Los estudiantes de la universidad de Chile en su extensa movilización vieron aceptada la respuesta que su rector, Ennio Vivaldi (militante del PS), les entregó frente a su último petitorio. Las autoridades al hacer que se aceptara dicha respuesta pusieron como exigencia el que se bajase la simbólica toma de la casa central de la casa de estudios. A pesar del llamado a radicalizar la movilización y votar paro nacional indefinido, quienes dirigen hoy la federación se encontraron absolutamente a favor de bajar uno de los principales símbolos de la lucha universitaria.
Jueves 25 de junio de 2015
Una posición para bajar la movilización: Quien opina que y cómo funciona la FECh
El pleno de federación comenzó dando cuenta de la discusión de cada uno de las facultades respecto a la respuesta de rectoría frente al petitorio de los estudiantes. En primera instancia fue votada la aprobación de esta respuesta. Sin embargo, la aprobación no estuvo exenta de polémica puesto que mientras el rector exigía en su respuesta que la toma de la casa central de la universidad fuese bajada, muchos de los espacios decidieron que debía mantenerse la toma a pesar de haberse abstenido o haber aceptado la respuesta de las autoridades.
De esta manera se sometió a una segunda votación en el pleno de federación donde se vería si se aprobaba la síntesis realizada por la mesa de federación, la cual incluía algunos pisos mínimos básicos para negociar con rectoría y la aceptación de la misma bajada de la casa central cuando rectoría diese visto bueno a estos pisos. La votación de los centros de estudiantes quedo en un empate donde la mitad aprobó la síntesis y la otra mitad la rechazo, esto termino de dirimirse en las votaciones que realizaron los concejeros y la mesa de federación lo que se tradujo en la aprobación del documento. El tema polémico acá es que si consideramos que los únicos que tienen una posición representativa de las discusiones de sus asambleas son los centros de estudiantes y que, tanto la mesa como los concejeros representan posiciones políticas propias y no la de las bases, sucede que existe un caso donde no se está representando realmente a los estudiantes de la universidad. Una democracia representativa que resulta ser una farsa.
Dentro del pleno de federación se mostró un bloque antimovilización quienes esgrimían argumentos como la necesidad de confiar en el rector, de tener ganadas concretas antes de perderlo absolutamente todo. Parece una contradicción brutal que a menos de una semana del llamado del CONFECH a radicalizar la movilización, los mismos quienes integran ese organismo bajen las movilizaciones en vez de potenciarlas para levantar el proceso a nivel nacional. Dentro de este bloque se encontraba la Izquierda Autónoma (IA), el Frente de Estudiantes Libertarios (FEL), la Unión Nacional Estudiantil (UNE) y las Juventudes Comunistas (JJCC). Debe saberse que estas corrientes políticas ocuparon a su conveniencia métodos burocráticos para desmovilizar y dejar aislados a los estudiantes que se coordinan hoy en la casa central de la Universidad, cuestión que no solo ocurre dentro de esta casa de estudio sino también otras donde dirigen y tienen presencia.
Como una segunda posición, otras corrientes políticas se mostraron en contra de que se aprobase esta síntesis debido al carácter que ya hemos destacado y remarcando la necesidad de una movilización nacional. Dentro de este segundo bloque las votaciones por concejero (que son finalmente las votaciones que expresan la posición política de cada agrupación), fueron algunas como la Agrupación Combativa y Revolucionaria (ACR), Izquierda Comunista (IC) y una parte del Vamos Construyendo (VC). Mientras que otra parte de esta última se abstenía junto con agrupaciones como Acción Libertaria (AL).
La necesidad de organizarse y mantener la movilización desde las bases.
Es claro para los estudiantes de la Universidad de Chile que las respuestas que entregó Ennio Vivaldi no hacen más que mantener la crisis estructural que lleva arrastrando la universidad hace un tiempo ya. Problemas tan acuciantes como el déficit presupuestario de 1780 millones de pesos en beneficios estudiantiles o el autoritarismo universitario de algunos decanos no haya solución alguna tras este ofrecimiento. Si los estudiantes no radicalizan su movilización e imponen sus tiempos a las autoridades, sus problemas simplemente se verán parchados o pateados a algún futuro donde sigan haciendo crisis pero bajo la responsabilidad de otra autoridad.
Pero aún hay caminos para que la movilización se fortalezca. A pesar de que institucionalmente se ha dicho que la toma de casa central tiene una fecha de expiración tras la negociación del rector, por otro lado, desde la asamblea de los estudiantes que se encuentran movilizados y participado activamente en la toma, se ha adherido al llamado de recaracterizar las movilizaciones y la toma misma para darle un cause hacia lo nacional, llamado que también realiza la facultad de Derecho. En la misma vía los estudiantes debemos entender que debemos seguir unidos para conquistar nuestras demandas locales, pues es esta unidad la que nos dará la fuerza para doblarle la mano a las autoridades. La expresión de nuestra fuerza hoy se encuentra cristalizada en la casa central y es por lo mismo que debemos poder discutirlo en nuestras asambleas de base para que seamos nosotros quienes decidamos el futuro de nuestras movilizaciones y no las corrientes políticas que vienen conteniendo las movilizaciones desde los albores del movimiento estudiantil.