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Red Internacional
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Bahia Blanca. El clásico del domingo: la Policía y el poder político vuelven a manchar la pelota

Lo que debía ser una fiesta terminó en tragedia. De manera inexplicable, hinchas de Olimpo llegaron hasta el corazón del barrio Villa Mitre a causar destrozos mientras a pocas cuadras se jugaba un partido de fútbol. El saldo fue de un jóven asesinado en circunstancias poco claras.

Lunes 10 de febrero de 2020

Luego de meses de espera, de preparación y expectativa, mas 7000 personas colmaron el estadio del Club Villa Mitre para presenciar un espectáculo que hacía casi 14 años no se daba por la barriada: El clásico entre el local y Olimpo, quizá el evento futbolístico mas convocante de Bahía Blanca.

Pero lo ocurrido en el campo de juego y las tribunas pasó rápidamente a un segundo plano. Minutos antes de que arranque el encuentro, los teléfonos ya se llenaban de notificaciones: "Nos están destrozando la sede", "están rompiendo todo, esto es tierra de nadie", y alarmas similares llenaron de preocupación a los presentes, que poco entendían de qué era lo que estaba pasando.

Y lo que era preocupación y perplejidad en la cancha, a 10 cuadras era la realidad de una violencia pocas veces vista en un partido de estas caractarísticas en la ciudad. Casi de un centenar de hinchas de Olimpo, quienes no tenían permitido acceder al Estadio (el partido era sin público visitante) habían llegado hasta el centro de Villa Mitre causando destrozos en locales comerciales, autos y hasta la propia sede del club "tricolor", a solo 100 metros de la comisaría 4ta. Allí, en la sede, es donde supuestamente enfrentaron la resistencia de un grupo de hinchas rivales. Cabe aclarar que esto sucedió minutos antes del inicio del cotejo, por lo que la gran mayoría de los hinchas locales ya se encontraba en el estadio, estando la sede social vacía.

En este contexto es que aparece la policía, con los patrulleros a contramano, disparando balas de goma, reprimiendo y aportando a que la situación sea aún mas caótica, violenta y confusa. Luego de la represión y enfrentamientos, es que sobre la calle Maipú al 1500, a la vuelta de la sede, encuentran el cuerpo sin vida de Sergio Emanuel Castillo, un jóven de 28 años, trabajador de una estación de servicio, padre de un niño, y que había llegado al lugar con los hinchas "aurinegros". Al momento de la publicación de esta nota, las pericias no han arrojado aún información sobre la procedencia del disparo que perforó su cuello provocando una herida letal.

¿Cómo fue que se llegó a este desastre?

Es la pregunta que nadie deja de hacerse aún. Este tipo de eventos deportivos han sido declarados "de alto riesgo" por las autoridades políticas y policiales en mas de una ocasión. El operativo policial en las inmediaciones del estadio fue realmente impactante: Dos "anillos" vallas que empezaban cientos de metros antes de los accesos generando un verdadero "embudo" humano, una enorme cantidad de efectivos armados hasta los dientes que revisaban una por una a las personas que pretendían ingresar a las tribunas; patrulleros y un largo etcétera pintaban el cuadro.

Sin embargo, parece que entre tanta logística al servicio de controlar a familias laburantes que asistían a un partido de fútbol sin público visitante se les pasó preveer que desde algunos kilómetros de distancia venía avanzando una caravana con hinchas del equipo visitante, que no tenía permitido asistir al encuentro, pero que incluso ya habían anticipado vía redes sociales sus intenciones de ir igual hasta el barrio donde se disputaba el partido. Lejos de desviar la marcha cortando las calles de acceso a Villa Mitre, la policía reprimió salvajemente a los hinchas una vez iniciados los destrozos y enfrentamientos, poniendo en riesgo la de cientas de personas mas. En la mañana de hoy, en conferencia de prensa, el Jefe de Policía Departamental, Claudio Petrizán, declaró que"no sabíamos que iban a atacar la sede del club Villa Mitre". Insólito.

De responsables y encubridores

¿Hubo zona liberada? Todo parece indicar que sí ¿Se trata de un pase de facturas entre comisarias? No lo sabemos ¿Cuál es el rol de los funcionarios políticos? Fundamental, empezando por el Subsecretario de Seguridad de Bahía Blanca, Alvarez Porte. Muchas dudas empiezan a surgir inmediatamente, a la par que el hecho cobró trascendencia nacional, siendo noticia en los medios con mas llegada del país.

Quien no tardó en salir a defender el actuar policial responsabilizando a los clubes y pidiendo "duras sanciones" a los mismos fue el Secretario de Seguridad de la Provincia, Sergio Berni. Cuándo no. Parece que "rambo", quien saltó a la fama en el último gobierno de Cristina Kirchner por mostrarse en helicópteros coordinando salvajes represiones a obreros metalmecánicos, está mas preocupado por que no se cuestione a las fuerzas a su cargo que por averiguar qué fue lo que pasó. Cualquier similitud con Patricia Bullrich, quien "ponía las manos en el fuego" por la Gendarmería, no es mera coincidencia. Desde el gobierno Municipal, a cargo del macrismo, salieron a despegarse, de boca del Secretario de Gobierno, Adrian Jouglard, quién afirmó que es un tema del que tienen que hacerse cargo la policía bonaerense y el APREVIDE. El jefe de este último, Juan Manuel Lugones, se encuentra en la ciudad enviado por Berni y cerró filas con este último quitandole responsabilidad a la fuerza policial y poniéndola en los clubes y sus respectivos simpatizantes. Una vergüenza.

Mientras los principales medios locales y nacionales centran su atención en "los inadaptados de siempre", "los violentos" y en pedir mayor control policial y aún más privaciones para que la gente pueda asistir a espectáculos deportivos, específicamente partidos de fútbol, los responsables políticos se pasan la pelota: entre el gobierno municipal y el provincial, entre la Bonaerense y el subsecretario de seguridad Álvarez Porte, entre el intendente Gay y Berni.

Pocos cuestionan que en un sistema donde prima la desigualdad social, la pobreza y donde se privilegia las ganancias de empresarios por sobre la vida de les laburantes, les jóvenes y de los sectores más vulnerables, las fiestas populares como un clásico del fútbol, pueden terminar en tragedia, donde personas como Sergio Emanuel pagan con su vida las consecuencias de un entramado de corrupción, negociados entre políticos, policías y barras, al servicio de intereses completamente ajenos al de la gran mayoría trabajadora que sólo pretende disfrutar de un espectáculo. De nada sirve hacer blanco en un grupo particular de personas cuando hay responsabilidades políticas bien puntuales en evitar que este tipo de hechos de violencia sucedan.