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Red Internacional
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Editorial. El capataz de la pobreza

Contrario al relato del Gobernador de Jujuy, su tibio desarrollismo basado en fuerte endeudamiento del Estado, se escurre en una gestión de la pobreza de amplias mayorías. La unidad de ocupados y desocupados, una tarea urgente para pelear en los sindicatos y organizaciones sociales en defensa de las condiciones de vida.

Gastón Remy

Gastón Remy Economista, docente en la Facultad de Cs. Económicas de la UNJu. Diputado provincial del PTS - FITU en Jujuy, Argentina.

Miércoles 29 de junio de 2022 18:48

En su frenética carrera presidencial el gobernador Morales no pierde oportunidad en hablar por fuera de la provincia de sus "logros" en la gestión económica guiando las inversiones privadas e incluso con negocios propios desde el Estado.

En el menú oficial aparecen el negocio del litio, la energía solar, el canabis medicinal que acompañan a otras actividades tradicionales como la minería metalífera, el tabaco o la actividad de los ingenios azucareros.

Pero en realidad, el gobierno de Morales ha desplegado un tibio desarrollismo basado en la entrega de los recursos a las multinacionales, las ayudas del Estado a los empresarios más concentrados (ingenios con bioetanol, subsidios al transporte, fondo especial del tabaco para terratenientes, eliminación de impuestos al Ingenio La Esperanza, y sigue la lista…) y el endeudamiento público en dólares como sostén del negocio con la energía solar o la obra pública.

En paralelo a facilitar las ganancias de unos pocos, su gobierno gestiona la pobreza de las mayorías. Hay 77.442 adultos titulares que perciben la AUH, o sea, que viven bajo algún grado de informalidad laboral. Son parte de un universo más amplio de casi 120 mil personas registradas en la llamada “economía popular”, en su mayoría mujeres que realizan distintas actividades para sobrevivir. Representan el 40% de la población económica activa.

Morales prometió “pobreza cero” con Macri bailando el carnavalito en Humahuaca; pero desde que asumió la pobreza en la provincia creció un 45%.

El empleo privado registrado recién está recuperando los niveles pre pandemia y se mantiene prácticamente estacando desde hace 10 años. Con salarios 20% inferiores al promedio nacional, la provincia volvió a estar primera en el ranking de ocupados que buscan otro empleo (28,5%) porque no llegan a fin de mes.

El cambio de gobierno nacional no modificó la realidad de la provincia. Y Morales se agranda con el apoyo de altas autoridades nacionales, y recientemente a partir de los dichos de la vicepresidenta Cristina Fernández respecto a que el Estado monopolice la asistencia social dejando de lado la organización que este sector de la clase trabajadora se ha ido dando.

La semana pasada, muy suelto de cuerpo, fiel a su estilo de capataz, dio cátedra en cómo el desarticuló a gran parte de las organizaciones sociales para directamente conducir a esos trabajadores que perciben asistencia social del Estado nacional como es el programa “Potenciar Trabajo” en común con los intendentes, aprovechando la necesidad para transformarla en mano de obra barata en los municipios o para cuanto acto político se le ocurra.

Y esta no es solo la única fuente de pobreza que co-administra Morales junto a las autoridades locales y con ayuda de Nación, también bate record en fijar paritarias a la baja respecto a la inflación. Este año se repite el ajuste con un 19% hasta julio y un 18 % hasta septiembre inclusive. Cuando la inflación a mayo superó el 29%.

Se necesitaría un bono de 11.000 pesos para recuperar el salario perdido durante el primer semestre del año. Lejos de la oferta oficial.

Este planteo junto con el ajuste de salario, jubilaciones y planes sociales según la inflación mes a mes, el rechazo a los tarifazos en el transporte de colectivos, un mínimo de ingresos igual a la canasta familiar, se vuelve vital para poner en movimiento a miles que hoy la pasan mal y que podrían estar ganando las calles en defensa de sus condiciones de vida.

Un ejemplo son las trabajadoras de la salud vienen expresando su malestar en las calles por los bajos salarios. Sin embargo, las conducciones gremiales terminan aceptando la división que plantea el gobierno, yendo divididas a discutir en la paritaria actual, sin asambleas ni un plan de lucha unificado. Menos aún, buscando la coordinación con las organizaciones sociales que vienen enfrentando las políticas de hambre y la represión del régimen.

Con vistas a fortalecer estas demandas en los sindicatos, exigiendo un paro nacional y plan de lucha, es que desde la izquierda, alentamos la unidad de ocupados y desocupados como vienen haciendo alrededor de obreros rurales despedidos en Yuto, donde coordinan organizaciones sociales y la seccional Uatre de Ledesma; como también en la presentación de la lista bordó-9 de abril en vistas a recuperar el Cedems para las y los docentes. Mientras también damos pelea en la UNJu por la emergencia de un movimiento estudiantil solidario con la clase trabajadora y que levante en alto la crítica marxista a esta sociedad basada en la explotación y la opresión de una minoría sobre la inmensa mayoría.

Es esta perspectiva la que nos proponemos difundir con fuerza en las calles el próximo 9 de julio siendo parte de la convocatoria en todo el país que realiza el FITU junto a decenas de organizaciones para rechazar el ajuste en curso y la injerencia imperialista de los mandamases del FMI. Tu participación da más fuerza al desafío planteado para que no nos sigan gobernando los capataces.


Gastón Remy

Economista, docente en la Facultad de Cs. Económicas de la UNJu. Diputado provincial del PTS - FITU en Jujuy, Argentina.

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