a un enemigo común es fundamental la solidaridad internacionalista de todos los trabajadores. La lucha de los trabajadores es una sola y no tiene fronteras.