Según un estudio publicado el pasado jueves a cargo del glaciólogo Ian Howat, las nevadas ya no son suficientes para reponer la nieve y el hielo en la isla.
Lunes 17 de agosto de 2020
Mientras mandatarios de ultraderecha como Trump y Bolsonaro siguen negando la existencia del cambio climático y del calentamiento global, contra la opinión y el estudio de la inmensa mayoría de la comunidad científica que alerta de las consecuencias de este fenómeno, el hielo en la isla de Groenlandia ha llegado a un punto de no retorno.
Esto significa que la capa de hielo se ha reducido tanto que no será posible que se recupere, por lo que aún que el mundo redujera las emisiones que calientan el clima, los glaciares y el hielo en Groenlandia se ha atravesado la barrera del no retorno.
Un grupo de científicos a cargo del glaciólogo Ian Howart, estudiaron 234 glaciares en todo el territorio del Ártico durante 34 años, descubriendo que las nevadas anuales ya no son suficientes para reponer el hielo que se pierden por el derretimiento en verano cada año.
Este derretimiento está causando que los mares del mundo se eleven alrededor de un milímetro por año. Los científicos prevén que, si todo el hielo de Groenlandia desaparece, el agua liberada podría elevar el nivel del mar hasta 6 metros, suficiente para inundar muchas ciudades costeras del mundo. Además de alterar el conjunto de los ecosistemas terrestres y marítimos.
El estudio, publicado en la revista Nature Communications Earth & Environment, de la Universidad Estatal de Ohio, reporta que el Ártico se está calentando dos veces más rápido que el resto del mundo, por lo que el hielo marino polar ha alcanzado su menor extensión en 40 años.
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Todo sea por la ganancia capitalista
Para los empresarios y sus gobiernos, el deshielo del Ártico representa nuevas posibilidades de hacer grandes negocios, dadas las rutas de tráfico marítimo que se abren, así como la posibilidad de extraer combustibles fósiles y otros recursos naturales que se esconden bajo densas capas de hielo.
Es decir, para los capitalistas no importa la destrucción del medio ambiente, ni el altísimo costo social que esto está significando (con miles de desplazados climáticos, huracanes cada vez más fuertes o sequías y escasez de recursos), lo único que interesa es poder seguir haciendo grandes fortunas en el marco de una profunda crisis que ha golpeado al conjunto de la economía global.
Por otro lado, Groenlandia resulta estratégicamente importante para Estados Unidos, en su disputa global por la hegemonía y dado su debacle como potencia imperialista dominante, resulta clave el colocar un sistema de alerta temprana de misiles balísticos en esta isla del Ártico.
Toda una expresión de la barbarie de devastación climática y disputa económica entre potencias a la que nos lleva el capitalismo, una expresión que nos recuerda que este es un sistema que merece ser superado y que no hay tiempo que perder para organizarse con este objetivo.