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Aborto legal, seguro y gratuito. El aborto legal en México: nuestros derechos los conquistamos en las calles

Este 28 de septiembre -día por la despenalización y legalización del aborto en América Latina y el Caribe- nuevamente está signado por la crisis sanitaria y económica, además se da en el marco de las despenalizaciones en Hidalgo y Veracruz, así como los recientes fallos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Tomemos las calles para conquistar el derecho al aborto legal, seguro, libre y gratuito en todo el país.

Joss Espinosa

Joss Espinosa @Joss_font

Lunes 27 de septiembre de 2021 10:36

A nivel internacional nuestros derechos avanzan en algunas latitudes, pero también son atacados en otras. Uno de los ejemplos más importantes es la legalización del aborto en Argentina, que luego del enorme empuje de la Marea Verde se impuso que el aborto sea ley, dejando en claro que nuestros derechos los ganamos en las calles.

A la par, contradictoriamente, recientemente vimos una agudización de los ataques al aborto en EE. UU. pese a la legalización del aborto que se ganó en 1973, también producto de una enorme lucha. Desde entonces, la derecha y grupos conservadores han buscado todas las vías para retrotraer este derecho. En Texas el gobernador Greg Abbott convirtió en ley el proyecto SB 8, conocido como la “ley del latido del corazón”, ley que prohíbe los abortos después de las 6 semanas; esto no sólo afecta a las mujeres de Texas (pues muchas tendrían que ir a clínicas a kilómetros de su casa para practicarse una interrupción en otro estado), sino que pretenden instalar ese proyecto en otras entidades.

Esta dinámica de avances y retrocesos muestra, que, en este sistema que vivimos, —que se basa en la explotación de las grandes mayorías, en la opresión a las mujeres y en otras opresiones— nuestros derechos no están garantizados de una vez y para siempre. Lo que se puede conquistar en determinados momentos, en momentos de crisis son arrebatados. Por tanto, para que eso no suceda, depende en gran medida de que los defendamos en las calles. Ante el ataque a nuestros derechos en Texas, nuestras compañeras de Left Voice han expresado que es necesario un potente movimiento de mujeres que defienda este derecho.

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México: el aborto en encrucijada

En México también existen avances y retrocesos en los derechos sexuales y reproductivos. Las recientes despenalizaciones en Hidalgo y Veracruz, sumado a los fallos de la SCJN, intentan ser mostrados como una concesión dada desde arriba e intentan quitar del centro la importancia que ha tenido el movimiento de mujeres a nivel internacional y en el país.

El hecho de que exista un precedente para que las mujeres puedan ampararse en caso de que se practiquen un aborto, debido al fallo de la Suprema Corte de Justicia Nacional (SCJN), es un avance y puede ser un punto fuerte sobre el cual el movimiento de mujeres se posicione y continúe avanzando; sin embargo, no hay que perder de vista que el gobierno puede, a partir de presentar dicha despenalización como una concesión de su parte, intentar contener el movimiento de mujeres. De ahí la importancia de recalcar que lo conquistado es producto de la presión que el mismo movimiento ha ejercido.

A esto se suman otras medidas, como las recientes aprobaciones del matrimonio igualitario en Yucatán, Sinaloa y Querétaro, dando un resultado de 24 entidades que permiten el matrimonio entre personas del mismo sexo. Junto con ello, ha habido saludos por parte de figuras del Morena a dichas aprobaciones, como es el caso de Citlali Hernández. Esta medida, también avanza con contradicciones, porque más allá de que es una exigencia que ha estado presente en el movimiento LGBT+ en México, siguen existiendo trabas para la adopción y otras medidas que impliquen la garantía de plenos derechos para la comunidad LGBT+; a lo que se suma el aumento de la violencia y crímenes de odio que, incluso, son perpetuados por la propia policía, como el caso de José Eduardo Ravelo.

Ante esta situación, la derecha ha iniciado una ofensiva antiderechos, entre la que destaca las terribles declaraciones del Sacerdote de Coahuila que llamó a matar a las mujeres que abortan, dejando en claro que no les interesa “salvar las dos vidas”, sino restringir que las mujeres podamos decidir sobre nuestros cuerpos. Estas declaraciones son sólo la punta del ice berg de toda la política que la iglesia lleva adelante junto a grupos conservadores y partidos de la derecha reaccionaria, en contra de nuestros derechos.

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Por otro lado, destaca el fallo de la SCJN con el que mandata al congreso a “regular la objeción de conciencia”, algo que, aunque han intentado posicionarlo como un elemento progresivo, en realidad deja una vacío para que las instituciones de salud se deslinden de la responsabilidad de practicar abortos; sobre todo en el marco del fallo que declara inconstitucional la penalización de las interrupciones de embarazo.

A esto se suman las paupérrimas condiciones de los derechos sexuales y reproductivos, que se vieron aún más golpeados por la pandemia, donde más de un millón de mujeres se quedaron sin acceso a anticonceptivos gratuitos en el primer año de pandemia, producto de su desabastecimiento además del desborde del sistema de salud provocado por la crisis sanitaria y años de desmantelamiento a la salud pública. El Consejo Nacional de Población alertó que esta situación provocó que los embarazos no planeados aumentaran 12 %, siendo Coahuila, Chiapas, Guerrero y Zacatecas las entidades con mayores tasas de fecundidad.

Esto afectó de forma particular a las niñas y adolescentes, ya que en este sector el aumento fue de un 30 % y se estima que habrá –al menos– 28 mil nacimientos de madres de entre 14 y 17 años, una cifra completamente escandalosa, considerando que México ya tenía una de las cifras más altas de embarazo adolescente.

Por un movimiento de mujeres independiente

Diversos analistas apuntan que el Morena disminuyó su electorado entre las mujeres y la juventud; en torno a las mujeres, encuestas previas a las elecciones, señalaban que el 62 % de los encuestados no estaba de acuerdo en la respuesta del gobierno al movimiento de mujeres y el 68 % considera que la violencia hacia las mujeres ha aumentado en este sexenio. Ante la baja elección en el sector femenino que el Morena obtuvo este año, es claro que el gobierno –a través de estas medidas, limitadas y parciales– intenta hacerse nuevamente de una base social.

Y esto no pasa solamente por las medidas del gobierno, sino como una política activa por parte del Morena, sobre todo en sus figuras femeninas, que hacen llamados abiertamente a que el movimiento de mujeres “colabore”; es decir, que se subordine a la 4T. Por ejemplo, con el llamado que Sheinbaum hizo a los sectores afines del movimiento de mujeres, luego de las movilizaciones de la diamantina, también las citas que Olga Sánchez Cordero con familiares de víctimas resultan en una dinámica para que las mujeres busquen, únicamente, soluciones por la vía institucional, relegitimando las instituciones.

Sin embargo, a la par de esta situación, hay sectores del movimiento de mujeres, así como de otros sectores en lucha que, desde que inició el sexenio, han venido haciendo una experiencia con el propio gobierno, comprobando que no es un gobierno que atienda realmente las necesidades de las grandes mayorías, más allá de su discurso. Basta con ver la huelga del SUTNotimex que, a más de 560 días de huelga, el gobierno ha mostrado que no tiene intenciones de resolver el conflicto, incluso apoyando a Sanjuana Martínez.

También al magisterio, un gremio altamente femenino –que hoy ve cómo la política del gobierno federal y la SEP de imponer un regreso a clases sin condiciones seguras– ya comienza a tener contagios y muertes por Covid como consecuencia; pues, pese a que la SS ha intentado minimizar la situación, entre el 18 de agosto y el 3 de septiembre –periodo que abarca la última semana de vacaciones y la primera de clases– se registraron 11 mil 923 contagios de Covid-19 entre niños y adolescentes de cinco a catorce años. En el mismo lapso, 326 fueron hospitalizados por complicaciones producto del mortal virus y 27 fallecieron.

Por otro lado, el sector salud, que denunció las pésimas condiciones en que los mantienen antes y más profundamente con la pandemia; pero que hoy, luego de haber enfrentado en primera línea la pandemia, ven cómo de ser “héroes” son despedidos.

El propio movimiento de mujeres ha comprobado –sobre la base de la represión y los muy parciales avances en términos de derechos, a lo que se suma la continuidad de la política de militarización– que no sólo se ha exacerbado la violencia en su contra, sino que, con la Guardia Nacional a la cabeza, reprimen, detienen y deportan a nuestras hermanas migrantes; las mujeres conforman poco menos del 50 % de las personas migrantes y, aunque no hay registros exactos, se estima que entre el 24 % y el 80 % de las mujeres en condición de migración viven algún tipo de violencia sexual. Queda claro que este gobierno no va a resolver sus demandas más profundas.

Por otro lado, la violencia continúa en aumento, el año pasado cerró con 969 feminicidios registrados, sumado a los 2 mil 783 asesinatos a mujeres clasificados como homicidios dolosos, muchos de los cuales no son juzgados como feminicidios de forma deliberada por la justicia patriarcal.

Con esto queda claro que, ningún gobierno, ni siquiera aquellos que se presentan como “progresistas” nos han regalado nada, sino que todo lo conquistado hasta ahora ha sido con la lucha. Desde Pan y Rosas creemos que, la fuerza que tienen estos conflictos y la unidad de los mismos, son el camino para defender y conquistar nuestros derechos; consideremos que el movimiento de mujeres, y el potencial que tiene, tendría que apuntar en tejer alianzas con estos sectores en lucha y otros sectores de la clase trabajadora, que se ven afectados por la pandemia, no sólo para arrancar nuestro derecho al aborto legal, seguro, libre y gratuito, sino para avanzar en la conquista de todos nuestros derechos, y que estos sean pasos importantes para cuestionar la raíz de la opresión y la explotación que vivimos.

Pese a esto, absurdamente haya sectores del feminismo que abonan a que el propio movimiento no apunte a una salida radical ante la situación que vivimos. Dichos sectores por acción u omisión niegan que las medidas recientes son muy limitadas; incluso, a la par de ello, alientan la confianza en las instituciones del Estado, aun pese a que son las mismas que en estos años no han cesado de atacar nuestros derechos. Escudándose en que hay que “enfrentar a la derecha” terminan cediendo al gobierno.

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Es evidente que debemos enfrentar a la derecha, pero eso no puede ser a costa de que nuestros derechos se vuelvan una moneda de cambio para apoyar a tal o cual sector. La única forma de realmente enfrentar a la derecha e incluso a los gobiernos “progresistas” que nieguen nuestros derechos será con la organización y movilización combativa e independiente. Esto, aunque el propio AMLO ha decidido no posicionarse en torno al aborto, diciendo que él no puede “tomar partido”, mientras que mantiene alianzas firmes con sectores de la iglesia, y el propio papa Francisco ha mandado mensajes al presidente pidiendo que “no legalice el aborto”.

De forma concreta, grupos que se reclaman de la izquierda socialista, en sus posicionamientos ante la situación actual, no dicen nada en torno a la necesidad de que el aborto sea legalizado a partir de la lucha e, incluso, se limitan a llamar a que se “legisle” acorde a la sentencia de la SCJN [1]. Resultando que dichos grupos socialistas ante cada movimiento “progresista” del gobierno, se acercan a éste de forma acrítica, abandonando la crítica al gobierno y en torno a los límites que tienen dichas medidas, sobre todo para las mujeres trabajadoras y pobres.

Por ello, es importante alertar de esta maniobra del gobierno y destacar que es vital preservar la independencia política y organizativa. Sólo confiando en nuestras propias fuerzas como movimiento de mujeres, en alianza con la clase trabajadora, es que podremos lograr arrancar nuestros derechos de forma plena y no las migajas que quieren ofrecernos. De ahí que, de cara a este 28 de septiembre, es clave que el movimiento de mujeres refrende su carácter independiente al Estado, sus instituciones y sus partidos.

Clara Zetkin en torno a la emancipación femenina menciona lo siguiente: “La lucha de emancipación de la mujer proletaria no puede ser una lucha similar a la que desarrolla la mujer burguesía contra el hombre de su clase; por el contrario, la suya es una lucha que va unida a la del hombre de su clase contra la clase de los capitalistas.” [2]

Hasta que sea ley

La Marea Verde en Argentina demostró que el derecho al aborto no fue regalo de ningún gobierno, esta conquista se dio gracias a la enorme lucha de las mujeres que desde antes de la dictadura en aquel país impulsaban esta demanda, y que más recientemente, a partir de la campaña nacional por el derecho al aborto, insistieron e impusieron esta agenda al gobierno y el congreso para que se aprobara nuestro derecho. Esta lucha, nos deja una enorme lección para las mujeres en todo el mundo, y ese espíritu es el que creemos debe ser retomado en México.

No queremos solo la despenalización, no basta con que no nos encarcelen, queremos que ninguna mujer o persona gestante tenga que elegir entre la cárcel o la muerte. El aborto es una realidad, existe, y mientras las ricas abortan en clínicas privadas o en el extranjero, las trabajadoras y pobres mueren por abortos clandestinos. Por ello, es necesario dejar en claro que lo que queremos es el aborto legal, seguro, libre y gratuito en todo el país, y para que eso sea real, debe estar garantizado en todos los hospitales y clínicas del país, por lo que esta lucha también es para conquistar mejores condiciones en el sector salud.

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Vinculado a esto, exigimos anticonceptivos gratuitos y de calidad, así como educación sexual integral, no sexista ni heteronormada. Para conquistar maternidades realmente libres y plenas, es necesario no solo que las mujeres tengan el derecho a decidir, sino que contemos con lo mínimo elemental para garantizar nuestra vida y la de nuestros hijes; empezando por un aumento salarial que garantice poder cubrir la canasta básica, es necesario que todas contemos con licencias de maternidad dignas, guarderías y cuartos de lactancia garantizados por el Estado y las patronales, de la mano de la implementación de comedores y lavanderías.

Estas conquistas pueden ser pasos firmes para, no solo pelear por nuestros derechos, sino también cuestionarlo todo, con una perspectiva, anticapitalista, socialista y revolucionaria.

Nos veremos en las calles este 28S. Para salir con fuerza y dejar en claro que no queremos ni presas ni muertas por abortar; y que no dejaremos las calles hasta que sea ley, y conquistemos todos y cada uno de nuestros derechos.

Notas:

[1] En particular la Coordinadora Socialista Revolucionaria, sostiene esta postura en su declaración Abortar ya no es delito

[2] Clara Zetkin.

Solo con la mujer proletaria triunfará el socialismo.