Continuamos con el especial a 50 años del movimiento estudiantil. Tras la creciente bronca entre los estudiantes y el gobierno, el presidente Díaz Ordaz ordena la salida del ejército para reprimir al movimiento que estaba gestándose. El 30 de julio de 1968, los estudiantes se atrincheraron en la Preparatoria N°1 ubicada en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, cuya puerta labrada del siglo XVIII fue derribada con un tiro de bazuca.
Óscar Fernández @OscarFdz94
Domingo 29 de julio de 2018 12:04
El 27 de julio comienza con la ocupación del Comité Central del estalinista Partido Comunista Mexicano y su órgano de prensa por parte de la Dirección Federal de Seguridad y demás organismos policíacos. Se suman al paro la Escuela Wilfrido Massieu, la Escuela de Agricultura de Chapingo y la Escuela Superior de Ciencias Físico-Matemáticas. El gobierno lanza el que será su pretexto durante la duración del movimiento: éste no es el sentir de la sociedad mexicana sino que responde a una conjura internacional desde Moscú, Pekín y La Habana. Claramente, Díaz Ordaz y el PRI vivían en una torre de marfil donde los mexicanos estaban contentos con el régimen. En la Vocacional 5 se constituye el Comité Coordinador de Huelga del IPN y se acuerda:
1) Lanzarse a la huelga general y no suspenderla hasta que sean resueltas las demandas de desaparición del Cuerpo de Granaderos y la renuncia del jefe y subjefe de la Policía Preventiva del DF, generales Luis Cueto y Raúl Mendiolea, respectivamente.
2) Desconocer a la FNET como órgano representativo de los estudiantes Politécnicos.
3) Formar comités de Lucha en todas las escuelas técnicas.
4) Designar comisiones para discutir con estudiantes universitarios, normalistas y chapingueros la integración de un frente estudiantil.
En las inmediaciones del barrio universitario en el Centro Histórico, los estudiantes hacen barricadas y por la tarde convocan a una asamblea en la Prepa 1 exigiendo la liberación de los detenidos en días anteriores. Hacia las 9 de la noche, la policía carga contra ellos. Al día siguiente, la policía retira las barricadas y los estudiantes se atrincheran en las escuelas. Se reúnen en la UNAM los comités de ésta, del Politécnico, de Chapingo y de la Normal Superior de Maestros. Resuelven ir a la huelga hasta que se resuelvan las demandas planteadas:
1) Desaparición de la FNET, de la "porra" universitaria y del MURO (Movimiento Universitario de Renovadora Orientación, grupo de choque juvenil de ultraderecha ligado al Yunque, ala fascistoide dentro del Partido Acción Nacional).
2) Expulsión de los estudiantes miembros de las citadas agrupaciones y del PRI.
3) Indemnización por parte del gobierno a los estudiantes heridos y a los familiares de los que resultaron muertos.
4) Libertad a todos los estudiantes detenidos.
5) Desaparición del Cuerpo de Granaderos y demás policías represivas.
6) Derogación del artículo 145 del Código Penal, que sanciona los delitos de "disolución social".
El 29 de julio, estudiantes de Villahermosa, Tabasco, celebran una manifestación en apoyo a los estudiantes capitalinos. La policía disuelve el acto utilizando gases lacrimógenos. En Tlatelolco, estudiantes de la Vocacional 7 bloquean las principales avenidas de la unidad habitacional (San Juan de Letrán, hoy Eje Central, Calzada de Nonoalco, Insurgentes, Reforma y Manuel González). Lo mismo sucede en las inmediaciones de la Ciudadela, donde el Reloj Chino (obsequio del gobierno chino a Porfirio Díaz como motivo del centenario), situado atrás de la Secretaría de Gobernación, termina bloqueado con 10 autobuses.
Se realiza una asamblea en Ciudad Universitaria, en la que participan representantes del Politécnico y Chapingo. Por la tarde, estudiantes llegan al Zócalo y son dispersos por los granaderos, por lo que regresan a sus planteles a refugiarse. En la noche, un enorme contingente policíaco entra a la zona controlada por los estudiantes y reparte gases y macanazos, los estudiantes responden con piedras y bombas molotov y queman los autobuses que les sirven de barricadas. Al amanecer, los estudiantes siguen atrincherados en la Preparatoria 1 de San Ildefonso, por lo que el presidente ordena desalojarlos. Avanza un enorme contingente militar desde el Campo Militar N°1 hacia el Centro Histórico.
La solidaridad entre los estudiantes y los vecinos era fuerte, y éstos les alertan a los muchachos que los soldados vienen por ellos. Los estudiantes atrancan las entradas al inmueble y escapan por los techos y azoteas de las casas aledañas del barrio universitario. El ejército llega y lanza un ultimátum. Al no obtener respuesta, derriban con un tiro de bazuca la puerta labrada del siglo XVIII y fuerzan su entrada al edificio, encontrando los mesa-bancos amontonados en la entrada y algunos volantes en el suelo. Sobrevivientes contarán alrededor de ocho muertos, todos estudiantes, que se defendieron con “cuadernos, borradores y gises” en esa refriega.
Paralelamente, otros contingentes militares avanzan a la Vocacional 5, donde los estudiantes exigen diálogo, pero les dan cinco minutos para abandonar la escuela. En la Vocacional 7, los estudiantes atrancan y encadenan puertas y se atrincheran en el colegio, pero al ver la cantidad de vehículos de infantería (tanquetas, sobre todo), corren a refugiarse en los edificios de la unidad habitacional. La solidaridad es inmediata y no es de sorprender: muchos de los habitantes de Tlatelolco tenían orígenes humildes y sus hijos estudiaban en esa vocacional. Hacia la noche, los militares fabrican la historia de que los estudiantes en San Ildefonso, “aproximadamente 300 o 400 motineros”, recibieron a la tropa a balazos y que tenían en sus manos botes de ácido, gasolina, cócteles molotov, amoníaco y “propaganda comunista”.
El 31 de julio, el rector de la UNAM, Javier Barros Sierra, se manifestó contra las agresiones al estudiantado y las ocupaciones de las escuelas. Los militares se retiran de las preparatorias 4 y 5 y de la Voca 7, pero entran con saña a la Escuela Nacional de Arte Dramático del Instituto Nacional de Bellas Artes mientras se efectuaba una asamblea y detienen a 73 estudiantes que serán liberados en la noche gracias a la intervención del director del INBA. En conferencia de prensa, el Comité de Lucha del Politécnico pide que el director del Instituto, Guillermo Massieu, tome la postura de su homólogo de la UNAM y desconocen públicamente a la FNET como organización del movimiento estudiantil debido a las “múltiples traiciones” que los estudiantes habían sufrido. El control burocrático y corrupto de este organismo era visto por todos y el movimiento comenzaba a salirse del control del gobierno. El Comité Politécnico aclara que tiene apoyo de la UNAM, la Normal Superior, la Normal de Maestros, las normales rurales y las escuelas agrarias y convocan a una marcha para el día siguiente. La solidaridad en el movimiento
Óscar Fernández
Politólogo - Universidad Iberoamericana