La embestida contra la ejemplar actividad de Aristegui y su equipo muestra que la difusión de la verdad está reñida con el negocio. No se puede informar lo que desnuda una parte de la dominación capitalista desde una empresa cuyo objetivo primordial es obtener ganancias.
Sábado 6 de junio de 2015
Según el texto atribuido a la Cámara de la Industria de la Radio y la Televisión (CIRT), si un fallo judicial impidiera a los concesionarios despedir a sus empleados y colaboradores se les estaría “entregando” a éstos “la operación de la concesión, afectando con ello su facultad de contratación de conductores y periodistas (ley civil), así como para la creación de una obra determinada como lo es un noticiero (leyes autoral y mercantil)”.
Los concesionarios, agrega el texto, se verían afectados al no “poder cumplir con su objeto social” y se perjudicaría “a cualesquier sociedad que opere una concesión, situación que inhibe inversión y perjudica a la industria de la radiodifusión”.
Más allá de las cuestiones legales parece claro que se trata de una carta patronal que expresa muy claramente que el negocio de la información debe conducirse como un negocio que además es imprescindible para la dominación. La información debe filtrarse de manera que impida la crítica al capitalismo y también rendir ganancias como cualquier otra empresa capitalista. Los patrones metidos en el negocio de la información le exigen al aparato judicial, en general corrupto y fiel servidor del sistema de dominación, que despida a la periodista Carmen Aristegui: y que elimine su programa por encima de cualquier contrato y a despecho de la legalidad.
¿Por qué es importante eliminar el programa de Carmen Aristegui? Decir verdades como hacía Carmen Aristegui en su noticiario radiofónico que se transmitía también por televisión no ayuda a la rentabilidad del grupo MVS Comunicaciones S.A. de C. V. a pesar de la enorme audiencia. Decir que Felipe Calderón debía aclarar lo de su posible alcoholismo o que Peña Nieto tenía una casa construida por uno de los contratistas de su gobierno es desnudar al poder que está posibilitando buenos negocios para la mayoría de las empresas que impusieron ambos gobiernos.
El noticiario de Carmen Aristegui alcanzó gran audiencia por la valentía e inteligencia de Aristegui y el equipo. Sin embargo, las empresas que podían aprovechar esa enorme audiencia no lo hacían: en televisión había pocos anunciantes y lo mismo sucedía en radio. ¿Por qué? Porque las empresas saben lo que conviene a los capitalistas. Eso significa que las noticias sobre los abusos del poder o sobre la represión gubernamental deben silenciarse o tergiversarse como hacen Televisa, TV Azteca y la inmensa mayoría de la radio y la prensa. Por ejemplo, desde la óptica empresarial los abusos del exgobernador Montiel contra su exesposa o el tratamiento de los 43 desaparecidos en Guerrero fueron inadecuadamente cubiertos en el noticiero de Aristegui. En la prensa impresa sólo las cooperativas como La Jornada o la revista Proceso (quienes no obtienen propaganda empresarial o gubernamental significativas y se sostienen principalmente por su venta) presentan un enfoque cercano a los de abajo y no a los dominadores.
La radio y la televisión son medios más poderosos que los impresos y por ello más cuidados por los dominadores. Cuando Ricardo Rocha difundió en Televisa el crimen de Estado de Aguas Blancas Guerrero ocurrido en 1995 fue despedido sin miramientos. Rocha hoy es marginado en El Universal, su lugar en Radio Centro fue ocupado por el espadachín a sueldo Ciro Gómez Leyva y no ha vuelto a tener un programa noticioso en televisión.
Lo que hoy debe extrañarnos es ¿por qué pudo Carmen Aristegui hacer durante tanto tiempo un periodismo veraz y crítico en una empresa capitalista? ¿Será por qué no todos los capitalistas son iguales? ¿Será el sr. Vargas un espécimen diferente?
Basta ver la programación de Dish y de las radiodifusoras del grupo MVS Comunicaciones para responder las preguntas anteriores. Elsitio web “La Mejor” agrupa a una variedad de radiodifusora de MVS en distintos lugares de México y del extranjero que transmiten música comercial e informan de manera parecida a como lo hace Televisa Radio sólo que con menos recursos. En Dish se pueden ver los mismos programas ñoños que en Televisa o en Tv Azteca; si “Televisa te idiotiza” como han dicho muchos, Dish también sólo que tiene menos audiencia. En MVS Comunicación uno encuentra como una división de la empresa a CRM que agrupa a ciertos restaurantes como Wings y Chili´s. En cambio El Grupo Televisa aparece metido en el negocio de la educación, lo que es más coherente: primero estupidiza a la población y después cobra para que obtengan un título académico..
El sr. Vargas no parece ser un capitalista diferente a los que hay en Televisa, es si más pequeño y débil. Eso explica por qué contrató a Carmen Aristegui y a su equipo: para usarlos como moneda de cambio. Les permitió hacer lo que una parte de la sociedad necesita, difundir información veraz y crítica para conseguir lo que de otra manera no podría obtener dado el poder de los capitales establecidos en el campo de la comunicación. MVS comunicación, por ejemplo, ha tratado de obtener la concesión para transmitir televisión “abierta”, es decir no codificada y que puede recibirse sin pago pues sólo requiere una antena convencional. Ello le permitiría una audiencia que no contrata televisión restringida y por lo tanto ampliaría su mercado. En noviembre de 2014 el gobierno le negó esa posibilidad. La petición de MVS utilizaría la concesión del canal 52 que está autorizado para televisión de paga o restringida para transmitir televisión abierta en lugar de entrar al proceso de los nuevos canales abiertos.
El despido de Carmen Aristegui significa que MVS ya obtuvo lo que pretendía cuando decidió contratar a la periodista o bien que ya no intentará lograrlo por esa vía. Aun cuando MVS tenía a Carmen Aristegui sus demás noticieros tenían una tónica no muy diferente a los de Televisa o TV Azteca. Ezra Shabot viene de Televisa y, por ejemplo, Jorge Ramos entrevistó varias veces a Claudio X. Gonzálezpresidente de Mexicanos Primero uno de los frentes de Televisa para privatizar más la educación, combatir a los profesores democráticos y ampliar sus negocios.
Con el cierre del espacio noticioso de Carmen Aristegui el capitalismo mexicano da un golpe a la democracia y busca acentuar su dominación. La embestida contra la ejemplar actividad de Aristegui y su equipo muestra que la difusión de la verdad está reñida con el negocio. No se puede informar lo que desnuda una parte de la dominación capitalista desde una empresa cuyo objetivo primordial es obtener ganancias. Los Vargas son de la misma calaña que los Azcarraga, los Salinas o los Vázquez: capitalistas codiciosos cuyo único código moral es la ganancia.
Lo hecho por ese grupo de periodistas, reunido en torno a Aristegui, es sobre todo una muestra de que un sector importante de la población mexicana exige veracidad, crítica y profesionalismo y que hay quienes tienen la capacidad y el valor para hacerlo cotidianamente. Luchemos para que el noticiero de Aristegui continúe su labor en donde sea posible y para que haya más equipos como ese. Que haya más lugares donde podamos oír y leer en lenguaje “Sentipensante”: “El lenguaje que dice la verdad, es el lenguaje Sentipensante. El que es capaz de pensar sintiendo y sentir pensando.” (Eduardo Galeano).