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Red Internacional
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EXTRACTIVISMO. El agua no se vende: protesta solidaria en Casa de Chubut contra la megaminería

Referentes locales de No a la Mina, organizaciones ambientalistas y la izquierda se movilizaron en apoyo a la jornada de paro y movilización en Chubut en rechazo a la ofensiva megaminera de Arcioni y Fernández.

Valeria Foglia @valeriafgl

Martes 24 de noviembre de 2020 10:15

Foto: Marcelo Scoppa

Pese al vallado, organizaciones socioambientales y partidos de izquierda concentraron en la calle Sarmiento frente a la Casa de Chubut en Buenos Aires para respaldar la jornada de paro y movilización que sucede en simultáneo en la provincia gobernada por Mariano Arcioni. Este martes se esperaba el ingreso de dos proyectos de ley: la zonificación minera impulsada por el Gobierno con aval de la Casa Rosada y la Iniciativa Popular surgida de la lucha contra la megaminería contaminante.

¡No es no! El agua no se vende” es uno de los cánticos que se sintieron en la convocatoria que reunió al colectivo No a la Mina, los partidos del FIT Unidad (PTS-PO-IS-MST), Marabunta, Nuevo MAS, Timón Verde, Conciencia Solidaria, entre otras, muchas de las cuales integran la Coordinadora Basta de Falsas Soluciones surgida contra la profundización de la política extractivista a nivel nacional.

“El mapuche es gente de la tierra, por ende tenemos que cuidar todo lo que es la Madre Tierra, donde encontramos la espiritualidad”. Lo dice Nélida Ancalipe, de la comunidad mapuche-tehuelche Nahuelpan, de Esquel, que participó de la concentración en Buenos Aires. En diálogo con La Izquierda Diario, denunció que “la extracción de minerales implica la destrucción del territorio, de la Miñche Mapu, es decir, de la tierra de abajo. Involucra el agua, que es la fuente de vida de todo ser vivo”.

Foto: Marcelo Scoppa
Foto: Marcelo Scoppa

Según Ancalipe, una evidencia de esto en la región la proporcionan el río Senguer y el lago Musters en la ciudad de Sarmiento, prácticamente secos. “Toda el agua ha sido desviada para la provincia de Santa Cruz, donde hace mucho tiempo vienen llevando la extracción de hidrocarburos”, agrega, al tiempo que denuncia cómo las empresas extractivistas han “comprado voluntades” de algunas comunidades de la meseta para empezar trabajos de exploración, para lo cual tuvieron que remover un enterratorio del pueblo mapuche-tehuelche. “Lleva más de mil doscientos años de antigüedad, somos preexistentes”, sostuvo, y denunció además que a los intendentes de la zona no les interesa la voluntad popular.

Paula Carrizo es vecina autoconvocada de No a la Mina de Esquel y actualmente reside en Buenos Aires. "Elevamos un proyecto de Iniciativa Popular, un segundo intento, y el gobernador Mariano Arcioni quiere avanzar con un proyecto megaminero, que le viene muy bien en este contexto de crisis pandémica para justificar el desastre económico que viene de hace años". Carrizo desmiente que sea una salida para generar empleos: "No es sustentable en el tiempo, y lo que genera en la tierra es contaminación, agua con cianuro, y no queremos eso".

Foto: Marcelo Scoppa
Foto: Marcelo Scoppa

Todos extractivistas

La lucha contra la megaminería en Chubut lleva diecisiete años. En 2003 la movilización popular arrancó la ley 5001 que prohíbe la minería metalífera a cielo abierto y el uso de cianuro. Este nuevo capítulo, también enmarcado en enormes movilizaciones en varias localidades, enfrenta a la población chubutense y a sus asambleas de comunidades con el Plan Estratégico Minero impulsado por el Gobierno de Alberto Fernández, que dio luz verde a Mariano Arcioni, otrora “enemigo” de la megaminería, para esta nueva ofensiva al servicio de las multinacionales. A un año de la derrota del Gobierno gracias a la movilización popular en Mendoza en defensa del agua, el Frente de Todos no escarmienta.

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La agenda “ambiental” del Gobierno nacional, generalmente protagonizada por el ministro Juan Cabandié y el diputado Leonardo Grosso, encuentra el límite de la realidad toda vez que se impulsan iniciativas inofensivas en el Congreso, mientras en los despachos se “cocina” una profundización cada vez mayor de la entrega y el saqueo de los bienes comunes y recursos naturales a nivel nacional, habilitando al país como una gran "zona de sacrificio" para especuladores de la deuda y grandes corporaciones multinacionales.

Desde fines de agosto se producen movilizaciones contra el extractivismo, algunas de alcance nacional, tras las cuales surgió la Coordinadora Basta de Falsas Soluciones, una confluencia de sectores inédita hasta el momento y que sigue ampliándose. No hay "greenwashing" posible cuando el extractivismo es política de Estado.