Las señales económicas negativas se suman. Cae el crecimiento sectorial. Se anuncia un aumento del desempleo. Aumenta la percepción negativa de las empresas. El Gobierno se alinea con los empresarios reforzando el discurso de “bajar las expectativas”, mientras los empresarios directamente intensifican el chantaje pidiendo a la vez detener las reformas y recibir más subsidios estatales.
Nicolás Miranda Comité de Redacción
Viernes 5 de febrero de 2016
Todas señales negativas
El propio Gobierno en boca de su Ministro de Hacienda Rodrigo Valdés, admitió que la proyección del PIB para este año, no alcanzaría el 2,75% de crecimiento que acaba de proyectar. En pocos meses lo redujo a 2%. Algunos economistas halan incluso de 1%. Estudios de afuera mencionan la posibilidad de una recesión por dos años por la situación de China.
Por sectores económicos, las señales también son negativas. El índice de Producción Industrial cayó 0,3% en el año y 3,3% en el último mes del 2015. El Índice de Producción Manufacturera (IPMAN) cayó 2,8% en los últimos doce meses. La industria está empezando a sentir los efectos del declive de la minería. Cae el consumo interno de bienes durables. Comienza la caída de la Construcción. Cae por supuesto la Minería, con una contracción en doce meses de 4,6%, Otros sectores, como el Comercio Minorista, mantuvo cierto crecimiento.
Hay que agregar el Informe de Percepciones de Negocios del Banco Central, consultando a 200 empresas, que concluye que las empresas obtuvieron ganancias menores a las esperadas el 2015 y que estiman será igual el 2016.
El mismo informe rebate la tabla de salvación del Gobierno, la resistencia del empleo a caer. Registra que los empresarios señalan que habrá menor dinamismo, basado en los despidos que las propias empresas ya han realizado y estiman aumentarán.
Otros análisis estiman que el desempleo crecerá hasta el 7%.
El ánimo pesimista de las empresas lo explican, ellas mismas, por la caída del precio del cobre, y las dificultades para la industria del salmón. Agregan, por supuesto, su preocupación por las reformas.
La receta empresarial: chantajes, ataques, ajustes
El mismo Informe del Banco Central, transmite la receta de los empresarios. Una, frenar las reformas. La otra, retomar la ofensiva contra los trabajadores, señalando la exigencia del aumento de la polifuncionalidad, y proseguir con los despidos.
Sus editorialistas en su prensa, ametrallan cada día con los llamados a parar las reformas.
Sus expertos derechamente piden no avanzar más en la reforma educacional, que les resulta costosa. Un economista del BCI, el mismo banco que admitió recientemente financiamiento al UDI Lawrence Golborne por “defender los principios del libre mercado”, declaró que “mi percepción es que no se va a poder avanzar en el plan original de llegar a una gratuidad total … hacia adelante claramente se deberán moderar las expectativas, probablemente estableciendo lo que hoy se alcanzó en materia de gratuidad como un elemento permanente. Creo que no están los recursos y por lo tanto, hay que ser muy cautos y responsables con los gastos”.
Pero los costos que les preocupan son los que se puedan destinar eventualmente al pueblo trabajador. Porque demandan mayores transferencias desde el Estados a las empresas.
Sus parlamentarios, como el presidente DC Jorge Pizarro, piden avanzar más en las “alianzas público-privadas, para que emerjan nuevas industrias y políticas para fomentar la innovación y el emprendimiento”. Es decir, subsidios estatales, como los planes de inversiones públicas entregadas a los privados.
El Gobierno con su Ministro de Hacienda, refuerza el discurso y la política del ajuste y la baja de las expectativas, anunciando un menor gasto fiscal.
Los trabajadores, así como los estudiantes, deberán lograr la unidad necesaria para enfrentar el frente unido de los empresarios contra sus demandas, enfrentando el chantaje de los empresarios y el Gobierno.
