Tras su triunfo en primera vuelta este domingo, el comediante Vladimir Zelensky enfrentará al actual presidente Petro Poroshenko en una segunda vuelta el 21 de abril. La corrupción, el sentimiento antiestablishment, las relaciones con Rusia y la crisis económica de fondo.
Juan Andrés Gallardo @juanagallardo1
Lunes 1ro de abril de 2019 11:46
Un comediante enfrenta a un empresario chocolatero por la presidencia de Ucrania. Parecería una mala serie de Netflix si no fuera porque es efectivamente una serie de la televisión ucraniana, que se convirtió en realidad este domingo en la primera vuelta de las elecciones presidenciales en ese país.
Vladimir Zelensky es un comediante de 41 años que además de haber conducido programas en los que cuestionaba la corrupción de la elite gobernante, viene de protagonizar una de las telenovelas del momento en la que justamente interpreta a un profesor de escuela que gana la presidencia de Ucrania tras vilarizarse en youtube un video con un encendido discurso anticorrupción filmado por sus alumnos.
El nombre de su programa de televisión Servidor del Pueblo, fue el que se convirtió a fines del año pasado en el mismo nombre de su partido político, cuando anunció su intención de presentarse como candidato presidencial.
Este domingo finalmente cumplió con los pronósticos y quedó primero frente al actual presidente del país, Petro Poroshenko, con el que disputará segunda vuelta el 21 de abril.
Como ya indicaban los sondeos, Zelensky ganó cómodo los comicios del domingo con cerca del 30% de los votos, sacando al menos más de 10 puntos a Poroshenko, que, en los conteos provisorios alcanzaba un 16,96 % de los sufragios.
La gran derrotada de la jornada fue, sin lugar a dudas, la exprimera ministra Yulia Timoshenko, que sumó un 13,87 % y denunció un fraude, que podría retrasar el conteo final de los votos.
La figura de Zelensky concentró, detrás de un programa político bastante escueto y poco claro, la polarización con el desgastado gobierno de Poroshenko que apenas cuenta con una aprobación del 9 %. Poroshenko, que llegó al gobierno tras las movilizaciones que cinco años atrás terminaron con el gobierno prorruso de Víktor Yanukóvich, conocidas como EuroMaidan, había triunfado con un discurso de transparencia y proeuropeo para "acabar" con las ataduras al gobierno de Putin. Sin embargo, este empresario chocolatero que forma parte de la oligarquía local, se vio involucrado en decenas de escándalos de corrupción, no pudo resolver el conflicto con Rusia (que se mantiene en estado de guerra latente y que se anexionó la península de Crimea), al mismo tiempo que los ucranianos veían como su nivel de vida se deterioraba por la degradación de todos los indicadores económicos.
Ante este escenario, Poroshenko hizo su campaña acusando a Zelensky de tener lazos con empresarios rusos y apelando una vez más al nacionalismo bajo el lema "Ejército, idioma, iglesia". Sin embargo, leyó mal el ánimo político porque gran parte de los ucranianos ya no quería votar entre Rusia o Europa, sino a favor o en contra del propio Poroshenko. Sobre ese ánimo surfeó Zelensky para obtener el resultado de este domingo.
El comediante, que desde el principio se ubicó como un outsider de la política (similar a Donald Trump o Beppe Grillo), centró su discurso en la anticorrupción y contra la vieja oligarquía, en mantener una mesa de diálogo con el Kremlin y también las relaciones con Europa. Un discurso suficientemente ecléctico como los personajes a los que dijo admirar: Bolsonaro, Macron y Reagan, entre otros.
Con esta plataforma, Zelensky ganó por amplio margen entre los jóvenes (que a contramano de lo que anunciaban los sondeos previos sí salieron a votar en forma masiva), pero también hizo valer su popularidad en las zonas rusoparlantes. Habiendo nacido en una localidad de habla rusa, Zelensky arrasó en el este y el sur del país, de mayoría rusoparlante, y solo perdió ante Poroshenko en el oeste más nacionalista.
De cara a la segunda vuelta ya empezaron los movimientos y las especulaciones. Ante la derrota del candidato abiertamente prorruso que solo obtuvo 10 % de los votos el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, salió a hacer una primera declaración que se entiende como un espaldarazo a Zelensky. Peskov afirmó que todavía es prematuro comentar los resultados de las elecciones, pero que no le gustaría ver al "partido de la guerra" al frente del país vecino, en referencia al actual presidente, Petró Poroshenko.
Otras especulaciones señalan que Timoshenko podría llamar a apoyar a Zelensky. Sin embargo el comediante se separó rapidamente de esa versión y negó rotundamente en declaraciones a la televisión que se plantee pactar con la ex primera ministra: "No pactamos con la vieja guardia", declaró.
Por ahora, lo cierto es que Zelensky supo canalizar hacia su candidatura el hartazgo con la corrupción generalizada, un estado de guerra no resuelta y una situación económica que multiplicó por 16 la inflación y aumentó en 300 % la devaluación de la moneda. La sensación de que las demandas de las movilizaciones de la EuroMaidan no se cumplieron en absoluto, sumado a la degradación de las condiciones de vida de los ucranianos han abierto la puerta para que una idea salida de una comedia televisiva se pueda convertir en realidad. Habrá que esperar al 21 de abril para ver el capítulo final.
Juan Andrés Gallardo
Editor de la sección internacional de La Izquierda Diario