La crisis de la selección y de la dirección técnica de Sampaoli abrió polémica. Un trabajador de MadyGraf escribe sobre goles, empresas y trabajadores.
Lunes 25 de junio de 2018
En una nota publicada el pasado 21 de junio en el portal de noticias Infobae, el periodista deportivo Gustavo López intenta realizar una crítica a los jugadores de la Selección Argentina ante las versiones sobre que habrían tomado el mando del equipo desplazando del mismo al DT Jorge Sampaoli. Dicho artículo es titulado con una fallida analogía entre la selección y una fábrica: "Cuando en una fábrica mandan los empleados, seguramente termina en la quiebra".
De esta manera, aquel intento de crónica deportiva termina adquiriendo forma de propaganda anti obrera que pretende eximir de responsabilidad a empresarios, directivos y funcionarios.
En primer lugar, habría que aclararle al periodista que la realidad de los jugadores de la Selección poco tiene que ver con la de los trabajadores bajo relación de dependencia ya que ningún futbolista depende económica de la AFA.
Pero más allá de esto, resulta llamativo que el periodista se ensañe con los futbolistas ante el mal desempeño el seleccionado en la Copa del Mundo, pero no mencione nada acerca de los problemas dirigenciales en una AFA envuelta en denuncias de corrupción que involucran a privados y al Estado, que viene del escándalo de una elección fraudulenta y en la que es vox populi la injerencia de representantes (y periodistas) que por intereses económicos se decidan a hacer lobby en el armado de los equipos.
Siguiendo esta misma lógica, López habla sobre "empleados que cierran fábricas" pero no dice nada sobre el rol de los empresarios y Estado ante una crisis, algo que para ellos puede ser perder o simplemente ganar menos de lo que ambicionan.
Poco les importa si en un período cercano tuvieron grandes ganancias o recibieron subsidios por parte del Estado como en el caso de Donnelley, si vienen de invertir cifras millonarias en compra de maquinaria como el caso de PepsiCo. Esto es algo que excede al rubro industria, sino que López pregunte a sus colegas de Tiempo Argentino que se encontraron con la "fuga" del millonario Szpolski. Poco les importa a estos empresarios dejar familias en la calle y para esto cuentan con leyes a su favor como la de quiebras que les permite pagar a sus empleados solo 50% de la indemnización.
¿Será por razones como estas que cierran fábricas y no por responsabilidad de los trabajadores?
Quizás López no esté al tanto de que hoy en el país existen más de 400 fábricas son gestionadas por sus trabajadores debido a que los empresarios ante las crisis o cuando simplemente no tienen el nivel de ganancias esperado, vacían las fábricas sin importarle que sus trabajadores pudieran quedar en la calle.
Sin ir más lejos podemos mencionar el ejemplo de MadyGraf, la antesmencionada ex Donnelley, donde una multinacional, líder mundial en el rubro de impresión y con más de 600 plantas en el mundo, quiso dejarnos a los trabajadores en la calle presentando una quiebra fraudulenta y, desde hace 4 años, somos nosotros mismos los que hacemos funcionar la fábrica (una de las imprentas más grandes del país) sosteniendo nuestros puestos de trabajo e incluso, con mucho esfuerzo, llegando a producir miles de cuadernos para donar en las escuelas públicas.
También sirve de ejemplo el caso de los compañeros de FaSinPat, la ex Zanón, que ya lleva más de 15 años bajo gestión obrera y que también ha producido cerámicos para hospitales y escuelas públicas demostrando que la fábrica podía seguir funcionando. Tal es así que Luigi Zanón, su anterior dueño (la fábrica ahora es de los trabajadores) quiso volver cuando la planta bajo gestión obrera lograba picos de producción.
La crisis económica nacional e internacional y un nuevo acuerdo con el FMI (y el plan de ajuste que esto conlleva) hacen pensar que es cada vez más probable una situación similar a la que vivimos a principios de los años 2000, donde los cierres de fábricas eran moneda corriente y surgió el fenómeno de fábricas recuperadas con Zanón como estandarte pero, al parecer para algunos no alcanza con descargar los efectos de la crisis sobre la clase trabajadora, también hay que hacerla responsable de la misma y librar de culpa y cargo a los patrones y empresarios, ese menos del 1% de la población que hoy es dueña de los medios de producción, de comunicación y de servicios mientras que somos los trabajadores, la inmensa mayoría de la población, somos los que hacemos funcionar todo, con o sin ellos.