El colapso de más de un 20% del precio del petróleo en una sola jornada golpea aún más a Vaca Muerta, en “compás de espera” desde agosto pasado. Las empresas exigirán un “barril criollo” por encima del precio internacional.
Lunes 9 de marzo de 2020 12:41
El pasado viernes fracasaron las negociaciones entre la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y Rusia para reducir la oferta de crudo y evitar una mayor caída en su precio, en el contexto de la reducción de la demanda y el descalabro de precios por el Coronavirus. Tras el inicio de una “guerra de precios”, este lunes los mercados registraron un desplome de un 30% en los precios de referencia del barril, que se fueron estabilizando en una caída de algo más del 20%. El impacto se registra en las bolsas de todo el mundo.
El precio del crudo Brent (que se toma de referencia en Argentina), se ubica por estas horas en los U$D 35,5, retrocediendo de los U$D 45,2 que cotizó al cierre del viernes, y más aún desde los U$D 49,9 del pasado jueves. Casi un 50% menos que los U$D 67 que cotizó en diciembre.
En Argentina, según el CEO de YPF S.A., Daniel González, el punto de equilibrio para las inversiones en el petróleo no convencional que se extrae de Vaca Muerta es de USD 50 por barril.
Vale recordar que la extracción de gas y petróleo no convencional con el agresivo método del fracking es muy costosa. Si en Estados Unidos este método fue sostenible sólo mediante un sideral endeudamiento (con bajas tasas de interés), en Vaca Muerta fue el festival de subsidios y tarifas dolarizadas, sumado a la devaluación y la reducción de los “costos” laborales lo que permitió aumentar la producción, cerrando el 2019 con números récord.
Sobre llovido, mojado
El desplome del precio se da en medio de una virtual parálisis de Vaca Muerta. Desde el congelamiento de tarifas decretado por Macri tras su derrota en las PASO en agosto pasado, las empresas bajaron equipos de perforación y redujeron la cantidad de etapas de fractura diarias, aunque la producción siguiera su inercia.
Aún hoy se encuentran en suspenso los 600 despidos de la Cámara de Empresas de Operaciones Petroleras Especiales (CEOPE) y las operadoras de la Cámara de Exploración y Producción de Hidrocarburos (CEPH), mientras que son al menos 1.200 las suspensiones en curso. Las “PyMES” de la la Federación de Cámaras del Sector Energético de Neuquén (FECENE) despidieron a más de 550 trabajadores.
Según el jefe del Sindicato de Petroleros Privados, Guillermo Pereyra, las empresas hablan de “3.000 petroleros excedentes”.
Los despidos son cartas en la mesa de la negociación con el gobierno, en la que las empresas reclaman más beneficios. Ya obtuvieron con la “Ley de Solidaridad” una reducción de las retenciones del 12 al 8%, y un veto parcial de Fernández a esa misma ley que modificó el cálculo de las regalías.
A mediados de enero, tras una reunión del gobierno con YPF, ExxonMobil, Pan American Energy, Vista Oil & Gas, Pluspetrol, Tecpetrol, Shell, Chevron, Total, Wintershall y Compañía General de Combustibles, el Banco Central emitió una resolución flexibilizando el cepo para permitir a las empresas el giro de divisas al exterior, en concepto de utilidades y dividendos, por un monto equivalente al 30% de sus inversiones.
Pero las empresas, que volvieron a escuchar a Fernández en la apertura de sesiones en el Congreso afirmar que presentará un proyecto de ley para “incentivar las inversiones” en hidrocarburos, aspiran a más.
Según trascendió el portal Econojournal, tras la crisis desatada en las últimas horas, las petroleras exigirán que se reedite el “barril criollo”, implementado por Axel Kicillof para afrontar la crisis que produjo la caída del precio en 2015. En ese entonces, el ex - Ministro de Economía garantizó un precio en dólares por encima del precio internacional. Hoy, las pretensiones serían de un precio sostén de U$D 55 por barril, sumado a una nueva baja en las retenciones.
El futuro del megaproyecto de saqueo de Vaca Muerta es incierto, tanto o más que el del precio del petróleo a nivel mundial. Pero algo es seguro: para reactivarse, las empresas intentarán, como hasta ahora, que sea el pueblo trabajador el que cargue con sus costos “solidariamente”.