El proyecto de ley con media sanción de Diputados ingresó este martes a la Cámara de Senadores. Este jueves habrá una reunión formal con la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto e integrantes de todos los bloques.
Jueves 21 de junio de 2018
El día lunes se produjo un primer encuentro entre el senador Miguel Angel Pichetto, jefe del bloque del PJ, referentes de la cultura, representantes de Fundación Huésped y de Amnistía Internacional. De la reunión no pudo participar el senador Luis Naidenoff, jefe del interbloque Cambiemos, por el episodio en el que fallecieron su esposa y uno de sus hijos.
Pichetto manifestó su intención de no demorar tiempo en el debate, ya que los casi dos meses de audiencias que precedieron a la votación en Diputados, habían cumplido el objetivo de difundir posiciones y argumentos.
Sin embargo, como ocurrió en Diputados, la Cámara de Senadores también está dividida. Entre los que se oponen férreamente a que este derecho elemental se transforme en ley está Gabriela Michetti, que preside la Cámara Alta.
De acuerdo a trascendidos, la vicepresidenta tendría la intención de sumar a las comisiones encargadas de llevar adelante el debate la de Presupuesto, presidida por Esteban Bullrich.
Hasta el momento las comisiones designadas son la de Salud, presidida por el radical Mario Fiad, y la de Asuntos Penales, que conduce Pedro Guastavino.
Otra integrante de la cámara que se opone a que el aborto deje de ser clandestino, la senadora Inés Brizuela y Doria (UCR-Cambiemos) declaró que no aceptarán un debate “exprés” ya que "Los senadores queremos nuestros propios debates". Y agregó que: “la iniciativa aprobada es muy mala, tiene contradicciones y muchos aspectos que realmente son inaceptables".
Los rumores que supieron inundar la Cámara Baja llegaron a Senadores. Al parecer una de las estrategias que están analizando los legisladores que se oponen a la ley sería intentar que la práctica médica fuera despenalizada en lugar de legalizarla.
Aunque suene a un trabalenguas, lo concreto es que con este cambio, ni hospitales públicos ni obras sociales podrían realizar la prestación médica, y entonces de realizarse de manera privada quedaría a criterio de la justicia si las pacientes y el cuerpo médico deben enfrentar cargos, que ya no se penarían con la cárcel.
Sin contar que uno de los pilares del proyecto es la gratuidad, de avanzar esta estrategia el Estado seguiría negando a las personas de sectores más vulnerables la posibilidad de acceder de manera segura a esta práctica médica.
Por ahora el llamado “porteo” de votos daría una leve ventaja a favor pero esto recién empieza.
La iglesia no quiso perder tiempo y ya empezó a mover sus fichas, como quedó demostrado con las declaraciones que hizo el Papa al comparar a las mujeres que apoyan la legalización del aborto con el nazismo.
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Si algo permitió el debate en Diputados es dejar en evidencia que la constante presencia en las calles y la gran movilización del movimiento de mujeres logró inclinar la balanza. La lucha continúa hasta que definitivamente este derecho sea ley.