El pasado 22 de marzo un joven trabajador del área de la construcción sufrió un grave accidente en la ciudad de Arica debido a la falla de una de las herramientas. Si bien aún se está investigando la situación, la responsabilidad es de la empresa.
Jueves 5 de abril de 2018
Al igual que cientos de jóvenes trabajadores, Juan Tapia Castillo de 23 años trabajaba durante el día en una empresa de construcción, durante la noche como repartidor de pizzas y en los tiempos libres se dedicaba a la vida social, con su familia, polola y ejercicios.
Esto hasta el día 22 de marzo donde en la empresa constructora ubicada en calle Oscar Quina, manipulaba un tecle, -herramienta de una gran importancia dentro de trabajos de montajes, utilizado para levantar grandes pesos- cuando la plancha de 1.200 Kilos cayó sobre parte de su cuerpo causándole fracturas en las piernas y un severo traumatismo que finalmente lo llevó a ser internado en la UCI del Hospital Doctor Juan Noé en estado inconsiente. Sin embargo, al pasar unos días la situación empeoró, obligando un traslado de urgencia hasta el Hospital Clínico de la Mutual de Seguridad de Santiago, donde actualmente se encuentra en coma y con riesgo vital.
La situación se encuentra en investigación por parte de la Brigada de Homicidios de la PDI, desde donde se indaga que se debió a una negligencia de la empresa. A pesar que una gran cantidad de accidentes laborales se deben a la ‘negligencia de la empresa’, el real origen de esto es el sistema laboral precario y desigual al cual se empuja a la juventud, mujeres, diversidades sexuales y en síntesis a toda la clase trabajadora.
Con la llegada de la derecha a nivel nacional e internacional, se anuncian tiempos mejores, pero estos tiempos mejores no son para el ciudadano común y mucho menos para la juventud.
En medio de un avance del empresariado al alero del gobierno y altas cifras de despidos, aumenta el porcentaje de desempleo joven llegando a un 16,2 % en todo chile, siendo más del doble de la tasa de desempleo general en chile (6,7%). A esta cifra se suma la precarización de laboral de este grupo etario.
Según la estadística del INE un 38,2 % del empleo informal corresponde a jóvenes entre 15-24 años, siendo las mujeres las más afectadas llegando a un 40,7 %. De esta forma el sistema capitalista utiliza a la juventud para solventar sus necesidades de mano de obra barata, generando empleos informales, manteniendo así sueldos bajos e inestables y condiciones precarias
Son los empresarios los que se preparan para estos tiempos mejores, utilizando este sector de jóvenes desempleado como una suerte de“ejército de reserva”que actúa como presión y de forma amenazante sobre las y los jóvenes que logran con dificultad y sacrificio acceder a un empleo que por lo demás es precario, sosteniendo que si el joven no accede a soportar las condiciones que se le dan, hay cientos esperando una oportunidad de empleo, por ende el despido no es problema para el empresario.
Resultado de esta precarización, los accidentes laborales pasan casi desapercibidos, por lo cual es necesaria que sea la organización de las y los trabajadores la que ponga atajo a esta parte del enmarañado de injusticias. Porque “Nuestras Vidas Valen Más Que Sus Ganancias” pasa a ser una consigna que en otras palabras demanda la urgencia de seguridad laboral, de aumento de sueldos y de calidad de vida para la clase trabajadora por completo, a través de grandes impuestos a las grandes empresas y de la reducción de jornada laboral con aumento de sueldo mínimo. Porque son muchos ‘Juan Tapia’ que dentro de la juventud sostienen las ganancias de los grandes empresarios a quienes, en pos de acumular mucho mas, ponen en riesgo nuestras vidas.

Fer Morales
Antropóloga Social y poeta Slam